En la ponencia del “Foro-Encuentro “Reforma laboral, precarización y derechos de las y los trabajadores”, me refiero a la situación laboral de las y los trabajadores de la investigación científica y humanidades del Programa Cátedras Conacyt, que representa a una parte significativa del sector de ciencia, tecnología y humanidades.
Miércoles 5 de octubre de 2022
La ciencia en los tiempos de la 4T
En los últimos 30 años, una de las promesas recurrentes de los grupos que han aspirado a gobernar nuestra república ha sido la de dotar de mayor inversión presupuestal al sector de ciencia y tecnología. Además, se ha insistido en que todo programa de gobierno debe considerar un proyecto de ciencia y tecnología que le asigne un papel preponderante en el desarrollo del país y que coloque a la producción de conocimiento científico como una política de Estado.
Durante la campaña de 2018, uno de los 100 puntos en el programa de gobierno del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador fue promover la investigación científica y tecnológica. A cuatro años de que se presentó ese documento, el sector científico se encuentra en una situación crítica. Lejos estamos de cambios que contribuyan a fortalecer al sector. Por el contrario, nos encontramos ante un panorama en el que la política gubernamental hacia el sector científico debilita a las instituciones y vulnera derechos.
Se trata de una política que ve a las y los trabajadores del sector, al personal que hace investigación científica, humanista y tecnológica, como un grupo de privilegiados que no tiene lugar en el proyecto de nación y al que le niega derechos, tachándolos de privilegios. Las consecuencias de tal forma de entender la ciencia comienzan a ser devastadoras.
La forma de entender la ciencia y el conocimiento no es ajena a la forma de distribuirle recursos. La distribución de los recursos tiene consecuencias políticas en el campo científico.
Presupuesto y control político
La política de “austeridad republicana” de este gobierno ha tenido consecuencias en el funcionamiento del campo científico, tecnológico y de humanidades, ya que se ha convertido en detonante de una mayor precariedad, pero también, de un mayor control político.
El presupuesto de egresos de la federación se ha reducido en 22% en el rubro de ciencia y tecnología. Como ha documentado la Red ProCienciaMX, al Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se destinaron 93 mil 544 millones de pesos en recursos fiscales que, junto con los recursos propios del sector, hicieron un total de 113 mil 277 millones de pesos.
Se trata de un aumento en términos nominales, pero no en términos reales, pues no toma en cuenta el aumento en la inflación, que ya llegó a más del 8.7%. Además, si uno aprecia la cifra como porcentaje del PEF, en realidad se trata del presupuesto en ciencia más bajo en los últimos 10 años, ya que solo representa el 1.3% del total del PEF y, por si fuera poco, apenas el 0.33% del producto interno bruto —lo que lo coloca muy por debajo del 1% que estipula la actual Ley de Ciencia y Tecnología.
El anuncio hecho por el presidente de la República de incrementar los recortes en los gastos de la administración federal —bajo el principio de “pobreza franciscana”— nos advierte sobre un cierre de sexenio con más ajustes y reducciones al gasto en el sector, con más precariedad laboral y con menos capacidad estatal para generar conocimiento, tecnología y pensamiento crítico.
El control del presupuesto también puede convertirse en un instrumento de control político. No es un asunto ajeno a la autonomía universitaria, ni a algunos de los principios rectores de la ciencia como la libertad de investigación y de cátedra. Si uno revisa la historia de México, es evidente que el presupuesto público siempre ha sido uno de los mecanismos de los gobiernos para presionar políticamente a las instituciones de educación y de ciencia.
Lo que se esconde detrás del control político de la ciencia es la capacidad de decidir qué tipo de conocimiento se quiere generar, qué tipo de investigación debe hacerse, qué utilidad debe darse a los descubrimientos y a las ideas. Esta pretensión de poder y control es transversal al Estado, a sus instituciones y a sus actores políticos, pero también es transversal al mercado, a las empresas y a su clase empresarial.
Precariedad laboral y control político: Cátedras Conacyt
En el centro de la precariedad presupuestal y control político se encuentra el Programa Cátedras Conacyt. Este programa gubernamental fue la política pública diseñada para enfrentar uno de los problemas estructurales del sistema nacional de ciencia, tecnología y humanidades: la falta de plazas laborales para investigación, docencia y difusión.
