Editorial de la edición 657 de La Izquierda Diario impreso, quincenario del Partido de Trabajadores Socialistas.
Miércoles 19 de julio de 2017 16:04
Hay un 20% más de indigentes que viven en la calle en Buenos Aires. La cara más brutal de la crisis en la ciudad más rica del país. La mitad de los pibes del Gran Buenos Aires son pobres. La desocupación en el conurbano llega al 12%, sin contar los subocupados. La desocupación se convirtió en el principal problema para los jóvenes según muestran diversas encuestas.
Ante la crisis capitalista los empresarios pretenden descargarla aún más sobre los trabajadores. Por eso plantean una reforma laboral que signifique abaratar costos a cambio de quitarle derechos y conquistas a los trabajadores. Es lo que acaba de suceder en Brasil (ver pág. 12) donde el golpista Temer logró aprobar una nefasta ley antiobrera que quiere retroceder la legislación laboral al siglo XIX. ¡Ellos son los que atrasan!
En nuestro país, el gobierno de Macri pretende lo mismo. La prensa dice que debió archivar ese proyecto ante el repudio generalizado por el cierre y despidos en PepsiCo. Pero ese es el plan. Flexibilizar aún más el trabajo. Diego Vignatti, presidente de Nissan, “admitió que sin el acuerdo de flexibilización con el Smata (el gremio automotor) la inversión podría haber estado en riesgo. Brasil acaba de aprobar una reforma laboral que le dará mayor competitividad a su industria". Y algo similar dijo Miguel Acevedo presidente de la UIA (Unión Industrial Argentina): “los costos laborales son muy altos, también la conflictividad; hay que avanzar en eso". (La Nación 18/7)
El caso PepsiCo
Este número de La Izquierda Diario está dedicado a esas obreras y obreros de PepsiCo que se plantaron contra el cierre de la planta y en defensa de sus puestos de trabajo. A los que enfrentaron la represión de la Bonaerense de Vidal con la ayuda de la Gendarmería de Macri. PepsiCo es la segunda empresa alimenticia del mundo, ganó miles de millones de dólares el año pasado. Y decidió cerrar su planta de Florida. Es todo ilegal lo que hizo. En nuestro país la legislación dice que no se puede cerrar una planta y despedir masivamente salvo que haya quiebra cosa que no es el caso.
Después del brutal desalojo que vio medio país, la justicia le dio la razón a los trabajadores. La Cámara laboral en su fallo cautelar que ordena la reinstalación dice: no se puede cerrar la planta ni suspender a los trabajadores hasta que no esté finalizado el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). La empresa reconoce en los medios que cerró la planta el 20 de junio y que el PPC finalizó el 6 de julio. Eso se llama lock out, o sea paro patronal, algo que está penado por la legislación argentina. Los trabajadores han solicitado que se condene a PepsiCo por ese delito.
La burocracia sindical
Daer y su lista Verde, en el plenario del STIA, decidieron darle la espalda a los trabajadores y avalar el cierre y despido de todos, ya que ni un solo operario mantuvo su trabajo. No fueron voluntarios los “retiros”, hubo extorsión para que acepten la doble indemnización. Durante un año y medio solo habían arreglado 6 trabajadores. PepsiCo cerró para terminar con una organización de sus trabajadores que le había puesto límites a la explotación. Así lo cuentan sus protagonistas en estas páginas.
Rodolfo Daer mostró su traición en forma abierta, sin dudas. Y como buen alcahuete sale a decir que los responsables son los delegados de la Comisión Interna, de la opositora Agrupación Bordó. Repite los mismos argumentos de la ministra de Seguridad que dice que “donde está la izquierda se cerraron fábricas como Lear o Kraft”. Esto es falso ya que ambas fábricas siguen funcionando. Pero es interesante detenernos en esto. En Lear dirigía la Comisión Interna una agrupación opositora y combativa, la Celeste, que se negó a firmar un acuerdo que la multinacional yanqui acordó con el SMATA de Pignanelli que consistía que los nuevos empleados que tomen tendrán un convenio 30% inferior al resto. Esto es lo mismo que el corrupto parlamento brasilero acaba de votar. Y despidieron a todo un turno completo para quebrar la lucha.
