Con salarios de pobreza Kicillof y los gremios estatales acordaron una paritaria a la baja. ¿Cúal debería ser el piso salarial? Cómo nos organizamos para enfrentar el ajuste y recuperar los sindicatos como herramientas de lucha.
Lunes 6 de marzo de 2023 20:15
Foto: facebook
Mientras la inflación de 2022 fue de 94,8%, la más alta desde 1991 y las perspectivas para 2023 son similares o mayores, en la Provincia de Buenos Aires el Gobernador Kicillof acordó en forma express una paritaria a la baja con los gremios docentes así como con los gremios estatales ATE y UPCN (con aval de toda la Fegepba) el pasado martes 28.
Ni los precios cuidados, los precios justos, ni los “controles” han dado resultado para bajar la inflación porque son parches de un programa económico acordado con el FMI que, además de ajuste, es inflacionario. Un programa en el que no hay grieta entre el Frente de Todos y Juntos.
El aumento acordado representa un incremento del 40% en tres cuotas: la primera en marzo del 20% (a cobrarse en abril), otra en mayo del 6% y la última en julio del 14%. El aumento no contempla ningún retroactivo por lo tanto los meses de enero y febrero son a pura pérdida y la reapertura se pautó recién para el mes de agosto. Ese 40% además de insuficiente, ante los salarios estatales de pobreza, es mentiroso porque mientras las cosas suben todos los meses en relación al mes anterior los salarios aumentan en cómodas cuotas en relación siempre al último salario de la paritaria del año anterior. Una verdadera estafa que antes ATE denunciaba y que ahora firma y calla.
Ante la caída del poder adquisitivo, ¿cuál debería ser el piso salarial?
Los salarios están 25 puntos por debajo de 2015 y en el sector público 28,2%. En lo que va del año el poder de compra descendió un 1,5% más y con el techo salarial que impusieron en las paritarias continuaría ese camino descendente. No hubo recomposición de los salarios como prometió el Frente de Todos después de la debacle del gobierno macrista, ni volvió el asado, ni llenamos la heladera. Miente el gobernador Kicillof al decir en la apertura de las sesiones de la legislatura que los salarios estatales perdieron 20 puntos con Vidal porque fueron casi 30! Y más aún cuando plantea que desde diciembre de 2019 recuperamos entre 4 y 13 puntos de salario real.
En la Provincia de Buenos Aires el salario estatal promedio es de $90.000 o de $135.000 según el régimen horario. La Junta Interna de ATE Indec calculó que la canasta de consumos mínimos para que una familia trabajadora constituida por una pareja y dos hijas/os en edad escolar pueda satisfacer sus necesidades básicas fue en el mes de enero pasado de $253.647. Este valor se compone de $86.216 necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $167.431 para acceder a otros bienes y servicios básicos, entre ellos el alquiler.
Las y los trabajadores del organismo en su informe aclaran que no es ningún ideal sino el ingreso requerido en la actualidad para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores y su núcleo familiar. “Ningún trabajador debería ganar -de bolsillo- menos que el valor calculado en este ejercicio” afirman.
Nuevas y viejas formas de precarización laboral
A la pérdida salarial se le suma la precarización laboral en el Estado con cantidad de trabajadores y trabajadoras sin derechos. Aunque hay menor cantidad de monotributistas que en el gobierno de Vidal, crecieron las becas, los módulos “docentes” e incluso las y los que cobran como beneficiarios de un plan social. Para ellas y ellos no hay paritaria, ni aguinaldo, viáticos, horas extras ni vacaciones pagas, están sometidos a la discrecionalidad y “buena (y mala) voluntad” del funcionario de turno. Y a esta precarización se le suman las malas condiciones de trabajo (mal estado de edificios, mobiliarios, herramientas e insumos) que la pandemia expuso pero que el gobierno no cambió.
En los sindicatos manda Kicillof
Los sindicatos vienen avalando esta situación y son responsables directos del deterioro de las condiciones de vida de los y las estatales.
UPCN continúa jugando su rol histórico, gobierne quien gobierne su tarea es garantizar la obsecuencia ante el poder de turno (así lo hizo también con Vidal). ATE por su lado, no solo firmó todos los acuerdos salariales sin ninguna consulta a las bases, sino que sus dirigentes viven de jornadas, actos, abrazos y mucha selfie con Kicillof y cada uno de los funcionarios de su gobierno.
Durante 2022 no hubo plenarios de delegados/as, han vaciado de vida interna al sindicato, no existen instancias de debate ni resolución para delegadas/os y afiliadas/os, a excepción de los que realizan a modo de “actos” entre quienes pertenecen a la misma agrupación de la conducción “Verde Anusate”, no vaya a ser cosa que tengan que escuchar alguna crítica o disidencia. Los acuerdos paritarios y sus alcances son comunicados por los medios y las redes, allá lejos y perdida quedó la consigna “en ATE manda la asamblea”, ahora manda Kicillof.
Actúan como colectora de un gobierno de ajuste, que nos hizo más pobres, y que, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, sostiene un discurso de “más Estado para garantizar derechos”, pero que en los hechos lo que se fortalece cuando hay luchas por esos derechos es la mano dura y la represión. Después de más de tres años de gobierno, Kicillof sostiene como super ministro a Berni, el mismo que a los show represivos, le sumó la reivindicación de los campos de concentración que está instaurando Bukele en El Salvador.
Organizarnos para enfrentar el ajuste y recuperar los sindicatos como herramientas de lucha
Desde la Marrón Clasista en ATE sostenemos que hay fuerzas para enfrentar el ajuste, más aún en un año electoral. Tenemos que organizarnos desde abajo en los lugares de trabajo y unirnos a los sectores que luchan.
Para recuperar todo lo que se perdió durante el gobierno de Macri/Vidal y Fernández/Kicillof los dirigentes sindicales en lugar de aceptar las exigencias de Massa (que ajusta para cumplir con el FMI), deberían estar a la cabeza de la pelea por el no pago de la deuda y de un plan de lucha en defensa del salario y del empleo con medidas como un salario mínimo igual a la canasta familiar, que se actualice por inflación. Así como pelear por el pase a planta permanente de los trabajadores contratados, tercerizados, e informales, y por la unidad de trabajadores ocupados y desocupados para darle una salida de los trabajadores a la crisis.
Tenemos que organizarnos, desarrollar asambleas en todos los lugares de trabajo para enfrentar al ajuste del gobierno y luchar por la independencia política de los sindicatos para que sean instrumentos de los trabajadores, por el salario y todos los derechos.