El Ministro de Economía anunció la baja de aranceles para importar herbicidas a base de Atrazina, Glifosato y 2,4-D, los agrotóxicos que más se usan en Argentina y que se asocian con aumento de cáncer, enfermedades autoinmunes y malformaciones. Los Pueblos Fumigados rechazan la medida.
Lihuen Eugenia Antonelli @lihuiliyo
Miércoles 10 de abril 12:15
Mediante un tweet, Luis Caputo anunció la baja de aranceles para importar herbicidas a base de Atrazina, Glifosato y 2,4-D, que pasarían de pagar el 35 % al 12,6 %, y la rebaja de Atrazina primaria del 24 % al 10,8%.
Además, prometió una “mejora de aprobaciones de los permisos del SENASA” que solo puede implicar una flexibilización aún mayor de la ya casi inexistente regulación en materia de agrotóxicos.
El pasado 20 de marzo, la explosión en la fábrica ATANOR en San Nicolás que produce Atrazina - un herbicida prohibido en 40 países - puso de manifiesto nuevamente la impunidad con la que se manejan los grandes empresarios en toda la cadena de agrotóxicos. Los vecinos exigen el cierre inmediato de la fábrica.
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Agrotóxicos y Cáncer
Son numerosos los estudios que muestran la relación entre el uso creciente de agrotóxicos y el aumento de enfermedades cancerígenas, autoinmunes y malformaciones.
En Argentina, Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Cs Medicas Universidad Nacional de Rosario publicó un estudio en Clinical Epidemiology and Global Health que confirma que los pueblos fumigados tienen mayores tasas de incidencia y mortalidad por cáncer en gente joven de 15 a 44 años.
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El SPRINT, un proyecto financiado por la Unión Europea para mapear y cuantificar la presencia de agrotóxicos, también señala la incidencia en la salud humana. Realizado en diez países de Europa y en Argentina, con voluntarios del sudeste de la provincia de Buenos Aires, se encontró que en las y los argentinos la tasa de agrotóxicos como el glifosato encontrados en sangre, orina y heces es considerablemente mayor que la de todos los europeos. El INTA censuró la presentación de los resultados a nivel local, alarmantes desde todo punto de vista.
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Plata para agrotóxicos pero no para medicamentos y alimentos
En el mundo del revés, mientras se facilita la importación de este verdadero Paquete del Veneno, los pacientes oncológicos y de otras enfermedades crónicas sufren todo tipo de reveses burocráticos para recibir su medicación. Luego de la demanda de la Alianza Argentina de Pacientes (Alapa) recién el 28 de febrero se realizó un primer llamado desde el Ministerio de Capital Humano, tras más de 60 días sin entrega de medicamentos. En marzo se comenzaron a atender casos pero aún hay pacientes con problemas de acceso a medicamentos.
Otra gran paradoja es que un país "productor de alimentos" hoy tenga miles de comedores totalmente desbastecidos. Se favorece al agronegocio, que especula con la liquidación de granos en silobolsas, mientras los movimientos sociales tienen que movilizar exigiendo alimentos para cada vez más chicos y chicas con hambre y son ferozmente reprimidos.
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Hay que unir las peleas e invertir las prioridades de Caputo, Petovello y Milei.
Reproducimos a continuación el llamado de los Pueblos Fumigados para impedir que prospere esta medida que solo puede traer más enfermedad a la población.
Rechazo de Pueblo Fumigados
Las Asambleas, Organizaciones y Comunidades de los Pueblos Fumigados de la Argentina repudiamos el proceder del Gobierno Nacional con la implementación del "Paquete del Veneno" que incluye el otorgamiento de beneficios impositivos al Agronegocio respecto a los tres agrotóxicos de mayor uso en la Agricultura Extensiva en la Argentina: Glifosato, 2,4-D y Atrazina, y una flexibilización en las autorizaciones de formulados comerciales de todos los principios activos, para facilitar su disponibilidad en el sistema Agroalimentario, priorizando los intereses económicos agroindustriales en detrimento del derecho a la salud y a un ambiente sano de toda la población.
El Paquete del Veneno fue anunciado por el Ministro de Economía de la Nación Luis Caputo en las redes sociales y forma parte de un derrotero de una política de Estado que no reconoce ninguna grieta ni se diferencia con las administraciones nacionales anteriores desde la imposición del modelo agroindustrial en la Argentina, en el año 1996.
Las víctimas de los Pueblos Fumigados de la Argentina que nos nucleamos en espacios colectivos comunitarios, redes y campañas de acción y articulación de modo horizontal y democrático y que venimos denunciando y visibilizando los impactos de los agrotóxicos en la salud humana y en el ambiente desde hace más de 20 años, alertamos que la implementación del "Paquete del Veneno" importa un aumento exponencial de los riesgos que ya implica de modo relevante la liberación ambiental de los Agrotóxicos.
