×
×
Red Internacional
lid bot

Estudiantil. ¿Qué tienen para ofrecer las 4 listas que compiten por la FECH?

Estamos en medio de la elección de una nueva mesa directiva para la FECH. Y ya nos hemos referido en otros artículos a dos de las listas en competencia, “Surgir FECH” que es de estudiantes independientes, o sea sin apoyo de partidos políticos u otras organizaciones, y “Seamos Cambio” de las Juventudes Socialistas (JS), que si bien a nivel nacional comparten el gobierno con la actual conducción de la Federación, se presentan por separado. Catalina Lufín y David Águila son les actuales presidenta y vicepresidente, la primera milita en las Juventudes Comunistas (JJCC) y el segundo en el partido de Gabriel Boric Convergencia Social (CS). Van por la reelección y su lista se llama “Construyendo Federación”.

Miércoles 8 de mayo

Te puede interesar: Lista “Surgir Fech”: ¿un nuevo “gremialismo progre” en la Universidad de Chile?

Te puede interesar: Elecciones FECH: Las Juventudes Socialistas y su programa localista y neoliberal

En esta oportunidad nos centraremos en qué plantea la lista de la JJCC y de CS y cuál es nuestra crítica y propuesta para cambiar la organización y política de la FECH. Pero antes, solo para mostrar más claramente las similitudes y diferencias con Construyendo Federación, repasemos a las otras listas.

Surgir FECH tiene como candidata a la presidencia a Camila Requena, estudiante de Derecho y ex presidenta del Centro de Estudiantes de la facultad. Está lista tiene un programa totalmente gremialista, y son “progresistas” o de “izquierda pluralista” como se autodenominan. El centro de sus propuestas está solo en los problemas de la Universidad de Chile, hablan de las malas condiciones en salud mental, socialización y alimentación, entre otras. En el debate “oficial” en la Casa Central dijo que quieren hacer “algo muy similar a lo que se hace con la semana mechona, queremos realizar espacios donde los compañeros puedan encontrarse en el patio y puedan conversar”. Su propuesta estrella es crear una plataforma cultural con el dinero de la FECH donde puedan “converger distintos movimientos y expresiones artísticas”. En el debate en la Facultad de Economía y Negocios, dos días antes, un candidato de esta lista propuso generar espacios para saltar la cuerda para así revivir al movimiento estudiantil.

Quieren entregar medios y visibilización para a través de la cultura hacer surgir la FECH, pero surgir ¿hacia dónde? ¿Solo a que en la Universidad haya más espacios para “encontrarse”? Pero ¿qué proponen que les estudiantes discutamos cuando nos encontremos? Porque ya nos encontramos y se levantan espacios artísticos, políticos, sociales, etc. Entendemos que quieran usar la FECH para potenciar esto, de hecho, lo compartimos, pero creemos que es absurdo quedarse allí. El rol histórico de la FECH que a nosotres nos inspira va mucho más allá a que sea como un “centro de estudiantes grande”, que estos independientes no logran visualizar. La FECH, en cierto momentos, ha sido un actor político clave a nivel nacional, tanto hacia adentro siendo expresión de la organizaciones de las distintas carreras y facultades, como con respecto a la política nacional y a la lucha de clases. La unión entre la FECH y la Federación Obrera de Chile (FOCH) en los años 20 del siglo pasado, su trabajo territorial, la vinculación con campesinos, obreros y pobladores desde los 60 y 70 son ejemplo para nosotres del verdadero rol social y “público” del movimiento estudiantil. En los 80 contra la dictadura, durante los 90, 2000 y el 2011 en adelante, contando el mayo feminista del 2018, ha mostrado que las federaciones en general, y la FECH en particular necesitan tener una política nacional por la que organizarse y luchar. Los problemas sociales se discuten a la interna pero para actuar y luchar dentro de la U como afuera, porque ambas son partes de un todo, donde históricamente ha pesado mucho más el contexto social y político de la lucha de clases que el gremialismo de burbuja estudiantil.

El otro ejemplo de gremialismo es el de “Seamos Cambio”, pero esta vez con un claro tinte neoliberal. Las Juventudes Socialistas (JS) decidieron competir con sus compañeros de gobierno, pero en realidad sólo están buscando visibilización y apoyarse en el sector de estudiantes de la izquierda más amarilla que existe en la UChile. A falta de una lista de la Centro Derecha Universitaria (CDU) que siempre se postulaba, Seamos Cambio viene a jugar el papel de la lista más conservadora y neoliberal en juego. Veamos por qué decimos esto.

