Claudia Ferri @clau.ferriok
Miércoles 1ro de mayo 10:47
La fecha tiene que ver con que el 1 de mayo, pero de 1886, hubo una gran huelga en Estados Unidos participaron 340.000 trabajadores de distintas ciudades, con muchos anarquistas y socialistas que pedían la reduccion de la jornada laboral: "8 horas para trabajar, 8hs para descansar y 8hs para el esparcimiento".
En ese momento se trabajaba de lunes a lunes, sin descanso, hasta 16hs por día. Hacinados, sin ventilación, sin baños. Además los salarios eran bajos, las mujeres ganaban la mitad que los varones y era muy común el trabajo infantil.
En esas protestas del 1 de mayo, en Chicago la policía disparó contra las movilizaciones donde había más de 90.000 personas. En ese momento estalló una bomba donde habían policías dejando varios muertos y heridos. Sin prueba y con un juicio que fue una farsa, detuvieron y condenaron a 8 trabajadores, en su mayoría anarquistas. 5 sentencia de muerte, 2 a cadena perpetua y 1 a 15 años de prisión.
Es por eso que en 1889, la Segunda Internacional -que reunia a partidos y grupos obreros de casi todo el mundo- declaró el 1ero de mayo como el Día Internacional de Trabajadores en homenaje a estos “mártires” de Chicago y por su lucha por reducir la jornada laboral, por negarse a dejar la vida en el trabajo.
Carlos Marx decía que en esta lucha por reducir las horas de trabajo, se ve bien claro la guerra de clases, entre la clase capitalista que tienen los medios políticos y económicos como (las fábricas, los bancos, las tierras para querer imponer sus intereses) que en general se asocia a conseguir más ganancias y para conseguirlas pueden hasta diseñar reformas laborales que aplican los gobiernos, o subir la edad para jubilarse como hicieron en Argentina.
Y por otro lado, la clase trabajadora, que no quiere vivir para trabajar, que es la clase productora, osea la que produce, la crea cosas, las mueve, la que hace funcionar a la sociedad como la conocemos. Entre las dos hay una lucha de intereses que no pueden conciliarse realmente, porque son totalmente opuestos. El mundo sigue funcionando sin empresarios pero sin trabajadores es imposible pensar una sociedad como ésta y es un buen momento para recordarlo.
Con el plan de guerra de Milei, la casta política y los empresarios contre los trabajadores. Con la CGT que estuvo muda mientras el Congreso aprobó una reforma laboral, hoy no es un día de festejos como suele decir el peronismo ni el "Día del Trabajo", como plantean los empresarios para quitarle peso. El 1 de Mayo es un día de lucha que nos recuerda que todos nuestros derechos, no sólo el de trabajar menos, se conquistan peleando por ellos.
Claudia Ferri
Historiadora, UBA. Columnista de la sección Historia de La Izquierda diario.