Juventud precarizada. ¿Por qué las y los trabajadores de cultura apoyamos la movilización de los repartidores?

Somos miles de jóvenes los que no tenemos futuro, terminamos la universidad o el bachillerato y no podemos acceder a trabajos dignos. Entonces, ¿existe diferencia en nuestras condiciones laborales, cuando la patronal está cargo de las empresas privadas o cuando el patrón es el Estado?

Martha Ochoa

Jueves 4 de noviembre de 2021

Este 3 de noviembre trabajadores de apps se movilizaron de la Estela de la Luz hacia el Zócalo de la CDMX exigiendo derechos laborales, salario digno y seguro social, en el marco del llamado al #ParoInternacionalDeRepartidores.

Durante la pandemia, los repartidores han enfrentado salarios miserables, largas jornadas en las calles para llegar a fin de mes, han visto su derecho al descanso limitado y muchas veces los instrumentos o materiales salen de sus carteras, mientras los gobiernos son cómplices de terribles violaciones laborales que cometen las empresas, borrando toda posibilidad de que se les garanticen sus derechos.

En el sector cultural pasa lo mismo: somos un ejército de jóvenes precarizados que terminamos la universidad sin la posibilidad de acceder a un trabajo con condiciones laborales dignas, no contamos con contratación indefinida, ni acceso a seguridad social. A pesar de estar en medio de una pandemia, la única diferencia que tenemos con los repartidores es que nuestro patrón es el Estado, el mismo que guarda silencio ante la vorágine irracional de las ganancias de los empresarios.

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Así que en ambos sectores somos jóvenes que padecemos el abuso, los maltratos, la exposición al Covid-19, sin derecho a equipo de protección para no contagiarnos, sufrimos el riesgo al transitar por las calles para ganarnos la vida y, sobre todo, pretenden que aceptemos que no tenemos derecho a un futuro digno.

Por eso, la acción de hoy es una bocanada de aire fresco, que nos permite ver que podemos accionar colectivamente en defensa de los derechos más elementales que se nos niegan. También nos muestra la enorme necesidad de amplificar la unidad entre trabajadores: más allá del sector al que pertenecemos, nos hermanan las brutales condiciones que vivimos en silencio bajo un estado de necesidad del que abusa la patronal para intimidarnos.

Es indispensable que fortalezcamos nuestras luchas para golpear como uno solo, puesto que tenemos el mismo enemigo de clase: los patrones que sólo velan por sus intereses y el Estado que, bajo la 4T, sigue sin responder a nuestras demandas.

Llamamos a los consumidores de las plataformas, a los usuarios de nuestros programas culturales y al conjunto de los y las trabajadores sindicalizados y no sindicalizados a unir fuerzas, peleando unidos es más difícil que nos derroten. Hagamos efectivo que ninguna lucha sea derrota por el aislamiento, ni amedrentamientos, ni condicionamientos en favor de la patronal.

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Luchemos unidos ¡El futuro es nuestro!

Las y los jóvenes somos el rostro de quienes enfrentan el aumento del desempleo, la falta de acceso a una vivienda, la pobreza y la precarización laboral. Pero también somos la cara de quienes se organizan y dan pelea contra la austeridad republicana del gobierno y las variantes de derecha, luchando y canalizando la bronca por izquierda.

"Somos trabajadores que hacen política y haremos la diferencia, con nuestro ímpetu golpearemos sobre las derrotas y la adaptación a que no vale la pena luchar”.

Organicemos asambleas en cada uno de nuestros trabajos. Fortalezcamos la organización permanente, esa que requiere nuestras ideas pese al cansancio, esa que necesita de nuestros tiempos pese a la falta de recreación, pero, sobre todo, la que se hace grande con la confianza en nuestras propias fuerzas como joven clase trabajadora, en clave independiente y sin perder la paciencia.