Un centenar de personas fueron con sus banderas, con el sonido de la protesta y el reclamo por sus derechos, se movilizaron por las calles del centro de la ciudad dando inicio a las Primer Marcha del Orgullo LGTBIQ en Punta Alta. Otro de los hechos históricos que nos toca presenciar de la mano del movimiento de mujeres y cuerpos y sexualidades disidentes.
Sábado 1ro de diciembre de 2018
En el marco de la 4ta Encuentro por la No Violencia hacia las Mujeres y La Niñez, en el qué se pudo disfrutar de música, lectura de poesía y feria de emprendimientos; el movimiento de mujeres junto al colectivo LGBTIQ le mostró a la ciudad todo lo que intenta seguir ocultando en el placard.
Hubo bandas en vivo y DJs que pincharon para hacer del encuentro una verdadera fiesta en la que no falto el “perreo feminista”. Fue una movilización cargada de emociones, de canciones, gritos, pancartas y banderas, que marcó un antecedente a lo que será en los años venideros la marcha anual del Orgullo rosaleño. La multitud también se organizó en un pañuelazo frente a la Iglesia donde se expresó, nuevamente, por el derecho a decidir sobre sus cuerpos.
Con un comunicado contundente las compañeras de Pan y Rosas, junto a los reclamos por el aborto legal seguro y gratuito, por la implementación de la ESI, por el cupo laboral trans y travesti; expresaron su repudio al G20, recordándonos que con el dinero destinado a esa cumbre se podría haber triplicado el presupuesto destinado a políticas de género.
Exigieron justicia por Lucía Pérez, denunciando el carácter misógino de la absolución a los acusados de su femicidio, así como exigieron al gobierno del intendente Mariano Uset a continuar la búsqueda de Andrea Esnaola, desaparecida hace ya más de dos años en el Balneario Pehuen-Co.
También mostraron su solidaridad con la familia de Santiago Maldonado, responsabilizando a las fuerzas represivas de Patricia Bullrich; y enfatizaron en el reclamo por la separación de la iglesia del estado expresando: “No queremos seguir manteniendo los cultos parasitarios, que se oponen a que decidamos sobre nuestros cuerpos; que reciben subsidios millonarios, mientras se destinan migajas a políticas de género; que tienen centenares de inmensas propiedades ociosas, por los que no pagan impuestos; mientras que en el país solo hay 89 casas refugios para mujeres víctimas de violencia”
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Las compañeras, que junto a mujeres disidentes independientes, fueron parte de la organización del encuentro, hicieron un llamamiento a la unión de las luchas de la “marea verde” con todas las peleas que está dando la clase obrera para enfrentar a los brutales ataques que recibe desde el gobierno de Macri, a pedido del FMI y en connivencia de las gobernaciones peronistas del interior.
Un día histórico para la ciudad con la base militar más grande de Sudamérica. Un día donde la bandera multicolor ondeo orgullosa con el viento local.