Ofuscada, la ministra improvisó una conferencia de prensa en una Plaza Constitución desierta (lugar que jamás pisa en un día normal). Junto al secretario de Transporte Franco Mogetta, intentó minimizar el impacto del rotundo paro general. Y como para mostrar “normalidad”, se sacó una foto arriba de un colectivo… totalmente vacío.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 9 de mayo 12:19
Foto Enfoque Rojo
Este jueves amaneció con el país virtualmente paralizado. Pese a que la medida de fuerza convocada por la CGT fue sin movilización, el mensaje de la clase trabajadora fue contundente. Tan es así que los pocos medios de transporte que funcionaron terminaron dejando en evidencia que gran parte de las y los laburantes de Argentina se adhirieron a la medida de fuerza nacional.
Tal como sucedió con la multitudinaria marcha del martes 23 de abril, el Gobierno de Javier Milei buscó minimizar la fuerza de una medida como el paro de este jueves. Y al hacerlo, lógicamente, chocó de frente con la infinidad de imágenes, videos y testimonios que circulan por medios, portales y redes desde todas las ciudades el país. Así, con sabor a una derrota inesperada, las huestes de La Libertad Avanza terminaron cayendo en el ridículo.
Como no podía ser de otra manera, Patricia Bullrich se anotó primera para esa tarea. Ante la contundencia de calles, autopistas, puertos, fábricas, oficinas, estaciones de trenes y colectivos vacíos, a las 10:30 la ministra de Seguridad decidió dar la nota para intentar contrarrestar los efectos de la derrota. Y buscó uno de los lugares menos convenientes para mostrar algo de “normalidad”: una Plaza Constitución desierta, lugar que ella nunca pisa en un día realmente normal.
Imprecisiones
El encuentro con periodistas en una de las dársenas de paradas de colectivos de la Avenida Brasil fue improvisado y desordenado. Allí llegó con el secretario de Transporte de la Nación, Franco Mogetta, quien abrió la “conferencia de prensa”.
El funcionario dijo que desde el Gobierno “trabajaron” desde la noche anterior “para garantizar las condiciones que pueda prestarse el servicio, que los trabajadores que necesitan usar el servicio lo puedan hacer y que los trabajadores del transporte que han decidido hoy poner su fuerza de trabajo a disposición tengan las condiciones de seguridad adecuadas”.
Mogetta aseguró que a esa hora de la mañana había “más de 2.300 unidades en la calle, un porcentaje aproximado cercano al 40 % de un día normal”. Pero no aclaró si ese número correspondía sólo a la Ciudad de Buenos Aires, al AMBA o a todo el país. Y se jactó de que, “por primera vez en la historia, la Secretaría de Transporte va a descontar el día a las empresas que no presten sus servicios”, acusando a parte del empresariado de actuar “en abierta connivencia con el sindicato” (no dijo cuál).
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Enseguida Bullrich, con su habitual lenguaje tosco y enrevesado, agregó que desde su ministerio armaron un “comando conjunto” con esa secretaría y con la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Que así recibieron “los puntos de salida de los micros” y que a las 4 de la mañana esos puntos “estaban todos absolutamente cubiertos”.
Según ella, “hubo esquinas” donde algunos colectiveros “fueron agredidos” y hubo unidades en las que se “rompieron vidrios y les pusieron clavos migueletes (sic) en las calles para que se pinchen las gomas”. Poco antes había publicado en su cuenta de X fotos de dos cubiertas con clavos miguelitos (así se llaman, señora ministra). Aunque en rigor no parecían ruedas de colectivos.
Bullrich dijo que esas agresiones tenían “un objetivo muy concreto: que aquel que quería trabajar, querían impedir por la extorsión y por la fuerza que no trabaje”. En su relato, continuó diciendo que desde el Ministerio ya habían “desbloqueado una serie de lugares”, como la Plaza Logística de General Pacheco (“había un grupo del Sindicato de Camioneros no dejando entrar a los trabajadores”) o “plantas en la localidad de (Puerto) San Martín donde la empresa estaba con diez barcos a la espera de la carga y había diez que lo impedían”. Sobre este último caso, en las redes no tardaron en desmentirla.
