El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgarary, comentó que el gobierno mexicano espera con los brazos abiertos a los dreamers que “quieran volver” a suelo mexicano, después de que el gobierno de Trump cancelara el DACA.
Jueves 14 de septiembre de 2017
En un marco signado por la cancelación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la infancia (DACA), que cobijaba a 800 mil migrantes, Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, viajó tres días a Estados Unidos para intentar maquillar la terrible situación que implica la cancelación del DACA.
Videgaray estuvo dos días en California, que alberga a la cuarta parte de migrantes protegidos por el DACA, donde visitó las ciudades de Sacramento y Los Ángeles. En Sacramento el canciller se reunió con el gobernador Jerry Brown y el líder del senado estatal Kevin de León con el objetivo de fortalecer lazos para “respaldar a los migrantes” en ese estado.
En Los Ángeles, Videgaray inauguró en el Consulado General de México un módulo de Salud Mental y el Centro Cinematográfico así como una Bolsa de Trabajo en México para migrantes y Dreamers.
En conferencia de prensa en el consulado, Videgaray afirmó que el gobierno mexicano sostiene su compromiso de apoyo a los Dreamers para cumplir su sueño de permanecer en Estados Unidos, sin embargo, hizo hincapié en que pese a los “esfuerzos” del gobierno para que los Dreamers se queden, México se prepara para recibir a los Dreamers que quieran regresar (como si regresaran por voluntad propia y no las deportaciones que el gobierno de Trump planea).
El canciller comentó que la administración de Peña Nieto espera a los Dreamers “con los brazos abiertos” y dijo que: “sería un beneficio para México y una perdida para Estados Unidos que perdería fuerza laboral”.
Videgaray cerró su gira de trabajo en Washington, donde sostuvo reuniones con Elaine Duke, quien ocupó el cargo de John Kelly en el Departamento de Seguridad Interna y con Jared Kushner, cuñado y asesor de Trump. Pero no con Rex Tillerson, secretario de estado, que se encontraba de viaje en Reino Unido.
La agenda del titular de la SRE terminó con una reunión con Nancy Pelosí, líder del Partido Demócrata en la cámara de Representantes para intentar, vía la oposición demócrata, una salida en la Cámara de Representantes para intentar dar una certidumbre jurídica a los 800 mil Dreamers.
¿Qué hay detrás del discurso de “apoyo” a los Dreamers?
Luis Videgaray deja ver tres cuestiones a considerar, en primer lugar la evidente subordinación del gobierno mexicano al gobierno estadounidense, reflejado en un simple llamado “respetuoso” al gobierno estadounidense frente a la cancelación del DACA y, por otro lado, el cabildeo con personajes del Partido Demócrata -para intentar matizar la cancelación del DACA explorando alguna certeza jurídica para los 800 mil Dreamers- que bajo la gestión de Barack Obama, llevaron adelante una cifra histórica de deportaciones.
En segundo lugar, pese a que muchos Dreamers son estudiantes que trabajan para pagar su universidad, Videgaray hace hincapié en que Estados Unidos saldría perdiendo con la deportación de los Dreamers, cuestión que es cierta: solo en California los Dreamers aportan 11,600 millones de dólares anuales. Sin embargo, la salida que le quiere dar Videgaray y el gobierno mexicano, es recibir con los brazos abiertos a los Dreamers para acogerlos bajo las terribles condiciones laborales que imperan en México, el paraíso de las trasnacionales. La integración de los Dreamers a la bolsa de trabajo mexicana sería con bajos salarios, ninguna prestación y a través de la subcontratación (outsourcing).
En tercer lugar, el gobierno mexicano no podría garantizar educación pública los miles de Dreamers en peligro de deportación, las universidades públicas como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), entre otras, se ven completamente estranguladas con un recorte presupuestal brutal y la elitización de estas universidades que hoy en día solo aceptan al 9% de los aspirantes. No se diga de las universidades públicas de los estados donde los pagos por inscripción o por semestre no distan mucho del cobro en universidades privadas.
Frente a esto es fundamental seguir el ejemplo de los propios Dreamers, que salieron por miles a las calles en cuanto se supo de la cancelación del DACA. Los millones de mexicanos trabajadores, jóvenes y mujeres que tenemos hermanos migrantes del otro lado de la frontera tenemos que salir a las calles en defensa de los Dreamers y del conjunto de los migrantes, por plenos derechos para todos los migrantes, solo la movilización a ambos lados de la frontera podrá ponerle un alto al gobierno del magnate Donald Trump.