En Kraft, en el 2009, hubo más de 150 despidos por represalia patronal al reclamo de medidas contra la Gripe A que se extendía en el país. Una dura huelga permitió reincorporar a una parte de esos despidos ilegales, pero la firma de la mayoría de la Comisión Interna de un acta infame dejó a lo mejor de la vanguardia en la calle. Un solo delegado se negó a firmar, y fue Javier “Poke” Hermosilla de la Bordó. Semanas después una nueva interna encabezada por el Poke ganó las elecciones de la fábrica. Y de ahí en más se acabaron los despidos discriminatorios. Donde está la izquierda combativa, como la que encarnan los compañeros de la Bordó de Gráficos (Donnelley, Wordlcolor) o de la alimentación como Stani, PepsiCo y Kraft se resiste a los ataques y se enfrentan los cierres y despidos, como antes mostró Zanon y las otras 3 cerámicas de Neuquén. El cierre de AGR Clarín es parte de ese plan de sacarse de encima a los luchadores para que avancen la flexibilidad laboral.
Donde está la burocracia hay despidos y nadie se entera. Desde que asumió Macri fueron 200.000 mil despidos y han cerrado más de 2000 empresas y solo se hace visible o transforma en conflicto donde está la izquierda. Pero la crisis llegó para quedarse. Por eso cerró Hutchinson, Banghó, Sancor y ahora Atucha II, que han tomado trascendencia porque sus trabajadores salieron a pelear pese a no tener a la izquierda a la cabeza.
La resistencia
Las leonas de PepsiCo, como ya las llaman, junto a los varones han mostrado que se puede enfrentar a las patronales y a su gobierno. Que si el sindicato hubiera parado en su apoyo la planta no se hubiera cerrado. Lo mismo vale para la CGT y las CTA que siguen la tregua. La Corriente Federal pretendía hacer una marcha para el 7 de agosto, San Cayetano, y Cristina Kirchner les pidió que la suspendan y que si quieren recen. No es con rezos ni plegarias que se parará el ataque liberal que las grandes patronales y el gobierno están implementando. Tampoco será votando a Unidad Ciudadana, Massa o Randazzo, al que el traidor de Daer llama a apoyar.
Todos ellos les aprobaron 83 leyes a Macri entre otras pagarle a los buitres y el presupuesto. No. El camino lo muestran las obreras y obreros de PepsiCo, con una lucha ejemplar que ha recibido una gran solidaridad. Así lo entendimos en el PTS desde el principio y por eso hemos sido la corriente que se jugó con todo y le puso el cuerpo junto a los despedidos. Incluso el día de la represión, la presencia de Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Christian Castillo, del PTS-Frente de Izquierda, fue resaltada por toda la prensa.
Construir una gran fuerza de izquierda que esté insertada y organizada en centenares de fábricas, barrios, empresas, escuelas y facultades, que pueda imponerle el frente único a los dirigentes de los grandes sindicatos es la tarea del momento. Para resistir los ataques y para preparar la ofensiva sobre los empresarios y los que gobiernan para ellos.
El PTS en el Frente de Izquierda lucha por esa perspectiva, y la campaña electoral en marcha debe servir para hacer conocidas las ideas socialistas y las mujeres y hombres que las defenderán en esa cueva de ladrones que son los parlamentos burgueses.
La lucha es en las calles, pero si conquistamos mas diputados de los trabajadores será la expresión que hay un sector de los trabajadores y jóvenes de nuestro país que dejan de confiar en los candidatos del régimen y a su vez reforzará las luchas por venir. Hacia ellos nos dirigimos.
Organizate para apoyar a los de PepsiCo, para enfrentar los despidos y cierres y ayudanos a difundir las ideas del Frente de Izquierda, que encarnan Nicolás del Caño y Myriam Bregman y cientos de candidatos en todo el país.
Carlos “Titín” Moreira
Nacido en Rosario en 1953. Militante en el PST desde los 70, militó en España y Brasil. Fundador del MAS en La Plata y dirigente del PTS. Trabajó en Astilleros Astarsa y Río Santiago. Coordinador de los documentales Revolución y Guerra Civil en España (2006) y Zanon, el hilo rojo (2018).