@PatoBullrich anunció en @todonoticias que aplicaba el protocolo en Cargill Puerto San Martín. llegó un grupo de perfectos a las 8 cuando el ingreso es más temprano 🤦🏽 y nadie entró
En el río hay 10 barcos porque el paro es total#TodosAlSenado#YoParo@izquierdadiario pic.twitter.com/YDXAY5MrtS— Facundo Durán (@FakuDuran) May 9, 2024
"¿Paro? ¿Qué paro?"
En una arenga a contramano de las evidencias empíricas, la ministra quiso mandar un mensaje a la población que le presta cierta atención: “Salgan los que aún no han salido a trabajar, hay medios de transporte, hay colectivos para que puedan viajar, salgan y utilicen su auto que no hay problemas de seguridad, hay fuerzas de seguridad desplegadas por todos lados, en su bicicleta, en su moto”.
Y enseguida caracterizó al paro como un acto de “debilidad” de los sindicatos. “Si vos para lograr un paro tenés que tirarle una piedra a un colectivo, es porque estás en situación de debilidad. Este es el paro de la debilidad”, sentenció Bullrich ante las cámaras y los micrófonos.
Entonces le preguntaron si ella consideraba que la medida de fuerza carecía de acatamiento. Su respuesta rozó lo bizarro: “Acá no hay acatamiento, no se puede hablar de acatamiento. ¿Qué quiere decir acatamiento? Acatamiento es una palabra militar. ¿Quién cree que le está dando… digamos… a esta palabra… sentido? Le están dando a esta palabra sentido solamente aquellos que están sentados cómodamente haciendo sus cuentas mientras millones de argentinos hoy, muchos monotributistas, mucha gente, va a perder parte de su dinero por los burócratas de siempre. Así que no hay acatamiento”.
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A ambos funcionarios les preguntaron cuántos colectivos realmente habían recibido agresiones. “Hay muchísimos que fueron atacados a pedradas”, respondió Mogetta sin dar precisiones ni ejemplos concretos (su imprecisión se repitió en salidas posteriores con algunos móviles periodísticos). Luego Bullrich amenazó con acciones penales sin mencionar contra quién. Y apoyándose en el histórico desprestigio de las conducciones sindicales burocratizadas de CGT, remató: “Que se dejen de joder y vayan a laburar”.
Ante la avalancha de preguntas que buscaban definiciones más serias, Bullrich decidió levantar la conferencia de prensa y empezó a caminar. “Muy desordenado todo esto”, dijo al aire la cronista de LN+, el canal ultraoficialista del que la ministra es columnista habitual. Planificadamente, junto al secretario de Transporte cerraron su paso por Constitución con una puesta en escena a la que Lucho Aguilar, cronista de La Izquierda Diario, definió como “circense”.
"Bullrich trata de mostrar una normalidad que no existe", informa @Lucho_Aguilar2 para La Izquierda Diario desde móvil en Constitución pic.twitter.com/0YuQiQSctD
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) May 9, 2024
En esos mismos momentos, en otro punto de la Ciudad de Buenos Aires, decenas de delegados y referentes del sindicalismo combativo y de la izquierda realizaban una verdadera conferencia de prensa. Apostados en la Plaza Congreso, diversos oradores hicieron un análisis de la jornada de paro y exigieron a las conducciones de la CGT y las CTA que den continuidad al paro y convoquen a un plan de lucha en serio hasta derrotar el plan de ajuste y saqueo de Milei, Caputo, Bullrich y compañía.
Desde allí Alejandro Vilca, recolector de residuos de Jujuy y diputado nacional del PTS en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU), le respondió a las bravuconadas de la ministra represora. “La medida es contundente, el paro se siente en todo el país. Patricia Bullrich se inventa la realidad. El paro es masivo porque crece la bronca contra el ajuste que empujan el Gobierno, el FMI y los grandes empresarios”, sentenció con justa razón.
Y le contestó a Bullrich: “La medida es contundente. El paro se siente en todo el país. Patricia Bullrich se inventa la realidad. El paro es masivo porque crece la bronca que crece contra el ajuste que empujan el Gobierno, el FMI y los grandes empresarios" pic.twitter.com/DTYOVhcjwU
— La Izquierda Diario (@izquierdadiario) May 9, 2024
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).