El pasado viernes, la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reunió en la sede de la Sociedad Rural de Río Cuarto. Las ausencias de Macri y Larreta le dieron una impronta, a la vez que dejaron que el radicalismo apareciera con más peso en el cónclave. Con internas a nivel coalición y a nivel partidos, los distintos espacios que conforman la coalición derechista mantienen diferencias en “tiempos y formas” pero coinciden en un programa que de respuesta a los pedidos del “mercado” pensando en un nuevo Gobierno en 2023.
Miércoles 29 de junio de 2022 14:15
Foto: Página 12
La reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio realizada el pasado viernes en Río Cuarto fue la primera luego de la que se realizó a fines de Abril, donde se había emitido el documento (que luego desató declaraciones cruzadas) que rechazaba la incorporación del liberal Javier Milei. Sin la presencia de figuras de peso, tanto del PRO como del conjunto de la coalición, como Mauricio Macri y Horacio Rodriguez Larreta, la reunión de la coalición derechista debatió en torno a las candidaturas para el 2023 y al programa político-económico de un eventual próximo gobierno.
El Encuentro realizado en la sede de la Sociedad Rural de Río Cuarto puede interpretarse como un mensaje al sector agroindustrial sobre el lugar que éste tiene en el plan económico de un posible futuro gobierno. Incluso antes del comienzo del temario estricto de la coalición, los referentes cambiemitas recibieron a empresarios de distintas ramas del agro de la provincia mediterránea.
Uno de los temas centrales del encuentro fue en torno a las candidaturas. Junto a las disputa entre los distintos espacios que conforman la coalición derechista, al interior de los mismos también existen competencias por el liderazgo. El ejemplo de Rodriguez Larreta, Macri y Bullrich, en el PRO es uno pero no el único. Ese escenario se hace más complejo a nivel provincial, y más aún en provincias donde no hay Paso como mecanismo para dirimir internas.
“El tema es que (a la definición de candidaturas. NdR) lo hagamos con suficiente distancia de la elección para que la elección no nos embarre la decisión y tengamos un compromiso de no judicialización de esa decisión, dijo Bullrich en la reunión, tratando de anticiparse a posibles futuras crisis y cruces dentro de Juntos por el Cambio. Mientras que a nivel nacional, la premisa que se expuso fue que tanto el PRO como la UCR lleguen a la interna con un solo candidato, por la desventaja producto de la división de votos que implicaría a un espacio tener a más de un postulante.
Con las ausencia del ex presidente y figura central del Pro, sumada a la del jefe de gobierno porteño, la UCR pudo mostrar un mayor peso relativo en la reunión. La representación radical estuvo encabezada por el presidente del Comité Nacional y gobernador jujeño Gerardo Morales y el diputado Mario Negri; el presidente de la Convención Nacional, Gastón Manes; el mendocino Julio Cobos; y el ex intendente de Córdoba, Ramón Mestre. Por el PRO estuvo su presidenta Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Maximiliano Ferraro estuvo por parte de la Coalición Cívica, y Pichetto por los peronistas republicanos. Estuvieron también presentes representantes de los partidos que integran la alianza de siete provincias.
Entre algunas de las ideas que dejaron la reunión, estuvo la de Pichetto, quien habló de una necesidad de un “cambio de paradigma, de visión del mundo del trabajo y la producción, para salir de la estructura de pobreza y de planes” y sostuvo tener “una visión de una argentina capitalista, de reglas de mercado, de producción y trabajo, de alentar a los empresarios y emprendedores, modernizar las normas laborales, trabajar una reforma impositiva a la baja y generar un marco de confianza y liderazgo público y político para llevar adelante las medidas”.
Pichetto repite el libreto de siempre, buscando seducir a los capitales más concentrados tanto locales como extranjeros, hablando de reformar las normas laborales y “alentar” a los empresarios. Ya sabemos que el aliento del que habla se trata de incentivos fiscales, reducciones impositivas y cualquier medida que baje los “costos laborales” de los empresarios. Tampoco se privó de arremeter contra la insuficiente asistencia social para los sectores más empobrecidos, aprovechando el clima generado tras el discurso de la vicepresidenta Cristina Fernández.
Por su parte, el gobernador de Jujuy llamó una vez más a construir un “acuerdo nacional” integrado por el radicalismo y “sectores del peronismo racional”. También llamó a mantener la unidad y alejarse de los sentimientos de la “antipolítica”, en referencia a Javier Milei, cuya imagen viene últimamente en picada. “Es posible que nos hagamos cargo del gobierno para el 2023 y tenemos que tener un plan de gobierno”, lanzó. “No nos tenemos que mover de donde estamos, tenemos que seguir en el centro, propiciando el diálogo, terminar con la grieta”.
El discurso de centro de Morales se mantiene en sintonía con el de Larreta, uno de los candidatos más fuertes de la coalición de derecha. “Estoy convencido de que en la Argentina debemos terminar con la grieta y construir una coalición amplia para enfrentar los problemas estructurales”, declaró el jefe de gobierno mientras se encontraba de gira por Europa (motivo formal que puso para justificar su ausencia de la reunión en Río Cuarto).
“Un camino sostenido de crecimiento y desarrollo cuando hay un acuerdo de largo plazo y metas comunes a través de sucesivos gobiernos”, agregó en la misma sintonía uno de sus funcionarios durante la misma gira. Una postura “antigrieta” que comparten ambos dirigentes derechistas y que contrastan con el programa de “shock” que defienden entre otros, Macri y Bullrich.
La ausencia del ex presidente echó por tierra los deseos de varios referentes de JxC, que esperaban poder tener una foto de la Mesa con las y los principales referentes del espacio, luego del duro cruce semanas atrás entre Macri y Morales.
Empantanado en sus internas y disputas de poder, Juntos por el Cambio sigue mostrando sus dificultades para presentar candidatos que puedan disputarle las elecciones al Gobierno en las elecciones de 2023. Sin diferencias de principios ni de programa político en líneas generales, las pujas por quienes se quedan con una mayor tajada de poder para llevar adelante sus negociados, siguen dominando la situación de la coalición opositora. Cuestión que algunos ven con inquietud en el contexto de debilidad y crisis por el que transita el Frente de Todos, también envuelto en sus internas y cruces a nivel discursivo, pero que también comparten gobernar bajo el programa político y económico que pide el FMI.
Ni la coalición derechista de Juntos por el Cambio, ni la coalición del Frente de Todos se proponen llevar adelante un plan de gobierno en beneficio de las mayorías trabajadoras y populares, ni para sacar a Argentina de la dependencia y el atraso. Ambos espacios políticos votaron el acuerdo con el FMI y están dispuestos a mantener al país bajo su tutela, mientras la pobreza sigue en números altísimos y se consolida cada vez más incluso llegando a sectores de trabajadores formales.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario