El 9 de diciembre se celebra el día mundial de la informática en conmemoración del nacimiento de Grace Hooper, pionera en la historia de la informática, donde las mujeres tuvieron un importante protagonismo. El surgimiento de la informática y sus perspectivas.
Leonardo Vázquez @Leo_Vazquez2000
Miércoles 8 de diciembre de 2021 00:00
Grace Hopper alrededor del año 1960 en la estación de control de la UNIVAC I, la primera gran computadora lanzada al mercado en Estados Unidos.
Los orígenes de la informática
Desde sus orígenes, la humanidad necesitó realizar cálculos contables, la primera herramienta para esto fueron las propias manos, motivo por el cual utilizamos el sistema de numeración decimal del 1 al 10. También se necesitaron herramientas para la observación de las estrellas, fundamentales tanto para la agricultura como para la navegación.
Distintas innovaciones se fueron desarrollando a lo largo de la historia para poder realizar cálculos que dieran respuesta a las necesidades de las sociedades en la historia. A partir de allí se desarrollaron instrumentos como el ábaco que daba respuestas a las necesidades contables del comercio en la antigüedad, o el astrolabio para la observación de las estrellas.
Desde los orígenes de la revolución industrial, crece la necesidad de una mayor cantidad y complejidad de operaciones matemáticas para lo cual se desarrollan herramientas entre las que se destacan las tablas y las reglas de cálculo.
Es a partir de esta necesidad creciente, que surgen ideas precursoras que buscan dar respuesta a la necesidad de automatizar las operaciones, como la pascalina, la máquina analítica de Babbage que junto a la matemática Ada Lovelace que anticiparon las posibilidades de la computación que a mediados del siglo XIX cuando las capacidades técnicas y posibilidades de financiamiento para su desarrollo eran muy limitadas.
Es recién a finales de la segunda guerra mundial, donde se potencia la necesidad de realizar gran cantidad de cálculos en poco tiempo para dar respuestas a las necesidades de la balística y la criptografía. Esto da impulso a las primeras computadoras, en las que Alan Turing tuvo un papel central en el diseño de su arquitectura.
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Las mujeres, protagonistas
Durante la segunda guerra mundial, las mujeres ingresan masivamente en el mundo laboral por la ausencia de hombres que habían sido enviados al frente. La prensa enfatizó la importancia de las máquinas en la guerra e hizo un llamamiento a las mujeres con conocimientos mecánicos a ponerse al servicio de la industria y del gobierno bajo el lema "women wanted".
Es así que las calculistas y supervisoras directas eran básicamente mujeres, muchas de las operaciones que realizaban eran originalmente manuales y engorrosas. Antes de ENIAC, los cálculos de las tablas de balística eran realizados, a mano, por 80 mujeres matemáticas que trabajaban en la Universidad de Pensilvania.
Por otro lado, las mujeres dedicadas a lo que hoy en día se considera programación, a diferencia del sector masculino, se les asignaba puestos de poco renombre en el mundo de la computación, que aceptaban para poder hacer uso de sus capacidades. Herman Goldstine (principal desarrollador del ENIAC) declaró en una entrevista el 16 de noviembre de 1994, que fue el hecho de que las mujeres no aspirasen a mayores cargos lo que las convertía en el trabajador ideal. Los hombres que trabajaban en programación no lo veían como una meta sino como un trabajo momentáneo para conseguir ingresos de forma rápida. Los programadores aspiraban a un empleo más valorado y se dedicaban a competir entre ellos, de modo que no ponían tanto esfuerzo y dedicación en su trabajo como las mujeres para las cuales la programación constituía su única oportunidad laboral. En consecuencia, las mujeres eran más meticulosas y rápidas que los hombres en este trabajo y recibían un sueldo más modesto, por lo que su contratación suponía numerosas ventajas.
Es así como el grupo de programadoras del ENIAC (una de las primeras y más potentes computadoras de la época) estaba conformado por: Betty Snyder Holberton, Jean Jennings Bartik, Kathleen McNulty Mauchly Antonelli, Marlyn Wescoff Meltzer, Ruth Lichterman Teitelbaum y Frances Bilas Spence, quienes prácticamente no aparecen en los libros de historia de la computación, aunque dedicaron largas jornadas a trabajar con la máquina, utilizada principalmente para cálculos de trayectoria balística y ecuaciones diferenciales, contribuyendo al desarrollo de la programación de computadoras.
Cuando, posteriormente, la ENIAC se convirtió en una máquina legendaria, sus ingenieros se hicieron famosos, mientras que nunca se le otorgó crédito alguno a estas seis mujeres que se ocuparon de la programación.
