Sacar por la fuerza este jueves 1 de octubre a miles de familias, mujeres, niñes y jubilades sigue siendo la única solución del Gobierno y la Justicia para la emergencia habitacional.
Miércoles 30 de septiembre de 2020 17:06
Sacar por la fuerza este jueves 1 de octubre a miles de familias, mujeres, niñes y jubilades sigue siendo la única solución del Gobierno y la Justicia para la emergencia habitacional. Los grandes medios hacen campaña para deslegitimar la toma y preparar el escenario represivo. Quienes creemos que la solución es la vivienda, mañana tenemos que ganar las calles.
El domingo a la mañana se acercó por primera vez a las familias el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia y Secretario General de La Cámpora, Andrés Larroque.
En estos meses las familias de Guernica sufrieron la criminalización y la estigmatización de distintos funcionarios del Gobierno, de la Justicia, los medios y la policía que, además, las hostigan constantemente. Estos meses de maltrato fueron forjando una desconfianza creciente. En este contexto, se negaron a que los representantes del Ministerio de Desarrollo de la Provincia se metieran en la toma y pidieron que dejaran en la puerta lo que habían traído. Ante la negativa, el Gobierno se llevó la comida, las frazadas y el abrigo en la cara de todos ellos y empezó una campaña furiosa contra “los violentos que no quieren dialogar”, atribuyéndole un comportamiento unilateral a organizaciones de izquierda que en cambio son recibidas con los brazos abiertos por el conjunto de las familias.
Antes de seguir, hay que dejar en claro que, como dijo ayer Myriam Bregman en la conferencia de prensa que hicieron en el Obelisco distintos organismos de derechos humanos contra el desalojo, los que se reclaman propietarios de las tierras tomadas no pueden presentar un título de propiedad. Porque no lo tienen. Son terrenos abandonados que están prometidos a empresarios para construir un country. Uno nuevo, porque en la provincia de Buenos Aires hay más de mil, alrededor de 600 figuran como terrenos baldíos y casi ninguno paga impuestos. Para los ricos no es suficiente, ni siquiera en este momento.
Si hay algo que se está buscando en Guernica, es dialogar. Las y los vecinos piden que el gobierno se haga cargo de la emergencia habitacional que empujó a 2500 familias -y miles de familias más que a lo largo del país buscan desesperadamente un lugar donde vivir- a tomar un terreno abandonado y construir un techo con chapas y lonas entre los charcos de agua, el barro y el frío. La amenaza de represión constante, el hostigamiento y las promesas abstractas que se empezarían a concretizar una vez abandonadas las tierras, no pueden llamarse diálogo. El gobierno quiere resolver con palos lo que se resuelve con viviendas.
Hoy, a menos de 24 horas del desalojo violento, el gobierno hace una propuesta. Si las familias abandonan la toma antes del momento previsto para el desalojo, les conseguirán un parador para pasar la noche o, si tienen un terreno de algún familiar, chapas para que se construyan un techo ahí. De más estaría analizar por qué esta propuesta no salió en todos los medios como expresión del “diálogo”. Es una vergüenza. Es patear el problema unos días para adelante. Las familias no van a soltar el único pedazo de tierra que tienen por una promesa tan vacía. Esto es a lo que el gobierno llama diálogo. Mientras el “diálogo se produce”, Berni prepara más de 500 policías, cuatriciclos, caballos y vehículos con tracción para desalojar.
Con la Juventud del PTS venimos haciendo grandes colectas en las facultades y en los barrios para que las familias de Guernica tengan el sustento necesario para seguir peleando. Venimos de hacer importantes manifestaciones para visibilizar el reclamo de Guernica y de las múltiples tomas que en todo el país exigen que el derecho a la vivienda sea una realidad. Llevamos adelante grandes juntas de firmas contra el desalojo y por tierra para vivir.
Dimos la pelea para que los centros de estudiantes asumieran esta lucha como una que define el destino del pueblo en su conjunto, una pelea que incluso es la de compañeros y compañeras estudiantes, que deberían ser representades por sus centros. Codo a codo con cientos de estudiantes independientes pudimos hacerlo en el CEFYL, el Joaqu[in V. Gonzalez, el Normal N°1, el Normal N°7 y el CEAVI de la UNA. Logramos que la gestión de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA aporte $15.000 para las colectas solidarias.
Pero todo esto todavía no alcanza. Si queremos evitar que el desalojo se produzca y que miles de familias queden en la calle, tenemos que preparar una gran jornada de lucha en las calles para visibilizar este reclamo. La voz de los medios que apoyan el desalojo para garantizar el negocio de unos pocos empresarios no puede ser la única que resuene. Tenemos una enorme pelea para romper este cerco mediático. Jóvenes trabajadorxs, estudiantes, docentes, médicxs, trabajdorxs del subte, de los aeropuertos y de las telecomunicaciones tenemos que mostrar una fuerza social que con firmeza se proponga defender los derechos de nuestres hermanes de clase que no tienen una vivienda digna. A las 7 de la mañana nos movilizamos al obelisco. Todos los centros de estudiantes y sindicatos tienen que participar y convocar a esta iniciativa.
Los grandes medios de comunicación que apoyan el desalojo están construyendo su propia versión de los hechos, y lo harán mañana en el desalojo. Desde la cuenta de Instagram de la Juventud del PTS (juvpts) y La Izquierda Diario vamos a estar realizando transmisiones en vivo de toda la jornada de lucha y la previa al desalojo desde este lado del campo de batalla, con las familias y desde el obelisco (vamos a confirmar los horarios a través de la cuenta en las próximas horas). Conectate y compartí con todes tus conocides las transmisiones para que se escuchen las voces de les de abajo.
Por otro lado, seguimos impulsando los distintos petitorios que empezaron a circular la semana pasada contra el desalojo, por una vivienda digna y tierra para vivir. De la juventud trabajadora y precarizada, de estudiantes secundaries, terciaries, y de la comunidad educativa de la UBA, que ya reunió las firmas de docentes como Diana Maffia, Eduardo Grüner, Martín Hohan, Alejandro Schneider, Hernan Camarero, Roberto Gargarella, Christian Castillo, Guillermo Folguera, Andrea Randi, Hugo Leale y Alejandro Dagfal.
Si querés saber más, escribinos a este número: 1138660640.