John Kelly, secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, declaró que las embajadas podrían exigir las contraseñas de redes sociales a las personas que soliciten una visa para su país, y la negativa a "cooperar" implicaría la negación de su entrada.
Jueves 9 de febrero de 2017
Después de la suspensión temporal al veto lanzado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para prohibir la entrada durante 90 días de refugiados y personas que provienen de siete países, mayoritariamente musulmanes, las medidas xénofobas e islamofóbicas continúan.
Esta vez el secretario de Seguridad Interior, John Kelly, declaró que las embajadas de Estados Unidos podrían exigir las contraseñas de redes sociales a las personas que soliciten una visa.
Esta declaración, realizada durante la comisión sobre Seguridad Interior de la Cámara de Representantes el pasado martes 7 de febrero, suma parte de los "controles más estrictos" que la presidencia actual ha anunciado.
Esta medida va dirigida a los mismos siete países a los que el veto migratorio afecta -Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen-, lo que parece ser una previsión a su posible suspensión definitiva, siendo que tras el gran descontento manifestado en movilizaciones de estadounidenses que ésta fuera recurrida por un juez.
El Secretario de Seguridad Interior señaló: “Es posible que deseemos entrar en sus redes sociales, con contraseñas. Es en verdad muy difícil vetar a personas de estos países, los siete países. Pero si entran, queremos saber qué sitios web visitan y que nos den sus contraseñas. Así podremos ver lo que hacen en Internet”. Y agregó que, para dichos países los procedimientos de control durante el trámite de una visa aún son muy "débiles".
De acuerdo con John Kelly, aunque no es una decisión oficial es el anuncio de un sistema de revisión más estricto “está en camino”. A pesar de las múltiples violaciones a derechos humanos que estas medidas puedan representar, el gobierno ha sostenido que ante las nuevas iniciativas aquellas personas que se rehúsen a "cooperar" tendrán prohibida la entrada, en este caso aquellos que muestren negativa a dar sus contraseñas.
Bajo el discurso de reforzar la seguridad y eliminar a aquellas personas que puedan representar una amenaza para el país, planteamiento que Trump ha llamado una “verificación extrema”, las medidas continúan alimentando el racismo. Sin embargo, la movilización anti Trump también se profundiza.