Aunque las mujeres empezaran a ocupar puestos relacionados con la ingeniería y la ciencia en la Segunda Guerra Mundial, las discriminación por género en el trabajo seguía estando presente. El reconocimiento recaía únicamente en los líderes varones y las fotografías publicitarias rara vez mostraban las contribuciones de las mujeres.
Muchos registros de fotos de la época muestran la ENIAC con mujeres de pie frente a ella. Hasta la década de 1980, se dijo incluso que ellas eran sólo modelos que posaban junto a la máquina ("Refrigerator ladies"). Sin embargo, estas mujeres sentaron las bases para que la programación fuera sencilla y accesible para todos, crearon el primer set de rutinas, las primeras aplicaciones de software y las primeras clases en programación. Su trabajo modificó drásticamente la evolución de la programación entre las décadas del 40 y el 50.
Grace Hooper y la programación moderna
Es en este contexto en el que Grace Hooper se desarrolla. Alentada por sus padres querían que sus hijas tuvieran las mismas posibilidades que su hijo varón, desde chica ya mostraba sus capacidades y su atrevimiento cuando a los 7 años desarmó todos los relojes de su casa para ver si podía entender cómo funcionaban. Una de sus célebres frases fue "Es más fácil pedir perdón que pedir permiso". Grace estudió matemáticas, graduándose con honores y obteniendo su doctorado en 1934.
Más tarde, en 1943 decidió unirse a las fuerzas armadas norteamericanas en plena Segunda Guerra Mundial, donde fue enviada a Harvard para trabajar en el proyecto de computación que dirigía el comandante Howard Aiken, la construcción de la Mark I, la primera computadora construída por IBM. Finalizada la guerra, desarrolló varias aplicaciones contables para la Mark I, que estaba siendo utilizada por una compañía de seguros.
Cuando Hopper recomendó el desarrollo de un nuevo lenguaje de programación que usase solamente palabras en inglés, le dijeron que "no se podía hacer porque los ordenadores no entendían inglés", pero ella insistió en que "es mucho más sencillo para la mayoría de las personas escribir en inglés que usar símbolos".
Esta idea fue rechazada durante 3 años. A pesar de los rechazos, en 1952, escribió un documento sobre los compiladores y desarrolló su propio compilador, el primero de la historia y el primero en recibir instrucciones en inglés.
Esto no solamente significaría uno de los saltos tecnológicos más importantes de la informática sino que mostraba la capacidad de Grace Hooper no sólo de operar las computadoras, sino de intentar simplificar y facilitar la programación de las mismas hacia los demás.
Este gran avance para la informática, sentó las bases de los lenguajes de programación modernos, donde una serie de instrucciones se traducían luego en lenguaje máquina(binario) para las computadoras, que en esa época que ocupaban enormes salas con miles de válvulas, cableados, interruptores que había que configurar y se usaban cintas perforadas y tarjetas para recibir los datos y las instrucciones. Los compiladores venían a dar respuesta para poder manejar el crecimiento cada vez mayor de las capacidades, cantidades y complejidades de cálculo de las computadoras.
Ella misma declaró más adelante "nadie lo creía, tenía un compilador funcionando y nadie podría tocarlo. Ellos me dijeron que los ordenadores sólo podían hacer cálculos aritméticos, y mi compilador traduce notación matemática en lenguaje máquina. Para los matemáticos, usar símbolos es fácil, pero no era buena idea para los procesadores de datos ya que no entienden esos símbolos, además de que pocas personas entienden los símbolos y es mucho más sencillo que escriban en inglés. Así que decidí que estos procesadores de datos debían ser capaces de escribir los programas en inglés y los ordenadores tendrían que traducirlo al lenguaje máquina".
El legendario lenguaje COBOL
Después de esto y con el crecimiento del uso de las computadoras para aplicaciones de negocios, Grace pensó que podría desarrollarse un lenguaje que sirviera para esto. De esta manera sentó las bases para la creación del COBOL (por sus siglas en inglés Lenguaje Común Orientado a Negocios). Ella como militar fue parte de la comisión que diseñó el lenguaje en 1959, junto a los principales fabricantes de computadoras y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
El COBOL fue uno de los primeros lenguajes de programación de alto nivel de la (que permitían abstraerse de una gran cantidad de operaciones de lenguaje de máquina binario), autodocumentado y pensado para que pudiera recibir instrucciones en inglés y correr en cualquier computadora. Por muchos años se convirtió en un estándar de la industria, se enseñaba en las universidades hasta fines de los ’90 y todavía hoy en día hay muchos sistemas críticos que funcionan en todo el mundo con COBOL. Principalmente en algunos mainframes IBM de bancos y sistemas relacionados con finanzas, cuyos programadores paradójicamente son buscados porque son escasos.
