Desde el gobierno así como distintos organismos internacionales realizan proyecciones macroeconómicas para determinar el rumbo de la economía uruguaya. Recientemente el FMI corrigió a la suba su proyección para cierre de año y la sitúa en 0,7% de crecimiento, así como prevé un crecimiento de 1,1% para 2017. ¿Qué perspectivas hay para el bolsillo de los trabajadores?
Lunes 12 de diciembre de 2016
El Fondo Monetario Internacional en octubre había situado los cálculos para Uruguay en una expansión del 0,1% en 2016 y 1,2% en 2017.
Según el Fondo "El gobierno hizo compromisos muy claros" con una "fuerte contracción del gasto en 2015 y el paquete impositivo de 2016”, que regirá desde enero, dos ajustes para el objetivo de llevar el déficit a 2,5% del PIB para fin de 2019. El FMI expresa que "el ajuste fiscal" de 2017 "tendrá un efecto desfavorable limitado en el consumo" y "la racionalización del gasto en salarios públicos y empresas públicas será un factor importante para lograr una consolidación duradera y crearía espacio para inversión pública".
La meta que persiguen las autoridades uruguayas es mejorar el resultado fiscal en un punto del Producto Bruto Interno (PIB) a 2019 hasta 2,5% (hoy está en 3,5%). Autoridades del Ministerio de Economía, el Banco Central (BCU) y la OPP han expresado que la economía uruguaya cerrará el año con un crecimiento de entre 0,5% y 1% del PBI. Recordemos que en la última ley de Rendición de Cuentas, el gobierno estimó que la economía crecerá 1% en 2017, 2% en 2018 y 3% en 2019.
Cabe aclarar que estas estimaciones de crecimiento económico, leve y que lleva dos años de crecimiento cercano al estancamiento, se da en el marco de que la crisis capitalista de conjunto no se ha resuelto, por lo tanto podrían darse cambios en la economía internacional que modificaran rápidamente estas proyecciones. A esto último lo que trae mayor incertidumbre es la política anunciada de Trump de mayor proteccionismo, que conllevaría otros impactos también en el precio del dólar y por lo tanto en los países endeudados en dicha moneda.
Estimaciones macroeconómicas de una economía altamente dependiente
El director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Andrés Masoller, expresó en recientes reuniones empresariales, que la mejora en los precios de algunos productos de exportación como soja, arroz y lácteos, dinamizaron al sector agropecuario, así como la posible instalación de una tercera planta de celulosa, Uruguay recuperaría la senda de crecimiento a tasas de 4% sobre finales del actual período de gobierno en 2019. A esto se le suma una promesa de mega inversiones en infraestructura que viene anunciando el gobierno del entorno de los 2600 millones de dólares que comenzarían el año que viene.
Nuestra economía, pese a la última década de altos precios de materias primas y récord histórico del PIB, sigue sin desarrollar industria propia en base a las materias primas que exportamos y los distintos gobiernos no han cambiado en esencia nada del esquema económico agroexportador y primarizado.
De la macroeconomía al bolsillo del trabajador
Retomando lo que expresa el informe del FMI, el gobierno muestra compromiso de llevar adelante “el ajuste fiscal", "limitado en el consumo" y "la racionalización del gasto en salarios públicos y empresas públicas”. Esta perspectiva expresa claramente el rumbo de ajuste al estado y remarca, explícitamente, los salarios. Por otra parte la gira última de Vázquez por Europa, así como en otras oportunidades Mujica y todos los mandatarios predecesores, fueron en búsqueda de inversión directa extranjera para nuestro país, expresando Vázquez la “seriedad” y “solidez” de la economía uruguaya, pero principalmente destacando la variedad de beneficios de exoneración impositiva.
Pese a todos los cuidados de no generar un desequilibrio inflacionario ni un conflicto de grandes dimensiones con los sectores populares, el gobierno Frenteamplista muestra claros compromisos con los capitales internacionales y está dispuesto a avanzar atacar el salario de los trabajadores.
Por todo esto, queda claro que los recientes índices de leve mejoría de la macroeconomía no conllevan directamente una mejoría en los bolsillos de los trabajadores, dicho de otro modo, que la torta crezca no significa que los de abajo comamos más, eso dependerá de decisiones del gobierno pero principalmente de la presión de empresarios y trabajadores, o sea lucha de clases.
Recordemos que el PITCNT viene realizando el pedido al gobierno de mayor inversión pública para contrarrestar el ciclo contractivo y mantener el trabajo. Hasta el momento no se ha podido contrarrestar ni torcer el brazo al gobierno, que incluso viene cerrando los convenios salariales en términos generales dentro de los márgenes que previó. Tampoco podemos olvidar que las “inversiones” prometidas por el gobierno se realizan en amplia mayoría mediante el proceso de privatización de PPP, que es el modelo de privatizaciones con el que pretende avanzar sobre servicios públicos como lo está haciendo en Salud y Educación.
Estas perspectivas nos indican que los trabajadores deberán luchar por imponer que la crisis no sea descargada en sus espaldas, y para ello será clave conquistar la independencia política para defender sus derechos e ir por todas las demandas. El 2017 nos debe encontrar organizados y en las calles.
Claudio Álvarez
Docente de Secundaria. Montevideo, Uruguay