Sin embargo, el Programa Cátedras nació con un problema estructural: su personal fue asignado a sus labores mediante contratos individuales que claramente resultan violatorios de sus derechos humanos laborales.
El actual régimen de contratación en que se encuentra el personal del Programa Cátedras Conacyt les coloca en una situación de enorme inestabilidad y precariedad laboral. Lo anterior ha quedado de manifiesto con la política de contrataciones y despidos del gobierno de la Cuarta Transformación. Durante éste, para el año 2019 la tasa de despidos se incrementó en 633% con respecto a 2015, siendo 2018 y 2019 los años en que se presentaron mas despidos. En contraparte, para 2020 solo se contrataron 7 personas, lo que manifiesta un claro objetivo por desmantelar al programa. En total, para 2021 80 cátedras Conacyt habían sido despedidas de su trabajo de forma injustificada y, por tanto, ilegal.
Pero la precariedad e incertidumbre laboral no se reduce a las cuestiones económicas del Programa. Como es generalizado en el ámbito académico, la producción académica de las y los investigadores Cátedras Conacyt son sometidos a evaluaciones anuales. En este proceso, las Cátedras Conacyt son sometidas a condicionales que son causales de despido. Es decir, su empleo depende del resultado de la evaluación, mecanismo punitivo que expresa la institucionalización de violaciones evidentes a los derechos humanos laborales.
Muchas veces las evaluaciones ocurren en contextos de relaciones jerárquicas de poder al interior de las instituciones u obedecen a dinámicas de trabajo plagadas de exclusiones, discriminaciones y violencias de todo tipo, por lo que en términos globales la evaluación no garantiza, ni por mucho, la objetividad, la transparencia y la ética que exige este tipo de ejercicios. Por el contrario, crean las condiciones para que eventualmente se condicione la actividad de investigación a ciertas líneas o grupos de trabajo.
¿Qué hacer?
Un contingente de trabajadoras y trabajadores de la ciencia, la tecnología y las humanidades nos hemos organizado para defender nuestros derechos humanos laborales en el Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de Investigación de Cátedras Conacyt, cuyos objetivos rectores son revertir nuestros nombramientos irregulares como personal de confianza y lograr el reconocimiento como trabajadores de base bajo el Apartado A del Artículo 123 Constitucional con el fin de que se garanticen nuestros derechos humanos laborales tales como: 1) regirnos bajo un contrato colectivo de trabajo, 2) ejercer nuestro derecho a huelga, 3) derecho a negociaciones salariales, 4) lograr la estabilidad presupuestaria para la continuidad del Programa de Cátedras, y 5) terminar con la incertidumbre relacionada con una evaluación –en ocasiones discrecional y subjetiva- que determina nuestra permanencia laboral y puede condicionar las libertades de investigación y cátedra.
De lo que se trata es de asegurar el trabajo científico y académico colocando en el centro la dignidad de las y los trabajadores de investigación. Por ello apuntamos a un sindicalismo democrático, ético, incluyente, transparente y colegiado.
Siintracatedras busca ser el espacio que permita construir un sujeto colectivo que reconozca su condición de trabajador(a). Los contratos individuales que las Cátedras firman impiden precisamente la organización colectiva y la construcción en común de condiciones laborales óptimas. Por ello, Siintracatedras debe procurar la construcción de ese sujeto, politizado, con plena conciencia de su condición de trabajador y trabajadora, atento de sus derechos, advertido de que la movilización es el medio y la organización el instrumento. Solo así podremos asegurar la estabilidad financiera, la certidumbre laboral que garanticen la libertad académica y el pleno desarrollo de la investigación científica, el pensamiento crítico y el desarrollo tecnológico. Sin duda, solo lo lograremos desde la acción colectiva, desde la organización y movilización sindical, y el acompañamiento entre organizaciones.
*El autor es integrante del Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores de Investigación de Cátedras CONACYT (Siintracatedras).
1 D.R. Resumen de ponencia para el Foro-Encuentro “Reforma laboral, precarización y derechos de las y los trabajadores”. Una versión más extensa se publicó como parte de las Memorias del Primer Congreso Nacional de Sindicalistas de Instituciones Generadoras de Conocimiento organizado el 15 y 16 de agosto de 2022 en Ciudad de México.