El primer bug de la historia
El término bug (bicho en inglés) se refiere a un error en un programa, mientras que el término debug ("desbichar" o depurar un programa). Fue la misma Grace Hooper que popularizó estos términos en la informática, cuando el 9 de septiembre de 1947 informaron que la computadora sufrió un fallo en el "relay 70 (dispositivo electromagnético) del panel F". Cuando se investigó, el equipo encontró una polilla electrificada que provocó el incidente. Hopper pegó el insecto con cinta adhesiva en el cuaderno de incidentes con el comentario: "Primer caso real de «bug» encontrado".
Desde entonces el término bug, que ya existía referido a desperfectos mecánicos o eléctricos provocados por insectos quedó definitivamente popularizado en la industria informática para informar errores "bugs" o depurar el código paso a paso para encontrar problemas (debuguear).
Sus últimos días
Recibió numerosos reconocimientos durante toda su vida en muchos de estos fue la primera mujer, incluso en 1969 recibió el premio al “Hombre del año” en ciencias de la computación. Grace Hooper, fue llamada varias veces por la Armada norteamericana para que ayudara a estandarizar los lenguajes de alto nivel que usaban. En 1983 fue ascendida a Contralmirante y en 1986 se retiró de la Armada de manera definitiva. Tras su retiro, siguió participando en foros industriales, dando unas 200 conferencias por año y participando en programas educativos hasta su muerte. A pesar de sus posiciones reaccionarias de apoyo al imperialismo norteamericano, hizo importantes aportes a la informática y enfrentó los prejuicios machistas de su época.
La informática en la actualidad y sus perspectivas
El crecimiento de la informática, basado en el crecimiento en las capacidades de cómputo, ha sido inimaginable desde la segunda guerra mundial hasta la actualidad.
Durante la posguerra, el capitalismo logró un cierto desarrollo "desigual y combinado", no exento de contradicciones. El boom de la posguerra y la caída del muro, generó un crecimiento del "optimismo capitalista", donde el desarrollo de la tecnología, el estado de bienestar en los países centrales, así como el avance por ejemplo en los derechos de las mujeres crearon la apariencia de que era posible lograr mejoras de manera evolutiva dentro del capitalismo.
A su vez, el aumento de las desigualdades y la regresión de derechos que significó el neoliberalismo desde fines de los 80, fueron los primeros golpes a este optimismo, así como la más reciente crisis y estancamiento de la economía desde 2008.
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Sin embargo, persiste todavía la ilusión de que progresivamente, mediante el desarrollo tecnológico y la conquista paulatina de derechos, estos problemas podrán superarse y conseguir un desarrollo progresivo y evolutivo de la humanidad.
En los años previos a la segunda guerra mundial el descubrimiento de la energía nuclear abrió un horizonte de optimismo en todo el mundo científico y gran parte de la intelectualidad en tanto en EEUU como en la entoces URSS, imaginando que las potencialidades de la energía nuclear en sí mismas, podrían finalmente superar las contradicciones del capitalismo de un lado y las que imponía la burocracia estalinista del otro.
Pero el desarrollo tecnológico, no puede escapar en sí mismo a las relaciones de producción que lo condicionan. La disputa interimperialista de la segunda guerra mundial, con el nazismo, campos de concentración y bombas atómicas mediante, echó por tierra esa ilusión con la más grande destrucción de la humanidad que significaron las dos guerras mundiales.
Pero desde 2008, los problemas en la recuperación de la economía y el crecimiento de las disputas por los mercados entre las principales potencias propias del capitalismo, lejos de disminuir se siguen agravando a la par de los aumentos en los presupuestos militares.
El desarrollo de la informática, junto a la robótica, la inteligencia artificial, el big data, potencian las posibilidades de emancipación de la humanidad, de la reducción de la jornada laboral y de la planificación democrática de la economía en función de las necesidades sociales.
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Pero la realidad es que lejos de verse mejoras para las nuevas generaciones, se potencia la precarización laboral, las capacidades de destrucción, de regresión social, así como de depredación del medio ambiente.
La tecnología no puede escapar a las relaciones de producción capitalista que la condicionan. Por eso, sólo desde una perspectiva socialista, se puede pensar en un desarrollo tecnológico que permita superar la barbarie capitalista.
Leonardo Vázquez
Nació en la Ciudad de Buenos Aires. Estudió en la Universidad Tecnológica Nacional (Regional Buenos Aires). Programador y periodista, militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde el año 1997. Integra el Equipo Informático de La Izquierda Diario y es columnista de la sección Ciencia y Tecnología.