Pablo Castilla, portavoz de CRT, te explica por qué hay que asistir a la manifestación del sábado 23 de noviembre contra el incremento de los precios de los alquileres y hace un llamamiento a poner de pie un movimiento de la vivienda unitaria, desde el barrio y con la clase trabajadora.
Sábado 23 de noviembre
Los alquileres suben y los salarios no llegan. El alquiler medio en Barcelona es de 1200 euros. Si tienes la sensación de que la mitad del sueldo se va solo pagando el alquiler, no es imaginación tuya. Es exactamente así. Mientras tú te ahogas para llegar a final de mes o no puedes plantearte marchar de casa hasta los 30 años, los grandes propietarios se están forrando.
Mientras desahucian familias de su casa, los grandes tenedores acumulan 29.000 pisos vacíos en Cataluña. Son gente tan simpática como el Banco Santander, el BBVA o CaixaBank, que además de especular con la vivienda, financian el genocidio del pueblo palestino o destruyen el planeta. O como la Sareb, la entidad financiera con participación pública creada por el PP en plena crisis después de rescatar la banca con millones de dinero público.
Y como siempre, los grandes tenedores de la mano de los gobiernos. ERC, Junts, PSC, Comunes... ya fuera desde la Generalitat, el Ayuntamiento o el gobierno central, todos ellos han protegido los intereses de los grandes rentistas.
Y entonces, ¿Qué hacemos? Lo único que podemos hacer si queremos dar una respuesta a la crisis de la vivienda: atacar los intereses de los grandes capitalistas.
Bajemos los alquileres, subamos los salarios y expropiemos los pisos en manos de los grandes tenedores. Sin indemnización, que bastante negocio han hecho ya. Que los precios y los usos de la vivienda estén regulados por comités de inquilinas en cada barrio. Y ante el crimen social de la DANA, exigimos la anulación de las hipotecas y la suspensión de los alquileres de los hogares afectados. Que todos los hoteles y pisos vacíos de grandes tenedores de la zona sirvan para realojar inmediatamente aquellas personas que lo necesitan.
Y si el problema de la vivienda es un problema de la clase trabajadora, ¿Por qué no luchar desde los centros de trabajo? Así que los grandes sindicatos como CCOO y UGT dejen de pactar con la patronal y se movilicen por un plan de lucha que incluya una huelga general para imponer estas demandas. Porque la manifestación de este sábado solo es el punto de partida.
Las decenas de comités unitarios que se han celebrado para preparar la jornada, impulsados por el Sindicato de Llogateres, las PAH, el Sindicato de Vivienda Socialista de Cataluña y muchas otras organizaciones, tienen que servir para construir un movimiento de la vivienda unitario, desde el barrio y con la clase trabajadora.
