El encuentro entre la gobernadora y el exministro de Cristina disparó las internas en el peronismo bonaerense. Pero su nombre también suena como candidato peronista en las legislativas de 2017.
Viernes 13 de mayo de 2016
Vidal y su 2017: “escenario pesadilla”
Esta semana trascendió públicamente la reunión que mantuvieron hace cerca de un mes la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y el último ministro de Transporte del gobierno kirchnerista, Florencio Randazzo. Todo tipo de suspicacias se tejieron alrededor de la misma.
Desde el gobierno de Vidal negaron cualquier acercamiento político e insistieron en que la gobernadora periódicamente invita a referentes de la oposición para escuchar sus opiniones sobre los problemas estructurales de la provincia. Pero las intenciones políticas son difíciles de esconder.
Desde Cambiemos avizoran un escenario difícil para el año próximo. Las elecciones de medio término donde se elegirán diputados y senadores nacionales por la provincia van a someter a una importante prueba a su capacidad de construir poder. Haciendo números (y encuestas de por medio) hoy no estaría descartado un escenario pesadilla para sus huestes: pelear el segundo puesto con el peronismo o el massismo.
Haciendo una interpretación propia de la vieja fórmula política "divide (al peronismo) y triunfarás", Vidal ensaya la operación de levantar a Randazzo para dividir el voto peronista. El escenario dentro del peronismo ya estaba marcado por la segura candidatura de Sergio Massa que renueva su banca en el Senado. Por otro lado con la candidatura de Daniel Scioli, que quiere volver a las andanzas desde su vicepresidencia "sin piso firme" en el Partido Justicialista nacional (cabe recordar que no tiene ningún cargo, ni un intendente o legislador que le responda).
La "nueva figura" de Randazzo tiene el "prestigio" de haberle dicho "no" a Cristina. Un "no" que parece cotizarse alto en el mercado de valores de intendentes peronistas. Esto complejiza el escenario y le podría permitir a Cambiemos "bajar la cotización" de Massa, que viene actuando como garante de la gobernabilidad en la provincia.
De todos modos como muestran los conflictos de estatales, docentes y trabajadores de la provincia de Buenos Aires, más allá de lo que pase en las alturas y las negociaciones que se tejan, nada es garantía de triunfo para Cambiemos.
Salando las heridas
El territorio bonaerense en la contienda electoral pasada fue el escenario de "la madre de todas las derrotas" para el Frente para la Victoria, que apostó a hacer del mismo una fortaleza del “kirchnerismo duro" donde refugiarse en las alturas del Estado, ganara o perdiera su candidato a presidente Daniel Scioli. La historia es ya conocida: con Aníbal Fernández a la cabeza de la lista, el peronismo fue con envión a una derrota, cuyas heridas internas todavía no dejan de sangrar.
Tampoco es novedad que la de "Hannibal" fue una elección por default. El "candidato del proyecto" para la Provincia era Florencio Randazzo, un peronista tan hijo del menemismo como Scioli, pero recubierto bajo un perfil de gestión. Ese fue el pedido que hizo Cristina Fernández, recibiendo un no por respuestas.
Desde el momento en que se negó a bajarse de la interna presidencial para competir por la gobernación, Randazzo se convirtió en una suerte de enemigo interno que, acorde a esa situación, no dejó de realizar desplantes kirchnerismo "duro", causando una colección de dolores de cabeza para Cristina.
No es la primera vez que Randazzo se reúne con funcionarios de Cambiemos. Meses atrás el actual ministro de Transporte de Cambiemos, Guillermo Dietrich, lo invitó a compartir con Macri la inauguración del primer tramo de la electrificación del Roca. Y posó gustoso para la foto. No deja de ser curioso que a Cambiemos jamás se le haya ocurrido revisar los polémicos contratos de compra de vagones a China u otras irregularidades de su gestión.