Fernando Segura, ex presidente del Centro de Estudiantes de Veterinaria y militante de la JS es quien se candidatea a presidente. Y en los debates se ha referido a lo que quieren hacer con la FECH y sus platas principalmente, y sobre el rol que cumplirá de diálogo “permanente” con las autoridades. Sobre los problemas de alimentación y de los casinos dice que “se entiende que esto es producto, obviamente a las variaciones del IPC, todo va subiendo” y contó que hubo reuniones o “mesas de trabajo” con las autoridades del campus sur, Antumapu, que decían que el casino “autosustentado” (se refiere a que dependía de la Universidad y no de una empresa privada) generaba 70 millones de pesos anuales de pérdida, y que no era sustentable para la Universidad. El candidato “socialista” dijo que “el panorama cambia un poco con las concesiones privadas que van con contrato establecidos por año”. O sea, está de acuerdo con la visión mercantil de la alimentación que tiene el decano de Antumapu, porque al no ser rentable financieramente hay que cerrarlo. En cambio, para el candidato la cosa funciona mejor si se habla de casino privados, y esto es claramente por las pésimas condiciones laborales en que tienen a las y los trabajadores, con subcontrato, y porque ahorran en calidad de la comida que dan. Pero parece que “Seamos Cambios” es solo un nombre de fantasía, porque en realidad con esta política quieren mantener el sistema tal cual. Puro nombre de marketing pero para defender el status quo.

El candidato “socialista” agregaba en el debate que “para esto es sumamente importante tener una mesa de trabajo con autoridades, que sea permanente, y poder evaluar cuál es el panorama más viable para encontrar una solución con esta diversidad de funcionalidad que tienen los casinos”. Suena bastante a que se necesita la cooperación público privada para solucionar este problema.

Siguió diciendo: “para mi sería ideal que todos los casinos de la universidad sean autosustentados pero si yo llego a hablar con las autoridades, si llego a hablar con la rectora y propongo esto, obviamente eso no tiene, en este momento de debilidad económica porque no está dentro del presupuesto de la universidad, entonces ante ese panorama qué podemos hacer nosotros como estudiantes, cuáles son las opciones económicas que tiene la universidad para poder subsanar ese problema. Entonces esas son las conversaciones que hay que tener con las autoridades. Hay que ver cuáles son las prioridades, donde están las alzas más fuertes y también la unidad de bienestar estudiantil, cuál puede ser la ayuda entregada a los estudiantes. Muchas facultades no tienen becas de alimentación, a diferencia de otras, entonces hay muchos mecanismos para poder paliar estas alzas, obviamente no solucionan el problema de fondo pero hay que ser realistas y hay que apuntar a cosas que puedan hacerse durante estos seis meses”.

O sea, deja claro que no se puede hacer mucho y que en realidad no tienen solución al problema de alimentación y casinos. Es más, su propuesta es que las autoridades decidan. ¡Viva la autonomía de la FECH! Mejor dejemos que Rosa Devés sea la presidenta FECH.

Aunque, para no faltar a la verdad, prometen dar becas con los fondos de la federación. En su programa dicen “proponemos catastrar las facultades que se encuentren bajo dicha situación con el propósito de poder habilitar beneficios de alimentación con fondos centrales y aportes del presupuesto federativo”. Además también quieren liquidar todos los fondos de la FECH entregando becas de mantenimiento, a preuniversitarios, etc. Esto es demagogia pura y dura, porque entregar becas y “beneficios” con la plata de la federación es asistencialista, tratan de tapar el sol con un dedo en vez de plantear que el Estado tiene que hacerse cargo de garantizar recursos y por ende, las condiciones básicas. Buscan comprar votos diciendo “si votan por nosotros tal vez te regalemos una beca”. En síntesis, su política expresa una total integración a la política de las autoridades, que la FECH funcione con las mismas lógicas y ritmos que las autoridades. Pareciera que la FECH no tiene que potenciar la discusión política en asambleas, tocar temáticas nacionales, o hablar de volver a movilizarnos, solo preocuparse de temáticas locales y estudiantiles de la mano con quienes administran la educación de mercado, las autoridades.

Una propuesta seria, y que ataca el problema de raíz sobre la falta de casinos y los problemas de alimentación es que la universidad se haga cargo de asegurar un casino en cada facultad, donde sus trabajadoras/es tengan contrato a planta (indefinido) y que se gestione triestamentalmente. El que sea “autosustentado” no soluciona el problema si es que no depende de la universidad, y si las universidades públicas no empiezan a tener financiamiento directo por parte del Estado. El actual modelo de becas y de “gratuidad”, donde su ídola Bachelet tiene responsabilidad por haber desfinanciado a la UChile y la mayoría de universidades públicas, endeudándolas con bancos mientras el Estado financia a universidades privadas. Retomemos urgentemente la pelea por la educación pública gratuita, porque es la única vía para sacar del hoyo financiero a la educación pública.

