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SEMANARIO

¿Queremos frenar el ataque y pasar a la contraofensiva? No dejemos el paro en manos de la burocracia

Jonatan Ros

Fredy Lizarrague

¿Queremos frenar el ataque y pasar a la contraofensiva? No dejemos el paro en manos de la burocracia

Jonatan Ros

Fredy Lizarrague

Ideas de Izquierda

Milei y su gobierno lanzaron un plan de guerra aprovechando que recién fueron electos y que la gestión del gobierno anterior fue desastrosa. Quieren que quede lo más posible del DNU, la Ley Ómnibus (LO) y las medidas económicas. Como ya hemos explicado y como vienen denunciando nuestros diputados y diputadas, pretenden cambiar en lo inmediato, sin casi debate parlamentario, más de 400 leyes en total, que implican derechos elementales de las y los trabajadores (horas extras, indemnizaciones, derecho de huelga) y del pueblo en general (aumentos de tarifas, ningún control de precios, más privatizaciones, ningún límite al extractivismo y la extranjerización de tierras, liberación de alquileres, etc.). Buscan montar un estado policial para impedir las protestas. Para colmo, quieren que el Congreso les vote “delegación de poderes” por 4 años para gobernar como dictadores. Pretenden instaurar una “autocracia” como dijo Christian Castillo, una “dictadura comisarial” como señala Matías Maiello apelando a conceptos de Carl Schmitt, como consecuencia de lo que llamamos “ofensiva bonapartista”. Algunas organizaciones en la izquierda utilizan una expresión que nos parece que puede servir para popularizar el régimen que surgiría de aprobarse el DNU y la LO: “dictadura civil” (para distinguirla de las dictaduras militares que hemos padecido).

Pero no les está resultando fácil. Comenzó la resistencia popular con marchas (20 y 27 de diciembre), cacerolazos que no paran y se extienden, asambleas en múltiples ciudades, pueblos y municipios, donde confluimos trabajadores, cuentapropistas, estudiantes, mujeres. Un movimiento de trabajadorxs de la cultura que organizó el “cacerolazo cultural” en 80 ciudades del país en pleno enero. En plenas vacaciones académicas se organizan cientos de estudiantes en grupos de WhatsApp y asambleas virtuales, contra los ataques a la educación, la cultura y la universidad. La bronca crece. El DNU ya tiene varias medidas judiciales (cautelares) que bloquean su implementación plena hasta que resuelva la Corte (en febrero). En el Congreso tienen que acordar con otros bloques porque no tienen mayoría propia. Cuentan allí con el apoyo de los bloques “colaboracionistas”, del PRO, los radicales y del encabezado por Pichetto que negocian con el gobierno sus votos para que la LO se apruebe “moderando” distintos aspectos y no se rechace el DNU.

El PJ/UXP se opone en el Congreso (aunque nadie confía en la "firmeza" de algunos legisladores que responden a gobernadores con tradición de negociar). Sin embargo, sus dirigentes nacionales no convocan a hacer nada en los barrios, lugares de trabajo, en las calles. Mientras Massa bombea el paro declarándolo “prematuro” (¡en la reunión con los propios dirigentes de la CGT!), Scioli se pasa al bando de Milei a cambio de seguir como embajador en Brasil y Cristina se mantiene en un silencio atronador mientras deja trascender que hay que “esperar” que se desgaste Milei. ¿No es esto dejar solos a las y los millones que votaron a Massa (44%), sin considerar los votantes descontentos de Milei, que los hay? Hasta Pablo Moyano cuestionó: “¿Dónde están Alberto, Cristina y Massa?” Es la naturaleza del peronismo: un partido defensor histórico del “orden”, de la gestión del estado (no por casualidad la reglamentación escandalosa de los DNU se estableció en los propios gobiernos kirchneristas), de la contención de “la calle” y por lo tanto opuesto a promover la lucha y organización desde las bases en los sindicatos, organizaciones sociales, barriales y centros de estudiantes. Juan Grabois propone que el PJ sea el “articulador” de una mesa de acción política de Unión por la Patria, para “reorganizar políticamente el movimiento nacional y popular”. Llama a confiar en los responsables del desastre del gobierno anterior que ahora se borran y le dan la espalda a la organización desde abajo para enfrentar a Milei. Al mismo tiempo, los gobernadores e intendentes peronistas aplican su propio ajuste alli donde gobiernan. La precarización y los altos niveles de pobreza, no se distinguen del promedio del país. Pese a esto, la resistencia crece y se multiplican las expresiones desde la base del propio peronismo por sumarse al paro con movilización del 24, con un sector más activo que participa de cacerolazos y asambleas populares. A ese “pueblo peronista” convocamos a ganar las calles juntos.