"Abracémonos hasta que hable Cristina"
La frase podría estar escrita en las paredes de la Legislatura bonaerense para sintetizar la frágil unidad que sostuvo el bloque de diputados peronistas hasta el discurso de Cristina Fernández, el pasado 13 de abril. Después de eso, los llamados a conformar un "Frente Ciudadano", silenciando las críticas a los pagadores de buitres y perdonando a los "traidores", no alcanzaron para mantener unido al bloque.
A pocos días del discurso de Cristina frente a los Tribunales de Comodoro Py, y como había anticipado la votación del presupuesto 2016, sus diputados se dividieron en dos bloques, el del FpV encabezado por José Ottavis e integrado por los diputados de La Cámpora. Por otro lado el del FpV-PJ encabezado por Walter Abarca, de los que responden a los intendentes del Partido Justicialista, los cercanos al "territorio", es decir al manejo de la caja de recursos del Estado local. Los barones del conurbano y los intendentes pejotistas le hacían sentir el peso de sus intereses al kirchnerismo y su intento de desmarcarse de quien los había llevado a la derrota, apostando a la "reconstrucción del peronismo".
Esta semana hubo una nueva fractura en diputados, desprendiéndose un tercer bloque cuyas cabezas son Fernando "Chino" Navarro y Horacio González, conformado por los diputados del Movimiento Evita y los que responden al ex Presidente de la Cámara de Diputados. Las palabras del "Chino" Navarro diciendo "hoy Cristina no me conduce" tuvieron un rápido baño de realidad.
Lejos de preocuparles cómo enfrentar los despidos, las suspensiones y el ajuste al bolsillo del pueblo trabajador, las idas y vueltas de los legisladores se hacen mirando al 2017.
Los realineamientos en el Senado
Con la reaparición de Randazzo se suma otro actor al armado de la "reconstrucción del peronismo", aprovechando la llegada que tiene sobre un grupo de jefes comunales a los que conoció en sus tiempos como funcionario del gobernador Felipe Solá. La voz de Gabriel Katopodis, Intendente de San Martín, que el año pasado volvió a las filas del Frente para la Victoria desde el Frente Renovador, es un emergente de los que tienen "expectativa en que Randazzo sea parte de este proceso y pueda tener el protagonismo que queremos que tenga".
Las consecuencias inmediatas de esta reaparición han sido la nueva ruptura del bloque del peronismo en la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, donde el bloque ya se había partido desde fines de 2015 separando a "kirchneristas" y "pejotistas" (nobleza obliga: el ex Secretario de Seguridad, el derechista Sergio Berni, responsable de la represión a los trabajadores de Lear en 2014, conforma el primero de los dos).
El pasado jueves durante una accidentada sesión en la que se iba a tratar el reemplazo de dos miembros del directorio del Banco Provincia, que respondían a Daniel Scioli y Aníbal Fernández, la mayoría de la bancada proponía nombrar en esos lugares a alfiles de Randazzo y de Julián Domínguez. Un pedido de Daniel Scioli frenó la movida casi sobre el filo de su aprobación, lo que generó una tensa discusión a la vista del resto de los legisladores, que terminó con la decisión de seis legisladores de conformar el bloque “Peronista”. En estas horas ha trascendido que se unificarían el bloque del FpV y el bloque PJ, donde tiene influencia el ex intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
Viejos conocidos
Curiosidades de la política (burguesa) argentina. Randazzo como funcionario nacional del gobierno del FpV y Vidal como ministra porteña de Macri, se habían conocido durante el conflicto del Parque Indoamericano, donde mancomunaron esfuerzos la Policía Federal y la Policía Metropolitana para atacar a los vecinos que habían ocupado el predio en reclamo por vivienda digna. El saldo fueron tres trabajadores muertos y decenas de heridos. Los años pasaron. Los nombres y apellidos fueron y vinieron. Pero para muestra de a qué intereses responden ambas fuerzas políticas, basta un botón.
Federico Roth
Nacido en La Plata en 1984. Militante del PTS desde 2006. Sociólogo, adscripto en la Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación UNLP.