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Magisterio - Cultura. Peso Pluma y el derecho a la cultura para l@s niñas, niños y adolescentes

Para entender el fenómeno de los "corridos tumbados" y artistas como Peso Pluma, no se debe adoptar una postura clasista o moralista, sino que se debe considerar el contexto.

Jueves 27 de julio de 2023

Soy maestra en una primaria de Coyoacán en la Ciudad de México. En una ocasión en la secundaria de al lado de mi escuela, sonaba una canción de Peso Pluma y me sorprendió que algunos de mis alumnos empezaron a cantarla, se la sabían de memoria; reflexionando sobre esto, recordé el debate que se hizo viral hace unas semanas, y que sigue vigente en las aulas. Buscando en las redes sociales podemos observar videos de niños que entonan canciones conocidas como “corridos tumbados” principalmente de este cantante. 

De ahí se ha abierto el debate sobre si las y los niños deben o no escuchar esas melodías. Hay mucho de qué hablar, desde maestras denunciando esta situación e incluso el mismo Peso Pluma ha mencionado que “los padres son responsables de que sus hijos escuchen su música”. La forma más fácil es buscar culpables, pero es una situación que va más allá de culpabilizar a los padres y madres de familia.

Peso Pluma es un joven cantante originario de Jalisco, que compone canciones que exaltan, entre otras cosas, el estilo de vida y la producción de fentanilo del crimen organizado, además de que reivindican la vida de lujos en un mundo de armas y violencia. Aunque no es el primer artista en hacerlo, algunos ejemplos son como: Dan Sánchez y Natanael Cano; es relevante para muchos jóvenes que han crecido en medio de la "guerra contra el narco" y la "narco cultura", agudizada desde 2016, que ven este mundo como una alternativa frente a la falta de oportunidades educativas y laborales. Para entender el fenómeno de los "corridos tumbados" y artistas como Peso Pluma, no se debe adoptar una postura clasista o moralista, sino que se debe considerar el contexto social y político de las infancias.

«Desde sus inicios este género ha estado cercano a los procesos culturales más importantes del país. La cultura del corrido como fenómeno comenzó en la revolución mexicana, pasando por el tráfico de alcohol y armas de la década de los 20 y 40, hasta llegar a la guerra contra el narco de finales del siglo pasado. Es decir, que históricamente el corrido ha plasmado las condiciones de vida de la sociedad mexicana a distintos niveles: la extrema violencia de los estados, el tráfico de substancias ilegales, la precarización de los trabajadores del campo, la migración masiva a los estados unidos, los feminicidios y las desapariciones forzadas. El fenómeno del corrido evidencia los problemas que aquejan a la sociedad mexicana, y por ello, son incómodos para los gobiernos en turno.» 

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 El capitalismo ha utilizado y normalizado la violencia de Estado para el sometimiento de una clase social sobre otra, mediante sistemas de justicia donde reina la impunidad para los pobres y trabajadores. El aumento de la militarización del país, lejos de acabar con el narcotráfico, lo ha fortalecido. Luego de las miles de muertes y desapariciones a partir del inicio de la Guerra Contra el Narco proclamada por el PRI y el PAN, este sexenio se ha posicionado como el más violento de la historia de México, de acuerdo a datos del INEGI y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el gobierno de López Obrador se han contabilizado 156,479 muertes intencionales, más de 42,029 personas desaparecidas, más de 58 activistas ambientales asesinados, más de 55 periodistas asesinados, así como 11 feminicidios diarios. 

Es imposible negar que la violencia es el pan de cada día en muchas de las vidas de nuestr@s alumn@s. Si escuchan este tipo de música en el contexto antes descrito, no es una causa particular, sino una consecuencia de la política de militarización y la violencia del Estado y sus fuerzas armadas, en complicidad con los poderes locales y estatales, que incluso han estado ligados al narcotráfico.

¿Qué podemos hacer las maestras y maestros?

En el mes de mayo, la sección 20 del SNTE pidió a las autoridades educativas prohibir los corridos tumbados o bélicos como los de Peso Pluma en las escuelas de Nayarit. Cabe preguntar ¿acaso las prohibiciones han servido de algo o más bien, han generado más situaciones complejas como la clandestinidad y la censura? Pareciera que tanto las autoridades y líderes del SNTE ven como una solución simple la prohibición, cuando lo que se requiere es alentar las habilidades de las niñas y los niños, así como adolescentes para que puedan desarrollar todo su potencial.

En nuestro país la única forma de acceder al arte, es tomando clases particulares que, con los paupérrimos salarios de las madres y padres de familias trabajadoras, solo muy pocos quienes se pueden dar el lujo de hacer que sus hijos puedan aprender a tocar algún instrumento. Aunque también se ofrecen clases de música en casas de cultura, de arte, Pilares o colectivos, pero estos no reciben ni presupuestos, ni materiales o instrumentos musicales por parte del gobierno de la 4T.

Para contrarrestar esta situación desde nuestro sistema educativo necesitamos desarrollar las artes, como poder tocar un instrumento, así como el desarrollo de las distintas artes, como una vía para tener herramientas que permitan discernir de manera crítica, desde la música, hasta las composiciones y que de esa manera puedan elegir realmente qué quieren escuchar y no normalizar actitudes de violencia.

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Considero que en todas las escuelas debería de haber maestras y maestros de artes, música, teatro, etc., que desarrollen la sensibilidad de sus alumnos, incluida la apreciación musical. Para esto los y las maestras debemos de exigir un aumento al presupuesto educativo para que se contraten maestras y maestros de artes con plenos derechos sociales, laborales y que haya materiales asignados de manera gratuita a cada alumno y profesores. El acceso a obras de teatro, museos, conciertos, etc. debe ser de forma gratuita. Además, considero que en los planes de estudios se deben de retomar las artes como materias importantes y darle más peso, así como su interrelación con las demás materias.

Este sistema capitalista le está fallando a la niñez mexicana mostrándole que la violencia y precarización es lo único que verán en sus vidas, por tanto, las maestras y maestros en conjunto con las madres y padres de familia debemos de luchar para cambiar esta visión, además de exigir el cese a la violencia, empezando por no seguir permitiendo la militarización del país.