Necesitamos reforzar la conciencia de que es mucho lo que está en juego y mucho lo que podemos perder. Si Milei gana este round, las patronales y el propio gobierno se van a envalentonar y van a venir por más. Esperar es criminal. El paro nacional y movilizaciones que convoca la CGT para el 24 de enero van a ser una expresión contundente y masiva de rechazo al DNU, la Ley Ómnibus y el protocolo de Bullrich. Participarán no sólo los miles de sindicatos en todo el país que son parte de la CGT y las CTAs, sino también múltiples asociaciones vecinales, culturales, políticas y sociales (muchas de ellas influidas por el peronismo), así como los movimientos piqueteros y la izquierda. Pero no se trata sólo de manifestar repudio llenando la Plaza de los Dos Congresos. Con eso no vamos a parar al gobierno. Solo con acciones de lucha mucho más masivas y contundentes podemos obligar a Milei y sus aliados a retroceder o a que el propio Congreso se vea obligado a rechazar este ataque brutal. Necesitamos poner en movimiento toda la fuerza de todo el pueblo trabajador, que es muchísima, para mostrar que vamos en serio. Ellos vienen por todo. Nosotros, para dar la mayor respuesta, podemos empezar a organizar a los sectores más decididos para repeler este ataque y prepararnos para ir por una contraofensiva que termine con esos planes donde siempre la crisis la pagamos los de abajo.

Los dirigentes de la CGT y las CTAs llaman al paro con declaraciones y organizando para movilizar sólo sus aparatos. No organizan ni debaten con los millones que hacemos funcionar todo en los lugares de trabajo y en los barrios. Nos tienen miedo. Ellos quieren hacer una demostración de fuerzas controlada para que el gobierno de Milei se abra a negociar. No quieren dar vuelta la historia. Por eso dejaron pasar 4 años de ajuste con el gobierno anterior y apuestan a frenar el DNU y “algunos aspectos” de la Ley Ómnibus por las vías “institucionales”, no con una lucha consecuente.

En donde han comenzado ataques duros a sectores puntuales como en el Estado, las conducciones peronistas cuanto menos, no responden a la altura de la ofensiva del gobierno, como ATE que lleva adelante tímidas medidas de lucha, para no hablar de la inacción de UPCN, que ya es conocida por su total pasividad frente a despedidos o pérdida de conquistas.

Milei acusa a la CGT de defender sus privilegios, pero él quiere liquidar conquistas históricas que nada tienen que ver con los privilegios de la burocracia (indemnizaciones, derecho de huelga, jornada laboral, límites a las tercerizaciones y a los contratos temporales por “período de prueba”) para darle más ganancias a los dueños del país, los supermillonarios, el poder económico, que son los mismos que usan y mantienen a la burocracia sindical para controlar a las y los trabajadores. Al burócrata Cavalieri de Comercio ya la ministra de “Capital Humano” le aceptó que mantenga la “cuota solidaria” del 2% en el convenio.

Entonces, está en manos de los sectores combativos que el paro sea debatido en todos los lugares de trabajo donde sea posible, para que se pare todo a las 12 hs. y la movilización sea realmente masiva desde las bases. Ya se han comenzado a organizar actividades comunes entre sectores sindicales, asambleas barriales y de la juventud, pero hace falta más audacia. Está planteado convocar a asambleas donde los sectores antiburocráticos hayamos recuperado las organizaciones sindicales, imponerlas donde dirija la burocracia pero tengamos fuerza como oposición, intentar que se movilicen masivamente los y las compañeras sabiendo que la burocracia no va a garantizar transporte para todos, establecer lazos con las asambleas populares o de vecinos, buscar la unidad entre ocupados y desocupados, difundir el paro y ayudar a que sea fuerte en otras empresas de la zona. En varias fábricas y empresas hemos volanteado declaraciones e impreso afiches con estas exigencias. Hay que multiplicar las reuniones para unificar a todos los que quieran dar la pelea para que el paro y las marchas en todo el país sean lo más fuertes posible. De ahí el impulso de toda instancia de coordinación como hacemos a nivel nacional y en cada provincia, como en Jujuy donde somos impulsores de un Encuentro de trabajadores, pueblos originarios, movimientos sociales y otros, que buscan una lucha consecuente y organizada desde abajo.

