Asociaciones de la Guardia Civil y nueve “Sindicatos” de la Policía Nacional tuvieron este pasado martes una asamblea en la sede nacional del PP y acordaron convocar una próxima manifestación contra la "reforma" de la Ley de Seguridad Ciudadana que impulsan PSOE-UP y otros grupos parlamentarios del bloque de la investidura.
Miércoles 21 de diciembre de 2022
La reunión tuvo lugar después de que Feijóo recibiera a los representantes sindicales, alabara ante ellos la acogida que su tarea tiene entre la ciudadanía y les prometiera revertir los cambios que se aprueben de la mencionada reforma si llega a estar en el Gobierno.
Los mal llamados “sindicatos” de la Policía y las asociaciones de la GC recibieron la convocatoria para reunirse con el líder del Partido Popular el miércoles de la semana pasada, en plena crisis institucional de los nombramientos del Tribunal Constitucional, donde algunos acusan al partido de Feijóo de obstaculizar la democracia y, en algunos casos, hasta de golpe de Estado.
El motivo de la convocatoria no estaba expresamente especificado, aunque algunos de los presentes lo enmarcan en la costumbre que tienen los líderes de los partidos de celebrar un encuentro con los representantes corporativos de Policía y Guardia Civil cuando llegan al cargo. No supondría una novedad la idea de que las fuerzas represivas están en buena parte formada por elementos ultraderechistas. Tampoco supondría una novedad saber que este gobierno de PSOE-UP no ha escatimado en utilizarlas contra desahucios, huelgas o en las fronteras, con resultados como la Masacre de Melilla
A la reunión acudieron los cinco sindicatos con representación en el Consejo de la Policía y cuatro de las asociaciones que integran el Consejo de la Guardia Civil. Feijóo agradeció la presencia de los representantes y ensalzó la importancia que tienen su trabajo y reivinidicaciones para la sociedad. Los representantes expresaron su preocupación por la citada reforma, entre otras cosas. Feijóo se comprometió expresamente a revertir los cambios que se puedan producir ahora en la Ley Mordaza y les anunció que introducirá otros, si gobierna, que garanticen mayor seguridad a los agentes en sus funciones.
Al parecer, en algunos caló la idea de que Feijóo estaba animándoles a protestar contra la reforma de Ley Mordaza, en un momento clave de la tramitación parlamentaria de su reforma, sin que el líder del PP llegara expresamente a llamar a la movilización.
Cuando finalizó el encuentro, a petición del líder de la Jupol, Génova les dejó a los asistentes una sala donde alargar la reunión, ya sin ningún representante oficial del PP. Aquí se abordó la necesidad de recuperar la unidad de acción contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana y de convocar otra gran manifestación, posiblemente en enero, a tres meses de las elecciones municipales.
Si bien desde el PP se justifican diciendo que este tipo de reuniones son una “costumbre habitual” cuando un nuevo representante llega al cargo, esto trae recuerdos del año pasado cuando el PP y el resto de partidos de derecha junto a estos estos mal llamados “sindicatos” policiales ponían el grito en el cielo por las reformas que pensaba llevar a cabo el gobierno “progresista” en aquel entonces. Propuestas las cuales eran pintadas por la derecha y estos “sindicatos” como mucho más de izquierda de lo que realmente eran.
Las propuestas que se debaten ahora es poco probable que se aprueben, de todas maneras, por desacuerdos entre las partes negociantes, y se seguirá aplicando la Ley igual de represiva que ya estaba con las reformas del año pasado.
Por otro lado, la campaña de la derecha y las organizaciones policiales no es casual. Además del desgaste del gobierno, las manifestaciones y gesticulación suponen un claro límite por derecha a cualquier medida que realmente avanzase en la verdadera derogación de la Ley Mordaza. Si bien las “preocupaciones” de estas organizaciones se dirigieran a la Ley Mordaza, no es casualidad que se presenten al mismo tiempo que las enmiendas a la reforma del Código Penal que quiere sacar adelante Unidas Podemos con las que pretende blindar el derecho a la protesta, pero sin derogar la Ley Mordaza, algo que había prometido cuando iba a entrar al gobierno.
La acciones de la derecha que se incluyen en lo que algunos sectores denominan como una “campaña contra la democracia” -dentro de lo que encontramos también el reciente escándalo del TC-, no le viene nada mal tampoco al gobierno “progresista”. El griterío de la derecha permite tapar a su vez lo que denuncian muchas organizaciones de derechos humanos, que las reformas hasta el momento se quedan más que cortas siguen avalando y consolidando los recortes de derechos y libertades democráticos que han criminalizado buena parte de la protesta social. La derecha y las organizaciones policiales acaban siendo funcionales para que el PSOE y UP puedan correr un tupido velo sobre una de sus mayores imposturas e incumplimientos.
El problema con la Ley Mordaza y el resto de legislaciones represivas del Régimen no se puede resolver con pequeñas enmiendas. Las estructuras de los estados capitalistas cuentan con un fuerte andamiaje represivo que comienza por los cuerpos policiales. En particular, en el Estado español estos cuerpos, así como el poder judicial, son herederos directos del régimen franquista que mantuvo al país sumido en una dictadura militar casi cuarenta años.
