Lo aseguró durante su visita oficial al Estado de Israel. “No hay duda. Partido Socialista. ¿Qué otra cosa si no?” agregó.
Miércoles 3 de abril de 2019 17:36
Durante su viaje oficial al Estado de Israel el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, visitó el Museo del Holocausto Yad Vashem donde aseguró que "no hay duda" de que el nazismo fue un movimiento de izquierda.
La afirmación del ultra derechista brasileño es refutada por el propio centro de investigación del museo israelí como explica claramente en su página web, donde asegura que el nazismo fue parte del surgimiento de “grupos radicales de derecha” en Alemania.
No contento con la frase inicial, Bolsonaro, agregó durante una entrevista grupal a varios medios respondió: “No hay duda. Partido Socialista. ¿Qué otra cosa si no?” “Era el Partido Nacional Socialista de Alemania”, concluyó el presidente, que durante la campaña electoral en su país llegó a prometer ilegalizar todos los movimientos sociales y las fuerzas políticas que se identificaran con las ideas comunistas.
Tan solo unos días antes a que Bolsonaro llegara a Israel, su canciller había vuelto a hacer público una teoría en su blog. "Una cosa de la que suelo hablar es de esa tendencia de la izquierda de tomar una cosa buena, secuestrarla, pervertirla y transformarla en una cosa mala; es más o menos lo que pasó siempre con esos regímenes totalitarios, eso tiene que ver con lo que digo, que fascismo y nazismo son fenómenos de izquierda", escribió Araújo.
Como sucedió durante la campaña electoral y con declaraciones de la mayoría de sus ministros, Bolsonaro agita el fantasma del “comunismo” para lograr afianzar su base. Al mismo tiempo el presidente brasileño reivindica el golpe militar de 1964, que asesino y torturó a miles, llamando a que se celebre esa fecha en los cuarteles.
En este viaje el mandatario brasileño profundizó su alianza con Netanyahu al anunciar la inminente apertura de una oficina con estatus diplomático en Jerusalén, desechando la intención original de seguirle los pasos a Trump y abrir la embajada brasileña en esa ciudad algo que despertó críticas al interior de su gobierno, en especial del ala militar nacionalista liderada por el vicepresidente Hamilton Mourão.