Ahora es el turno de “Construyendo Federación”, quienes actualmente dirigen la FECH. Catalina Lufín, en el debate en la Casa Central, se jactó de los “avances y logros concretos” que tienen como mesa directiva actual: la federación ahora tiene “incidencia directa de la planificación del presupuesto” porque ahora tiene “acceso esa discusión dentro de el consejo universitario”.Según ella ahora “podemos participar como iguales” frente a las autoridades y “plantear las demandas, inquietudes y dolencias de nuestros compañeros y compañeras”. Pero en realidad esto esconde una mentira, y es que las y los estudiantes, ni sus representantes tienen igualdad en la toma de decisiones. En último término quienes deciden es la rectora y su séquito. De hecho, gran parte de los cambios que Lufín promete junto a su lista, dependen de la discusión en el Senado universitario, donde el estudiantado tiene una mísera representación (7 puestos), y qué decir de las y los funcionarios que tienen solo 2 representantes. Y si entre los 27 académicos/senadores no existe acuerdo en cualquier discusión, quien toma la decisión es la presidenta del Senado, en este caso la rectora Rosa Devés. El Senado Universitario ha demostrado ser un espacio fallido desde donde avanzar en serio y de manera estructural en las demandas históricas de estudiantes y trabajadores.

Los “avances en salud mental” o en “bienestar” son que ahora existe un “diagnóstico respecto a la calidad de vida estudiantil, respecto a garantías académicas, acceso a la alimentación, etc. Avanzamos en tener certeza respecto a cuáles son esas condiciones”. “Exitosamente hemos estado participando en varias mesas de trabajo junto a la BAEC, junto a la DIRBE”, decía en los debates. Celebran haber tenido varias reuniones y un diagnóstico claro, nada más en esta materia.

En este mismo sentido, otro punto crítico del discurso de Construyendo Federación, es que dicen que han tenido reuniones “permanentes” con las autoridades (así como sueña Fernando Segura de la JS), y en esto no mienten, pero ¿hacia dónde nos han llevado aquellas reuniones? Es sabido que durante el año pasado y los pocos meses que llevamos de este año, rectoría no ha dado respuestas satisfactorias en torno al petitorio que hizo esta mesa directiva. Finalmente igual subieron los aranceles, aún tenemos problemas con los casinos, la falta de democracia en la U sigue como los problemas de infraestructura y precariedad. Al parecer tanta reunión con las autoridades no nos sirven a les estudiantes, sino que les sirve a las autoridades para quedar de dialogantes, de democráticas mientras ganan tiempo, y las federaciones pasan, y cambian las generaciones, y así todo queda igual y ellos ganando sueldos de gerentes.

Catalina agregaba que “a nivel nacional volvimos a la CONFECH y somos nuevamente vocería nacional, lo que hoy día nos facilita por ejemplo, ser interlocutores con el MINEDUC, con el Ministerio de Hacienda, con el parlamento para poder llevar adelante demandas nacionales”. Según la actual presidenta aquellos eran “espacios de discusión que usualmente estaban vetados en la medida en que no éramos aparte de la mesa ejecutiva del CONFECH”. Raro es que esperaran a ser parte de la mesa directiva de la CONFECH para pronunciarse sobre “política nacional”, porque la FECH igual participaba de sus plenarios.

Pero veamos qué proponen. El aumento de la beca de alimentación BAES (o junaeb), “avanzar a la gratuidad universal”, “tener un nuevo sistema de financiamiento por aporte basal” para “poner fin al voucher”. Existe un acuerdo transversal en el aumento de la BAES, ya que con el monto que entrega no alcanza para alimentarse todo el mes, pero es su gobierno el responsable de que el monto siga siendo bajo, o sea, esta propuesta es demagogia porque dicen algo hacia les estudiantes pero mientras son parte del gobierno que no sube más que 5 mil pesos al año la beca con suerte. “Avanzar a la gratuidad universal” significa mejorar la beca de Bachelet, o sea, seguir la misma lógica de que la educación no es un derecho sino que hay que demostrar que uno es del 60% más vulnerable en términos socioeconómicos para poder acceder a la beca. Que como ya sabemos, se puede perder, y principalmente financia a instituciones privadas, ya que les estudiantes más pobres suelen entrar allí debido al filtro de clase que significan las pruebas de selección (los últimos datos demuestran que la PAES es más segregadora incluso que las pruebas anteriores). La retórica de estas propuestas esconde demagogia pura y dura, porque avanzar a que la educación sea gratuita significaría tener que hablar de donde sacamos los recursos, y eso implica afectar los bolsillos de los empresarios y multimillonarios. Pero claro, este gobierno ha demostrado que lo que quiere es hacer todo lo contrario, general las condiciones económicas para que los empresarios ganen más y más a costa del pueblo trabajador.

