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Red Internacional
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Italia. ¿Quién es quién en el nuevo Gobierno italiano?

El nuevo gobierno fotocopia de Gentiloni en Italia mantiene una clara línea de continuidad con el gabinete de Renzi. Pocas caras nuevas y mucha corrupción tras la victoria del No.

Martes 20 de diciembre de 2016

Foto: Ettore Ferrari / EFE

Paolo Gentiloni, el nuevo primer ministro italiano, que en el anterior gobierno ocupaba el cargo de Ministro del Exterior, en menos de 48 horas lidera el cuarto gobierno no elegido por el pueblo italiano, sustituyendo al tecnócrata de Matteo Renzi, quien se vio obligado a renunciar tras la derrota en el referéndum constitucional del pasado 4 de diciembre.

El nuevo Primer Ministro, de 62 años de edad, es católico y de orígenes aristocráticos. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de La Sapienza de Roma, y su carrera política se remonta a su cargo como diputado parlamentario a través del partido democristiano Margherita, de Francesco Rutelli en el Gobierno de 2001. Posteriormente fue Ministro de Comunicaciones en el segundo gobierno de Prodi, del Partido Democrático.
Hace dos años Gentiloni fue escogido para sustituir a la anterior Ministra de Exteriores, Federica Mogherini bajo el mandato de Renzi.

Tras la dimisión de Renzi, el presidente de la República, Sergio Mattarella, desestimando unilateralmente la opción de convocar nuevas elecciones, le encargó formar el nuevo Gobierno. Esta decisión ha sido muy contestada por la oposición. Giulia Grillo, portavoz del Movimiento 5 Estrellas, remarcó en su discurso tras la investidura que “ya se había demostrado la desconfianza de 20 millones de italianos”, que habían salido a votar el No en el referéndum. También los derechistas de la Liga Norte, fueron contrarios al Gobierno formado por Gentiloni.

Todo esto pone en evidencia la situación de inestabilidad política que atraviesa el país. Una réplica más del terremoto político y social que sacude al continente europeo y pone en alerta a la burguesía internacional, que apostando todas sus cartas en el posible triunfo del “sí” esperaba verse legitimada para seguir aplicando ataques cada vez más duros sobre las espaldas de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. Como ya fueron la reforma laboral del Jobs Act, que profundizaba la temporalidad y la precariedad laboral.

De hecho, este “nuevo” gobierno se ha definido el “Renzi bis” o “Gobierno fotocopia”, como demuestra la elección de las personas que conforman el nuevo gabinete en el que los partidarios de Renzi siguen conservando sus cargos, como el discurso de apertura del nuevo Primer Ministro. Paolo Gentiloni se diferencia parcialmente de Renzi en la forma, pero no en el contenido, como confirman sus propias palabras, calificando de “excepcional” las reformas del Gobierno anterior.

Claramente, su gobierno va a continuar las reformas de Renzi en contra de los trabajadores, a favor del gran capital y la banca, las multinacionales. Ya lo demuestra el procedimiento Salva Bancos con la finalidad de transferir dinero público para salvar las deudas privadas.

Poco parece cambiar desde el anterior gobierno, 12 de 18 ministros han sido relegidos o intercambiado sus cargos, ignorando el resultado del referéndum del 4 de Diciembre, que no solo mostraba la oposición a Renzi sino a la totalidad de los ministros que aplicaron las reformas.

Quizás el caso más escandaloso sea el de la ex ministra de Reformas, Maria Elena Boschi, hija del vicepresidente del Banco Etruria, investigado por “bancarrota fraudulenta”. La Ministra fue parte del escándalo al votar a favor de una reforma para salvar a los bancos que beneficiaba directamente a su padre y su hermano, los dos, cargos importantes de uno de los cuatro bancos italianos que fueron rescatados hasta ese momento gracias al decreto. Evidentemente esto no supone ningún problema para aplicar la agenda neoliberal de Gentiloni, quien le ha guardado una silla a Boschi y ahora permanecerá en el Gobierno ocupando el cargo de subsecretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros.

Angelino Alfano, ex ministro de Interior, muy criticado por la aplicación de políticas migratorias hacia refugiados y refugiadas, que son trasladados a las mal llamadas “zonas de acogida” totalmente precarias, muchas veces alejados de las capitales y segregados en las periferias urbanas, sin la atención ni los servicios necesarios y en situaciones de pobreza. En el nuevo gobierno, pasa a ocupar el ministerio de Exteriores.

Seguirán ocupando las mismas posiciones, el Ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, y el Trabajo, Giuliano Poletti, autor de la polémica reforma del Jobs Act.

Valeria Fedeli, que ocupará el cargo de Ministra de Educación, es la única cara nueva que se incorpora, pero tampoco es ajena a la polémica. A pocos días de asumir su cargo ya se sitúa en el centro de la política italiana por haber mentido en su currículum.

Es fácil darse cuenta de que el nuevo Gobierno tecnocrático no supone más que un cambio cosmético para el país, que con una clara continuidad con el gobierno anterior se prepara para seguir aplicando la agenda renziana en contra de los desempleados, de la clase trabajadora, de los inmigrantes y la juventud precaria, con la continuación en la aplicación del Jobs Act, los rescates bancarios y las políticas racistas contra los inmigrantes y refugiados.