El subsecretario de Hacienda reafirma un Presupuesto de ajuste. La gratuidad universal queda supeditada al crecimiento económico y se consolida el mercado de la educación. Se secuestró a un dirigente sindical por 36 horas. Tres ataques contra los trabajadores y estudiantes, a quienes el Gobierno culpa de las dificultades.
Sábado 2 de julio de 2016
Ajustarse el cinturón
La desaceleración económica sigue castigando al pueblo trabajador, porque los empresarios continúan cosechando millonarias ganancias. Y pretenden hacérsela pagar a los trabajadores, con más despidos: el desempleo sigue subiendo: llegó al 6,9%. El Gobierno lo califica de inevitable, como si se tratara de un hecho natural, cuando hay alguien que despide: los empresarios, para asegurar sus ganancias.
En este escenario, y como para reforzarlo, el Gobierno reafirma un Presupuesto de ajuste. Todos los Ministerios deberán recortar sus presupuestos, excepto en Educación. Aunque ya aclararon que la gratuidad universal queda supeditada al crecimiento económico. Y ya proyectan que por al menos dos años más, seguirá rozando el 2%, por debajo del PIB tendencial, condición que ponen para la extensión de la gratuidad.
Un ataque abierto a todo el pueblo trabajador, llamando a ajustarse el cinturón. En defensa de los intereses empresariales.
La trampa de la gratuidad
Es clara: no es universal. No es un derecho, sino un beneficio al que hay que postular. No cambia el mercado de la educación, sino que lo consolida, con transferencias millonarias para los bancos y las empresas de la educación, las Universidades privadas y los colegios particulares subvencionados.
Un ataque al movimiento estudiantil. En defensa de los intereses empresariales.
Brutal ataque al movimiento sindical: secuestran a un dirigente por 36 horas
Rodolfo Cid, dirigente del Sindicato Alsacia y presidente de la Asociación Gremial de Trabajadores del Transporte fue secuestrado un día antes del inicio del paro de esta empresa del Transantiago a inicios de esta semana.
Un paro contra la violación de derechos fundamentales de los trabajadores, contra la colusión de los gobiernos con las empresas para quebrarlas.
Fue la noche del lunes 27 de junio. Al salir de su casa para la empresa, fue interceptado por dos sujetos a bordo de un vehículo en calle 5 de abril en la comuna de Maipú. Lo golpearon y vendaron sus ojos, le dieron vueltas por la ciudad durante varias horas, para terminar en un lugar que no pudo identificar, donde fue amarrado a una silla mientras seguía vendado. Durante 36 horas. Le dijeron que seguían instrucciones. Después, fue dejado en un sitio eriazo en San Bernardo.
Como se sabe, hubo otros casos, aunque aislados, de secuestros y amenazas en los últimos años. También, asesinatos de trabajadores y dirigentes sindicales, como los de Rodrigo Cisternas y Nelson Quichillao.
Vuelven ahora, en un brutal e inaceptable ataque contra los trabajadores. Aún siendo un hecho aislado, hay un ambiente que lo permite.
Para el Gobierno la culpa es del pueblo
El subsecretario de Hacienda, llamando a alinearse con el ajuste, previendo las dificultades por ser un año electoral, declara suelto de cuerpo que las dificultades son por culpa del pueblo. Dijo en una entrevista que “el ciclo político es complejo, más encima hay un cuestionamiento a muchas instituciones por parte de la ciudadanía, que pone mayores dificultades para tener un buen Gobierno … y tenemos una ciudadanía que está poniendo muchos temas sobre la mesa, que está exigiéndole mucho al Estado”.
Así que el problema son las demandas del pueblo trabajador. Por eso han llamado a “moderar las expectativas”. Por eso los reajustes salariales son del 0% real.
A esto se unen la brutal represión a los estudiantes. Las campañas criminalizadoras de los medios empresariales. La odiosa derecha con su Tribunal Constitucional y su pedido de mano dura contra toda demanda.
Un clima anti-popular, que en unos pocos días une tres graves ataques contra trabajadores y estudiantes.
Aún así, no logran amedrentarlos. En estos mismos días, se reúnen 27 sindicatos de la minería estatal y privada para fortalecer la lucha por sus derechos. Los estudiantes se encuentran en un punto de inflexión en su lucha, que plantea fortalecer sus movilizaciones para arrancar sus demandas.