Construyendo Federación busca continuar su gestión para seguir siendo una sucursal del gobierno, que ocupe a la FECH y a los estudiantes como una base social para presionar a las autoridades o al congreso para avanzar en sus limitadas propuestas. Su objetivo nunca ha sido potenciar la politización de les estudiantes, de organizarles políticamente por algo más allá de sus propios objetivos institucionales. O sino porqué no se han pronunciado contra el GENOCIDIO en Gaza, viendo que miles de estudiantes alrededor del mundo vienen movilizándose contra la complicidad de Universidades (donde la UChile también entra) y de los gobiernos (de el de Chile también es cómplice). Siendo que tanto la presidenta actual de la FECH, como su partido (PC) son parte del comité nacional en solidaridad por Palestina.

Han demostrado, nuevamente, en este último año que su única estrategia son las “mesas de trabajo institucionales”, el diálogo pacífico y la espera pasiva para que la “buena voluntad” de las autoridades y de los políticos les conceda sus propuestas. No creen en la movilización, no apuestan por potenciar la organización estudiantil y que sean las propias comunidades educativas la primera línea para luchar y conquistar nuestras demandas. Es mucho más grotesco pensar esto si tomamos en cuenta que el Partido Comunista es uno de los partidos con más poder hoy en día. Son gobierno, tienen los Ministerios de Educación, de Trabajo, la Secretaría General (vocería), la presidencia de la Cámara de Diputados, las Subsecretarías de Fuerzas Armadas, de Economía y Empresas de Menor Tamaño, de Justicia y de Telecomunicaciones; dirigen la Central Unitaria de Trabajadores y varias federaciones estudiantiles. Si con todos estos puestos de poder en el Estado dicen que no “está la correlación de fuerzas” para movilizar y para arreglar, por ejemplo la educación, entonces ¿de qué hablan cuando hacen sus promesas de campaña? ¿Por qué los mismos partidos de gobierno deberían darle confianza a les estudiantes de que van a “avanzar en educación gratuita universal” o en la “condonación del CAE”? Tienen mucho poder y no han hecho nada por mejorar la educación pública.

Dicen que quieren condonar el CAE y “acabar con todos los créditos educativos”, pero ¿cómo lo quieren conseguir si es que no pretenden organizar al movimiento estudiantil para movilizarse y luchar?. SU GOBIERNO ya dijo que NO lo va a condonar. Pero bueno, la JJCC dice que sí quieren hacerlo, pero ¿cómo? La presidenta de las JJCC, Daniela Serrano, diputada y hasta hace no tanto tiempo dirigenta estudiantil en nuestra misma universidad declaraba que la condonación debe ser gradual, progresiva y con responsabilidad fiscal. O sea, repetir que de terminar con aquel crédito será a 20 o 25 años, siempre y cuando no debas tu cuota. Y es que ese discurso de responsabilidad fiscal siempre ha significado cuidar los negocios a los usureros bancos para que sigan chupando la sangre de las y los trabajadores.

Al contrario de estas listas hacia la FECH, desde Izquierda anticapitalista y consecuente queremos abordar los problemas de la U de Chile de manera estructural, ya que para poder transformar las condiciones materiales de nuestras facultades tenemos que luchar porque el Estado financie integralmente a la Educación pública y deje de financiar a las instituciones privadas. Tenemos que acabar con las pruebas de selección y abrir la universidad a todes les estudiantes que quieran acceder a ella, para así poder cambiar el carácter de clase que tiene la Universidad de Chile. Además, ante este colaboracionismo ciego con las autoridades que todas las listas proponen, nosotres decimos cogobierno triestamental, para que las comunidades educativas, tanto estudiantes, funcionarias/os y académicas/os participen de la discusión y toma de decisiones en todo ámbito. Solo así podremos tener una educación verdaderamente democrática, donde desde abajo se construya y tomen decisiones. Así terminaremos con el nefasto autoritarismo universitario que tanto daño le ha hecho a la educación pública.

Queremos una FECH que se organice desde abajo, desde cada carrera y facultad, y que cumpla un rol de unificar las demandas y plantear planes de luchas serios. Que además tome las problemáticas sociales para que como estudiantes tengamos un rol social revolucionario apoyando a les profesores, a les secundaries, que se manifiestan en contra de la precarización, del autoritarismo y de la represión. Que apoye a los pueblos oprimidos como el mapuche o el Palestino, que son aniquilados por las mismas balas provenientes de Israel para sostener un régimen de opresión colonial-capitalista al servicio de los grandes monopolios y del imperialismo. Queremos que la FECH vuelva a ocupar el puesto en la historia participando de la lucha de clases, como lo hizo en sus inicios codo a codo con la clase trabajadora, y que hoy urge para terminar con la educación de mercado, y con el modelo neoliberal que solo ha demostrado su fracaso y su aberración si vemos las condiciones de vida que tienen las mayorías trabajadoras del país.


Yuri Peña

Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios