Alentados por un discurso reaccionario que vociferan los grandes medios, un grupo minoritario de padres irrumpió en un acto escolar intentando impedir el uso de lenguaje inclusivo. Buscan negar derechos a través de la censura en pleno siglo XXI.
Miércoles 22 de junio de 2022 22:27
Desde ayer circula por redes un video, donde se ve a un grupo minoritario de “padres” abucheando la lectura del documento en un acto escolar que se llevó a cabo en el Club Almafuerte de Berisso, pretendiendo obligar a quien leía el discurso a que no lo hiciera en lenguaje inclusivo.
Se trata de un hecho aberrante, protagonizado por un grupo de personas no representativo de la gran cantidad de presentes de la comunidad educativa que en ese momento se encontraba celebrando el acto de promesa de la bandera.
Con este intento de censura no solo buscan negar el derecho de expresión sino que, tratándose del lenguaje inclusivo, además niega el derecho a la identidad de personas trans, travestis y no binarias.
Por acción u omisión los gobiernos son los responsables
Hace pocos días, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Juntos), prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas, y sectores del macrismo y los mal llamados “libertarios” pretenden hacer lo mismo ahora en la Provincia de Buenos Aires.
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Este despliegue es parte de todo un operativo reaccionario, porque lo que se intenta prohibir es el movimiento existente por abajo, enorme, de estudiantes, trabajadores, del movimiento de mujeres y de las disidencias sexuales.
Por su parte el Frente de Todos dice defender la ESI y el lenguaje inclusivo, pero muy lejos de eso solo destina 10,70 pesos por cada estudiante para la Educación Sexual Integral, mientras prioriza pagar 130 millones de pesos a la Iglesia Católica solo en calidad de “sueldo” a curas y obispos, recursos que sumado a los subsidios y miles de hectáreas que le cede el Estado, son utilizados al servicio de la lucha contra nuestros derechos.
En ese marco, un sector de la sociedad influenciado por medios reaccionarios, que están a la orden del día en una cruzada contra los derechos conquistados, organiza este tipo de irrupciones violentas en las escuelas.
Lo vimos en La Plata en 2018 con grupos “ProVida” que, mostrándose como supuestos padres, entraron en la Secundaria N° 8 para impedir que se dicten clases sobre ESI.
Sucedió una situación similar en nuestra ciudad, cuando Damián Jesús D´Ambrosio, en esos momentos candidato del partido “ProVida”, intentó que no se lleve adelante una charla sobre ESI en escuela de Arte y amenazó además con una denuncia penal a quienes organizaron la actividad. La respuesta fue contundente e inmediata: más de un centenar de personas se acercaron a la charla, a la vez que hubo un extendido repudio de parte de un gran sector de la sociedad, entre organizaciones sociales, de derechos humanos y centros de estudiantes.
El lenguaje inclusivo no cuestiona la gramática
Lo que está en disputa no es el buen uso del lenguaje, sino que, aún habiendo logrado las leyes mencionadas, la comunidad LGTBIQ+ sigue sufriendo la discriminación, el acoso, el retaceo de derechos y los crímenes de odio. Es sabido que el movimiento de mujeres y disidencias han logrado grandes conquistas en los últimos años.
Miles de jóvenes y no tan jóvenes lograron mediante grandes movilizaciones la aprobación de la Ley de Identidad de género y la Ley del matrimonio igualitario, como así también el cupo laboral trans, logrando derechos para quienes estaban invisibilizadxs por leyes arcaicas que no reconocían su identidad autopercibida.
Con dicho reconocimiento, además de habilitar la posibilidad de ejercer derechos básicos cómo el Matrimonio Igualitario, un DNI con su identidad autopercibida, un empleo registrado y con derechos, también se lograron las aprobaciones de La Ley de Educación Sexual Integral, y finalmente la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo , permitiendo que de una vez, las mujeres podamos comenzar a elegir sobre nuestros propios cuerpos.
Pero sabemos que la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida, y en muchísimos casos hay que dar peleas interminables para que se respeten e implementen dichos derechos, para terminar con la precariedad y miseria a la que son empujadas a vivir producto de la discriminación, patologización, criminalización y persecución, cuestiones que viene sufriendo el colectivo históricamente , llevando a que su perspectiva de vida no supere los 35 años.
Entonces, nombrarse es mostrarse, “existir”, poniendo en cuestión la “normalidad” impuesta por sectores retrógrados. Y nombrarles también es acompañarles en su lucha cotidiana. Mientras tanto seguimos sin saber dónde está Tehuel de La Torre e insistimos en denunciar al Estado como responsable de su desaparición.
Las nuevas generaciones, miles de estudiantes y jóvenes precarizados son quienes rechazan con más fuerza y convencimiento cualquier forma de opresión , son elles quienes hacen suyo este lenguaje y son parte de un gran movimiento que plantea la conquista de derechos y libertades.
Los abucheos en el acto escolar de nuestra ciudad no son más que una acción que intenta prohibir y censurar a les trabajadores de la educación, pero con el objetivo final de disciplinar a las nuevas generaciones, a sus hijes. Ellos se meten con la libertad de sus hijes.
El lenguaje inclusivo permite mostrar lo que se quiere esconder y prohibir. Sirve contra el acoso escolar, con los históricos rechazos que se sufren en la familia.
¡No queremos escuelas con censura!
Queremos escuelas al servicio de les trabajadores y el pueblo, y sobre todo de su juventud.
Que les estudiantes encuentren en la escuela un lugar de organización y encuentro. No vamos a permitir que estos sectores del Medioevo les roben su libertad.
Los centros de estudiantes, organizaciones políticas y sindicales deberían pronunciarse contra este hecho.
Suteba, Feb y Udocba tendrían que ponerse a la cabeza de defender la ESI, el lenguaje inclusivo y todos nuestros derechos en las escuelas.