Con la nueva Ley Bases, Milei, radicales y peronistas quieren votar una reforma laboral. ¿Qué significa esto y cómo nos fue con las que hizo Carlos Menem durante los años 90?
Claudia Ferri @clau.ferriok
Lunes 29 de abril 11:15
Toda reforma labora es un cambio en la reglamentación del trabajo, osea en la relación entre trabajadores y empresarios, que en general perjudica a los primeros (atacando derechos conquistados en los años previos) y favorecen a los empresarios que son -no casualmente- quiénes las diseñan. Por eso, más que reforma, sería preciso decirle contrarreforma.
En los 10 años que duró el gobierno del presidente Carlos Menem se flexibilizaron las condiciones de trabajo con una velocidad pocas veces vista.
En 1989 autorizó vales por comida, en lugar de la plata. En 1990 reglamentó y limitó el derecho a huelga. En 1991 sancionó la Ley de Empleo que permitió flexibilizar contratos porque los volvía temporales.
En 1992 suspendieron los derechos conseguidos en las empresas que se estaban privatizando, que fueron más de 60 en total. Y aparecieron las pasantías estudiantiles encubriendo lo que es mano de obra barata o directamente gratuita para los empresarios.
En el 93 permiten “aumentos por productividad” y en el 94 sancionan la Ley Pymes que permitía: bajar indemnizaciones (como el de ahora), tu jefe podía cambiar el horario laboral como le convenía, se podía trabajar hasta 12 horas de corrido sin que paguen horas extras, dividía vacaciones, entre otras. Y también Ley de la ART que convertía a la salud de los trabajadores en un numerito más de las empresas.
Seguimos en 1996 atacaron los convenios colectivos y en el 1998 vuelve a hacer otra reforma laboral con la Ley de Formación y Empleo que permitía contratos de entre 3 meses y un año de duración a trabajadores de entre 16 y 28 años que después de ese tiempo de ese plazo no podían volver a ser contratados por los mismos empleadores. Prácticamente descartables se volvían las personas.
Después llegó De la Rúa y metió otra reforma encima que la llamaron “la Banelco” porque la aprobaron con coimas.
Con estas contrareformas, como ahora, decían que iban a modernizar el empleo, que iba a bajar el desempleo, que iba a permitir que los empresarios “blanqueen”, registren” a sus trabajadores. Pero las consecuencias terminaron siendo todo lo contrario.
Durante el gobierno menemista se duplicó el desempleo, de 7 a 14% pasó con picos entre el 95 y 96 y en el 2001 a 20%. La precarización laboral pasó del 29% en 1990 a 38%, y en el 2001 a 43%.
¿Qué significa todo esto? que si sos parte de la mitad de la población no tiene derechos laborales, no tiene vacaciones, ni aguinaldo, ni obra social, ni nada es gran parte por lo que pasó en los 90.
Fueron medidas que pasaron por decreto y a través del congreso porque el Partido Justicialista le votó todo, la mayoría de la oposición también. Y la conducción de la CGT dejó pasar todo, sólo algunos sindicatos se opusieron.
La reforma laboral de Milei quiere cambiar el régimen de indemnizaciones para que te despidan más fácil y barato, perdona a los empresarios que tienen trabajo no registrado, facilita la tercerización y los despidos discriminatorios. Además en el empleo público ataca el derecho de huelga y te pueden despedir aunque estés con licencias o enfermedades.
Encima le roba la posibilidad de jubilarse a las mujeres que trabajaron precarizadas y saca el monotributo social para las y los precarios.
Por eso para que el conjunto de la ley omnibus no pase, es importantísimo movilizarse. La marcha educativa, con un millón de personas en las calles, muestra que el descontento y las ganas de luchar están.
Sumate a conocer y organizarte en el Partido de los Trabajadores Socialistas de Nicolás del Caño y Myriam Bregman, una fuerza política que pueda ponerle un freno a esta situación y que pelee por un gobierno de los trabajadores, basta de estos gobiernos que solo beneficias a los empresarios y al capital financiero.
Hay que seguirla, para ser miles y miles que peleen por un paro general hasta que caiga el plan de ajuste.
Claudia Ferri
Historiadora, UBA. Columnista de la sección Historia de La Izquierda diario.