El estado de situación en nuestro País en cuanto al uso de agrotóxicos es alarmante por donde se lo mire.
En el plano normativo, hay una complicidad consuetudinaria del Poder Político en todos los órdenes sin distinción del color político de quienes gobernaron y gobiernan. A nivel nacional sigue sin haber una legislación sobre presupuestos mínimos en relación a los agrotóxicos, lo que representa, por un lado, la violación del artículo 41 de la Constitución Nacional, y por el otro, la habilitación impune al proceder del gobierno actual a flexibilizar un sistema regulatorio de autorizaciones de formulados comerciales agrotóxicos - a cargo del SENASA - que ya es abiertamente laxo al no exigirle a las empresas del agronegocio estudios respecto a los impactos sanitarios crónicos y sinérgicos, que de considerarse, no habilitarían el uso de gran parte de dichas sustancias.
A su vez, el Código Alimentario Argentino en el listado de los agrotóxicos que deben ser monitoreados por las empresas para garantizar el acceso al agua potable de la población, no contempla – increíblemente - a ninguno de los centenares de principios activos de uso actual en el modelo agroindustrial.
Por su lado, en las jurisdicciones provinciales y municipales, se siguen liberando al ambiente estas sustancias sin importarles a las autoridades locales el impacto que tienen en la población que habita los pueblos del interior, incluidos los establecimientos educativos rurales. Somos las propias víctimas de los Pueblos Fumigados de la Argentina que de modo autogestivo y con el acompañamiento de la ciencia digna del Conicet, del INTA-Balcarce y de las Universidades Públicas venimos demostrando como nuestros cuerpos, el aire que respiramos y el agua que consumimos están contaminados con venenos y como la población humana es expuesta a riesgos desproporcionados ante la incontrolabilidad de los agrotóxicos una vez que son liberados al ambiente.
A esa exposición directa que padecemos quienes vivimos en los Pueblos Fumigados de la Argentina, se suma la exposición indirecta - que también alcanza a las poblaciones urbanas - a través del consumo de los alimentos, ya que todas las frutas, frutas, hortalizas, verduras, cereales y oleaginosas que provienen de los mercados concentradores, de acuerdo a los controles oficiales del SENASA, presentan niveles significativos de residuos de agrotóxicos-
En el plano fáctico, denunciamos que actualmente se usan más de 650 millones de litros anuales de agrotóxicos que se concentran en un listado de 100 principios activos aproximadamente que son de uso casi diario en el sistema agroalimentario industrial, tanto en la agricultura extensiva como en la producción intensiva frutihortícola. Gran parte de esas sustancias han sido canceladas en la Unión Europea, y que conforme a la información científica disponible son persistentes en las matrices ambientales y se bioacumulan con capacidad para actuar como agentes cancerígenos, genotóxicos y alteradores hormonales, entre otros efectos tóxicos.
Por eso, los Pueblos Fumigados de la Argentina, sobre la convicción de que es necesario y urgente la transformación del modelo agroindustrial, anunciamos que en el marco del plan de lucha colectivo que venimos llevando adelante en cada pueblo (logrando como medidas paliativas urgentes alejar las fumigaciones con ordenanzas municipales o fallos judiciales) y en cada jurisdicción provincial, impugnaremos judicialmente - a nivel nacional - el Paquete de Veneno, ya que en vez de flexibilizar las autorizaciones para la liberación de más agrotóxicos para beneficiar intereses económicos sectoriales, el Estado debe adoptar medidas urgentes e impostergables para reducir su uso, priorizando las cuestiones sanitarias y ambientales que el agronegocio implica, en pos del bien común.
Concretamente a la par del rechazo al Paquete del Veneno (que acompañaremos sin dudar con la impugnación judicial), reclamamos y exigimos:
1) Prohibición urgente de todos los agrotóxicos que fueron cancelados en la Unión Europea, lo que representa un delito penal de las autoridades del SENASA por incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos.
2) Revisión urgente de todos los principios activos y formulados comerciales de agrotóxicos autorizados en la Argentina, ordenando la prohibición de uso en el sistema de producción de alimentos de aquellas sustancias que actúen como agentes cancerígenos, disruptores endocrinos o genotóxicos.
3) Modificación del Código Alimentario Argentina a fin de que se incluya en el monitoreo sobre la calidad del agua de consumo humano a los agrotóxicos de uso actual en la Agricultura industrial.
4) Implementación en el Sistema de Salud Pública y Privada de las Guías de Salud para personas expuestas a las fumigaciones con agrotóxicos en los Pueblos Fumigados.
5) Alejamiento - como medida paliativa urgente - de las fumigaciones con agrotóxicos de los centros poblados, comunidades, emprendimientos agroecológicos, escuelas rurales y cursos de agua en todos los Pueblos Fumigados de la Argentina.
Paren de Fumigar Argentina, YA !
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Lihuen Eugenia Antonelli
Redacción Ciencia y Ambiente | @lihuiliyo