Huenchumilla, senador DC planteó una propuesta constitucional, que pretende otorgar autonomia y libertad al pueblo Mapuche, pero ¿Es posible confiar en los mismos políticos que han gobernado para terratenientes y forestales?
Viernes 10 de mayo de 2019
El senador de la Democracia Cristiana, Fransisco Huechumilla, propone solucionar la "cuestión mapuche" otorgando ciertos derechos a los pueblos originarios emulando otros modelos supuestamente exitosos e inclusivos, como EE.UU y Colombia. El senador propone entre otras cosas otorgar derechos colectivos a las comunidades, declarar a Chile como país Plurinacional, otorgar autodeterminación y autonomía, así como derechos a la tierra y al territorio.
Los referentes de Huenchumilla
En EE.UU en 1832 se reconocieron algunos derechos a las reservas indígenas. Por decreto de la Corte Suprema se declaró que “Las naciones indias [son] comunidades políticas distintas, que tienen fronteras territoriales, dentro de las cuales su autoridad es exclusiva, y tienen derecho a todas las tierras dentro de esas fronteras, lo cual no solo se reconoce, sino que está garantizado por los Estados Unidos. Las naciones indias siempre considerados como comunidades políticas distintas e independientes que conservan sus derechos originales, como poseedores indiscutibles del suelo desde tiempos inmemoriales”.
No obstante dicho edicto no pudo evitar la masacre de Wounded Knee, comunidad Siux de Dakota del Sur, que fue militarizada por sospechas de rebelión. El Séptimo Regimiento de Caballería abrió fuego contra los nativos asesinando a 300 Siux, incluyendo mujeres y niños desarmados.
En 1973, la historia se volvería a repetir y paradojalmente en la misma comunidad, la cual se encontraba en conflicto con una empresa que extraía carbón y uranio dentro del territorio de la comunidad. Pero ni siquiera los tratados constitucionales que protegían a las comunidades fueron válidos. Motivo del conflicto entre 1973 y 1975 fueron asesinados más de 250 nativos americanos por parte por el FBI, pero principalmente por grupos paramilitares que hicieron el trabajo sucio a las fuerzas de seguridad. Ningun paramilitar o policía fue juzgado. Producto de este conflicto fue encarcelado Leonard Peltier de la etnia Lakota, condenado a dos cadenas perpetuas, continuando en prisión a pesar de su avanzada edad.
La represión hacia los pueblos originarios en el país de la democracia continúa hasta los días de hoy, unos 200 presos políticos de los pueblos nativos siguen encarcelados en las mazmorras de la libertad.
En el caso de Colombia, a las comunidades, la constitución les asegura el derecho a la propiedad colectiva de la tierra, educación bilingüe y representación parlamentaria, así como el poder de autogobernarse dentro del marco de la constitución y las leyes.
No obstante estas "garantías" fueron barridas de un plumazo con milicias paramilitares. Dado que el Estado no podía enviar abiertamente a la policía para expulsar a los nativos de su territorio, hicieron uso de la bandas paramilitares con operaciones en la selva, donde realizan sus actividades delictivas relativas al narcotrafico, represión a los campesinos e indígenas y el asesinato de dirigentes sindicales. El trabajo sucio, que no pudo realizar el gobierno fue ejecutado por el paramilitarismo, posteriormente, estos grupos armados serian amnistiados por el Ex mandatario álvaro Uribe, a cambio de desmovilizarse. Dichos grupos paramilitares se volverían a reagrupar pero con otros nombres.
La represión paramilitar en Colombia dejo entre el 2004 y el 2008 un total de 48.318 personas pertenecientes a pueblos indígenas desplazadas de sus territorios, las cuales pasarían a ser ocupadas como centros de operaciones paramilitares como las AUC. En el periodo entre 1998 y 2008, la ONI (Organización Nacional Indígena de Colombia) reportó el asesinato de 1980 indígenas.
La ilusión de Huenchumilla
Con estos ejemplos es iluso creer que las medidas que propone Huenchumilla funcionaran. Ni siquiera EE.UU fue capaz de detener la vorágine y la influencia del capital sobre las comunidades indígenas. Las autonomías, la capacidad de gobernarse parcialmente, no significaron nada ante la presión de los grupos empresariales y paramilitares. La emancipación política del pueblo mapuche nunca se alcanzara mientras las medidas para su autonomía y libertad estén reducidas a pequeños reductos de tierras mientras los grandes grupos económicos, como los Angellini y Matte, concentran la gran propiedad (con cerca de 2.000.000 de hectáreas de tierra).
La verdadera autonomía y libertad la tendrá el pueblo mapuche cuando se les garantice el derecho a la autodeterminación como pueblo, medida que no puede realizarse mientras nos gobiernen los agentes de las forestales y grandes terratenientes. Para esta enorme tarea es necesaria la unidad de los trabajadores con el pueblo mapuche, en donde un gobierno obrero pueda garantizar su libre determinación.