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Alemania vs Hungría. ¿Qué hace una bandera del orgullo irrumpiendo en la Eurocopa?

Tras la votación de una ley que busca prohibir las expresiones LGBTIQ+ en Hungría, la respuesta no se hizo esperar. Desde movilizaciones en Budapest, hasta gestos en partidos de la Eurocopa y declaraciones de la Unión Europea. ¿Qué hay detrás de los países de la UE posando de inclusivos contra Hungría?

Pablo Herón

Pablo Herón @PhabloHeron

Sábado 26 de junio de 2021 15:47

En medio del mes del orgullo un debate encendido atraviesa el viejo continente, involucra desde cruces entre la Unión Europea y Hungría, hasta las selecciones de fútbol y la UEFA. Como punto de partida, la semana pasada el parlamento húngaro votó una ley que básicamente prohíbe toda expresión LGBTIQ+ en las escuelas y los medios de comunicación durante el horario de protección al menor.

El día previo a la sanción de la ley más de 10 mil personas en la capital Budapest se movilizaron en rechazo. La norma fue incluida sorpresivamente hace unas semanas en un proyecto de ley que originalmente fue presentado para establecer más penas para la pedofilia. De esta manera el Gobierno buscan alimentar más aún los prejuicios reaccionarios contra les LGBTIQ+.

No es la primera medida que busca avanzar contra los derechos de la diversidad, en el último año el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, prohibió el reconocimiento legal a autopercibir la identidad de género, prohibió la adopción de parejas homosexuales y definió al matrimonio en la constitución húngara como una relación exclusivamente entre un hombre y una mujer. Los sectores antiderechos, que también buscan atacar conquistas del movimiento de mujeres como el aborto, vienen intentando avanzar en ese sentido en distintos lugares del mundo.

La noticia rápidamente apareció en las portadas internacionales, repudios de todo tipo y hasta llegó a tener un capítulo particular en el mundo del fútbol europeo

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¿Qué pasó en la Eurocopa?

En medio de esta situación el alcalde de Munich propuso que el pasado miércoles, cuando se jugaba el partido entre Alemania y Hungría, el estadio se pinte de los colores de la bandera del orgullo en repudio a la ley húngara. La UEFA (Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol) se negó a acceder a la petición proponiendo que se realice en otra fecha. Esto provocó una campaña por pintar de multicolor Alemania que llegó a otros estadios iluminados, tapas de diarios y empresas como Siemens o BMW pintando sus logos en twitter.

Manifestación cerca del edificio del parlamento en Budapest, 14 de junio
Manifestación cerca del edificio del parlamento en Budapest, 14 de junio

Organizaciones LGBTIQ+ junto a Amnistía Internacional, distribuyeron 11.000 banderas arcoíris a los espectadores antes del partido. Mientras sonaba el himno húngaro un chico se metió en el campo de juego agitando una bandera multicolor y fue detenido por la seguridad.

Los gestos no terminaron ahí, tras meter un gol el jugador alemán, Leon Goretzka, se dirigió a la tribuna húngara, que estaba cantando proclamas homofóbicas y fascistas, formando un corazón con sus manos. La imagen se volvió viral. El arquero de la selección, Manuel Neuer, durante todo el partido portó su brazalete multicolor por el que la UEFA había amenazado con sancionarlo, medida de la que tuvo que retroceder ante la ola de críticas.

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Esta seguidilla de hechos lograron que la ley contra las personas LGBTIQ+ votada en Hungría tenga repercusión y se haya ganado un amplio repudio en sectores de Europa y el mundo. Sin embargo, si se ve de lejos la película, parecería una contienda entre países donde hay un bando tolerante y gayfriendly como Alemania, y del otro lado una Hungría homofóbica. Una visión que abona a los prejuicios nacionalistas, donde habrían países “verdaderamente democráticos” y otros países que directamente son reaccionarios, ¿qué hay de fondo en este escenario?

La Unión Europea versus Hungría

El martes pasado 17 países de la Unión Europea emitieron una declaración contra Hungría, que para los medios llegó a ser catalogada como “devastadora” donde aseguran que: “La inclusión, la dignidad humana y la igualdad son valores fundamentales de nuestra Unión Europea y no podemos comprometernos con estos principios”. Para lo que posteriormente llamaron a la Comisión Europea a “utilizar todas las herramientas a su alcance para garantizar el pleno respeto de la legislación de la UE”.

Una iniciativa similar impulsaron hacia Polonia, donde hay decenas y decenas de ciudades que directamente se declararon “anti-LGBT”. En este caso llegaron a promover que se le recorten fondos e inversiones, medidas que de concretarse podrían dejar ciudades enteras en ruinas en medio de una crisis económica que tras la pandemia atraviesa todo el mundo.

Miles de personas en la marcha del orgullo Varsovia, Polonia, 19 de junio. Foto
Miles de personas en la marcha del orgullo Varsovia, Polonia, 19 de junio. Foto

En la Europa “tolerante”, hasta sectores de ultraderecha que vienen ganando peso adoptaron un discurso gayfriendly, que usan para promover políticas de odio contra los musulmanes. Hay que mirar con más detenimiento la realidad, porque detrás de algunas banderas del orgullo y discursos sobreactuados de tolerancia, podemos encontrar Estados que buscan lavarse la cara y mostrarse “democráticos”, mientras al mismo tiempo promueven el nacionalismo, el racismo y la xenofobia, y son los mismos que implementan políticas económicas que atacan a las grandes mayorías en medio de la crisis. Por dar un ejemplo, recientemente se podía ver al Gobierno español deportando en caliente inmigrantes marroquíes con el ejército en Ceuta, una política anti inmigratoria que se repite en toda Europa.

Paradójicamente, aquellos Estados que posan de inclusivos contra Hungría y Polonia, lejos están de ser ese oasis de diversidad que tanto quieren vender. En 11 de los 17 países firmantes de la declaración, entre ellos Alemania, Suecia, Italia o España, para acceder al derecho a la identidad de género le imponen a la persona que se realice un diagnóstico de salud mental, o sea, está negado el derecho a la autopercepción de género y se continúa reproduciendo la patologización. Firmantes como Finlandia, Lituania y Chipre, directamente también ponen como requisito que la persona se someta a un proceso de esterilización, según el informe del 2021 de Transgender Europe. ¿A todo esto también le llaman “inclusión, dignidad humana e igualdad”?

El repudio a las iniciativas de los antiderechos es imperioso cuando se trata de Estados como Polonia o Hungría, aumentando su capacidad para reprimir y perseguir a personas LGBTIQ+, por el solo hecho de expresar y vivir su sexualidad o identidad de género. Pero nada podemos esperar de esos organismos como la Unión Europea o la ONU, que detrás de discursos “tolerantes” sostienen un sistema donde lo que se profundiza es la desigualdad. Al contrario, a poco de que se cumplan 52 años de la revuelta de Stonewall y ante los ataques de los sectores antiderechos, se pone en evidencia la necesidad de retomar las calles como vía para que las demandas de las personas LGBTIQ+ efectivamente sean escuchadas, tal como lo muestran los miles y miles con sus banderas del orgullo en las plazas de Budapest o en Varsovia enfrentando esos regímenes reaccionarios.


Pablo Herón

Columnista de la sección Género y Sexualidades de La Izquierda Diario.

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