Hay compañeras y compañeros de trabajo que por desorganización, miedo o desconfianza a la burocracia, no saben si participarán de la movilización. Tenemos que dar confianza de que este paro nacional es totalmente legal (no están prohibidos los sindicatos ni el derecho de huelga), que adhieren todos los sindicatos, y que, si estamos organizados, las patronales tendrán mucha dificultad para tomar represalias, que serían totalmente ilegales. Es momento de marcarles la cancha para que no piensen que nos van a pasar por arriba sin lucha.

De esta manera, podemos lograr que cada lugar de trabajo y cada barrio donde estemos los sectores combativos, se transformen en trincheras de organización y lucha consecuente, independiente de las direcciones de los sindicatos. Las experiencias de coordinación que conquistemos en la pelea por garantizar el paro y la movilización, entre organizaciones y agrupaciones obreras, asambleas populares, centros y agrupaciones de estudiantes, de vecinos, movimientos sociales, etc., servirán para poner en pie instancias que apunten a coordinadoras o “comités de acción” que permitan crear volúmenes de fuerzas para ser más fuertes para cada lucha parcial e imponer el frente único a las direcciones sindicales y sociales. Desde allí vamos a seguir “golpeando juntos” con ellos, exigiendo que hagan asambleas, que pongan micros, que se unan con los vecinos y demás sectores, mostrando lo que podrían hacer si convocaran a la inmensa mayoría de la clase trabajadora, que somos más de 30 millones con nuestras familias. Con esos llamados apostamos a que las y los trabajadores que los siguen les exijan más, les impongan todo lo posible y hagan la experiencia. Para ello, nosotros tenemos que mostrar qué somos capaces de hacer, para predicar con el ejemplo.

Organicemos el paro activo en cada lugar de trabajo y en cada barrio para garantizar que se pare todo y que vayan todos y todas a la movilización. Pelear para que el paro sea total (salvo los transportes necesarios para garantizar la movilización) y las concentraciones y marchas sean de cientos y cientos de miles. Que no falte ninguna persona que quiera expresar su rechazo al ataque. Las conducciones sindicales oficiales ni siquiera van a garantizar el transporte para todos. Hay que exigir que lo hagan y sino disponer los medios para llegar a la concentración. Donde hay sindicatos, internas o agrupaciones independientes o clasistas, necesitamos ponernos al frente de esta pelea e ir a otras fábricas o empresas de la zona donde la organización aún no exista para ayudar a que allí también se movilicen. Un gran punto de apoyo mutuo son las asambleas populares y barriales que se vienen desarrollando, así como asambleas y comisiones estudiantiles. Es necesario establecer contacto entre asambleístas y trabajadores para que ayuden a parar donde la dictadura de los empresarios aún es total, donde no existe el derecho a huelga porque no hay delegados o directamente no están registrados.

Los sectores combativos y clasistas levantamos nuestro propio programa y exigimos un plan de lucha hasta tirar abajo el DNU y las leyes y protocolos reaccionarios. Peleamos para que la crisis la paguen los grandes empresarios. Con estas banderas peleamos para que el 24 sea la jornada más masiva y fuerte posible y marcharemos con nuestra militancia en las columnas de los sindicatos convocantes junto a sus compañeros y compañeras de trabajo. Al mismo tiempo, estamos organizando una columna independiente con una reunión que se realizará el 17/1 en Ademys para agrupar a los sindicatos combativos, sectores no sindicalizados ocupados y desocupados, estudiantes y todos los que adhieran a esta perspectiva.

Un paro nacional y grandes movilizaciones generarán las condiciones para que los sectores combativos, socialistas y de izquierda, avancen. Así fue siempre en la historia. Luego de cada acción masiva y contundente, se fortalecieron quienes quieren llevar la lucha hasta el final porque en la misma lucha es donde millones ven la fuerza con que cuenta nuestra clase y les da ánimo para pelear por recuperar los sindicatos y centros de estudiantes, así como crear nuevas organizaciones democráticas y combativas, como han sido las coordinadoras en la historia de la clase trabajadora argentina.

Podemos hacer que la jornada del 24 de enero marque el inicio de un camino que ponga las cosas en su lugar: el plan de Milei en el cajón de los recuerdos y a la clase trabajadora, al pueblo y a la juventud en posición de recuperar todo lo perdido en estos años e imponer que la crisis la paguen los de arriba.


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Jonatan Ros

Fredy Lizarrague

Dirigente del PTS e integrante de la Comisión Política