Sebastián Piñera pidió "unir fuerzas" entre el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto sobre Venezuela. El mandatario chileno se refirió a su rol como jefe de Estado, señalando que "hay que ser fuertes y claros". El gobierno refuerza su línea internacional reaccionaria apoyando medidas de presión hacia Venezuela.
Miércoles 17 de abril de 2019
El mandatario chileno se reunió con los ministros antes de la cumbre del primer bloque en Santiago, con el objetivo de aumentar la presión sobre Nicolás Maduro.
Sugirió este lunes al Grupo de Lima buscar una mayor unidad con el Grupo de Contacto sobre Venezuela auspiciado por la Unión Europea, aunque rechazó la opción de reabrir el diálogo entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro.
"Creo que es muy importante buscar ampliar este Grupo y buscar más coordinación y más unidad con el Grupo de Contacto. Si hay dos grupos que tienen los mismos objetivos, los mismos principios, unamos fuerzas", dijo Piñera en un desayuno con los cancilleres y autoridades de los países del Grupo de Lima.
El presidente chileno enfatizó que la salida negociada y de dialogo, en su opinión, se ha ejercido en Venezuela durante demasiado tiempo sin obtener resultados.
"Reabrir el diálogo con un dictador es hacerle ganar tiempo y postergar la causa de la recuperación de la libertad, la democracia y los derechos humanos en Venezuela", advirtió.
Piñera elogió el trabajo y la presión realizada por el Grupo de Lima, formado por los gobiernos de derecha en la región, pero consideró que hay que dar "pasos adicionales" para conseguir resultados tangibles.
"Nuestra sugerencia es hacer todo lo que sea posible para que ingrese la ayuda humanitaria, porque es un tema, literalmente, de vida o muerte para muchos habitantes en Venezuela", señaló.
También instó a fortalecer la presión internacional a nivel diplomático, económico y político para que cada día sea más duro "para la dictadura permanecer en el poder. Estoy convencido de que los días del dictador están contados y no son muchos", añadió.
Por su parte el canciller chileno Roberto Ampuero, en la antesala de la reunión mencionó "Es necesario que el Grupo de Lima avance hacia una nueva fase y redoble su trabajo para conseguir que nuevos actores internacionales se sumen a la presión contra la dictadura"
Hacia una "transición" forzada
El gobierno se ubica a la ofensiva en la retórica contra el régimen de Nicolás Maduro. Pero este discurso no está exento de contradicciones, aún no es rechazada la posibilidad de una intervención militar abierta, política impulsada centralmente por Estados unidos.
La propuesta del Grupo Lima estuvo centrada en forzar una "transición" de régimen, por medio del bloqueo económico, presión diplomática y política internacional.
Una "transición" tutelada favorecería la hegemonía de los gobiernos de derecha en América Latina. Pero de fondo, sería un puntal para el fortalecimiento de la política imperialista. Es el gobierno de EE.UU el que busca recuperar la influencia en la cuenca petrolera más grande del mundo frente al avance de los capitales chinos y rusos. Este es el contenido concreto de las hipócritas proclamas sobre “democracia” y DDHH.
Se vuelve urgente una respuesta frente al intervencionismo y el avance de la injerencia imperialista en América Latina. Partiendo por rechazar categóricamente el bloqueo económico que busca forzar una "transición" a la medida de los capitalistas. Sobre esto, la Nueva Mayoría y el Frente Amplio se han posicionado por una “salida pacífica y negociada” haciendo eco de la charlatanería del imperialismo, o conviviendo con posiciones pro golpistas como la de la Democracia Cristiana, dentro de la oposición, partido con el cual en reiteradas ocasiones han buscado llegar a acuerdos "para enfrentar a la derecha", siendo que los falangistas le han hecho la seguidillas a las políticas de la derecha en todo el mandato de Piñera.
La crisis abierta en Venezuela solo puede ser resuelta por la clase trabajadora y los sectores populares con un plan de emergencia económico que rompa con los capitalistas, a diferencia de la estrategia impulsada por el chavismo. Pero una salida de estas características nada tiene que ver con la “ayuda humanitaria” orquestada por el imperialismo y sus gobiernos afines como el de Piñera.
La política intervencionista de los gobiernos de derecha alentados por EE.UU en Venezuela, fortalece el avance de políticas neoliberales en todo el continente. Los diferentes gobiernos de derecha en la región vienen aplicando ajustes, tarifazos y reformas precarizadoras contra el pueblo trabajador, y tienen planes para pasar sus "reformas estructurales" como es el caso de Chile, donde Piñera intenta con ahínco lograr aprobar la reforma tributaria que beneficia a los grandes empresarios y perjudicaría a los sectores populares. Rechazar el intento de Golpe en Venezuela y enfrentar estas políticas, se vuelve una tarea de primer orden.
Alejandra Valderrama
Redacción La Izquierda Diario Chile. Valparaíso, Chile