Calaveritas con clase. Calaverita literaria: "Progresismo antilaboral"

Hay una fuerte epidemia
en el mundo del trabajo,
que consume a los de abajo
que vivir ya les apremia,
y es que sufren la pandemia
de un outsourcing del carajo.

Con rostros desencajados
casi al borde del panteón,
van en lenta procesión
por la 4ª contratados;
más su estatus les han negado:
porque son precarizados.

Dijeron “voten a mares”
que otra vida dará inicio:
llegarán al Paraíso
obreros y similares,
mas les dieron a “Pilares”
y les piden ser sumisos.

Los contratan por Programas
por un tiempo definido,
y al haberse transcurrido
recontratarse es un drama;
si protestan y reclaman,
son de facto despedidos.

Es el nuevo “progresismo”
que rudas reglas impuso,
donde todo es muy difuso
y el Bienestar, eufemismo,
pues te chingan con lo mismo
que el capital nos impuso.

Pero es el mismo gobierno
con formas neoliberales,
el que impone a los mortales
jornadas que son infierno,
donde el temor es eterno
porque son bien presenciales.

Y empieza ya el descontento
por los tratos laborales:
Promotores culturales,
Y Artes y Oficios, sedientos
─de justicia─ están pidiendo:
¡No a domingos laborables!

Antes esta forma rapaz
de los planes del gobierno,
el toyotismo es un ”tierno”
y Henry Ford es incapaz;
hacía falta un “progresismo”
con un discurso falaz.

Una asamblea en los panteones
sentencia con voz muy dura:
¡Secretaría de Cultura,
otórganos condiciones,
la Sheinbaum en elecciones
ocultó su mano dura!