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Red Internacional
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Sindicalismo combativo. Raul Godoy: "Tenemos el desafío de coordinar, impulsar agrupaciones clasistas y pelear por los sindicatos"

El gobierno y los empresarios atacan, pero también surgen respuestas desde abajo. A pesar de la complicidad de la CGT y la actitud de las CTA. ¿Qué desafíos tiene la izquierda y el sindicalismo combativo ante esa situación?

Lunes 19 de agosto 10:37

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¿Cómo ves la situación del movimiento obrero a más de 8 meses de asumido Milei?

Justo estuve estos días en Neuquén, donde se está dando una dura lucha de la docencia contra los ataques del gobierno provincial, que se suman a la política de ajuste de Milei. Es parte de las respuestas, todavía fragmentadas pero constantes, que estamos dando. Desde el inicio de este gobierno hay trabajadores y trabajadoras que han tenido que pelearla en la última trinchera.

Este fin de semana volvió a haber medidas del SUTNA, contra preventivos de crisis truchos y ataques concretos, con despidos fuertísimos en Fate. También es lo que quiere Firestone, que vienen de suspensiones masivas. En julio, los compañeros fueron articuladores de una movilización unitaria contra el ajuste y los despidos, que fue seguida por la “marcha blanca” de los trabajadores del Hospital Posadas, que también tienen su lucha contra un centenar de despidos y en defensa de la salud pública. A ellos, junto a los trabajadores de GPS, los hemos visto en cada movilización, en cada lucha, con sus banderas presentes. También a las y los trabajadores estatales de los Sitios por la Memoria, que son prueba fehaciente para los juicios de lesa humanidad que todavía siguen desarrollándose. Mismo los ceramistas y su huelga nacional por paritarias. Y este no es un sindicato de izquierda o combativo, sino que fue la necesidad de los trabajadores y trabajadoras apremiante por su atraso salarial, los que impusieron que tuviera que haber un plan de lucha nacional que afectó a más de 35 plantas en todo el país durante varios días.

Las huelgas docentes son también un factor actuante en la escena política nacional porque han tenido una masividad enorme. Por ejemplo, en Córdoba, con paros y movilizaciones muy importantes. También hay paros y reclamos en Chubut, Entre Ríos, Santa Fe y Jujuy. Y hubo grandes luchas, como la de Misiones hace algunas semanas. En Neuquén, las huelgas tuvieron lugar a inicio de año y ahora, después de las vacaciones de invierno, volvieron con nuevas jornadas, con paros contundentes de 72 horas y un plan de lucha que se ha sostenido en el tiempo con asambleas muy masivas. Solamente en las asambleas de Aten Capital -donde dirige la oposición Multicolor/Bermellón e independientes- han participado más de 2.000 docentes. Se han sostenido contra viento y marea, enfrentando el sentido común que intentan imponer para atacar a los trabajadores de la educación.

Desde Cristina Kirchner, pasando por Macri y por todos los gobiernos, siempre la docencia ha sido blanco de ataque. Les acusan falsamente, diciendo que trabajan poco, que ganan mucho. Como bien denunció nuestro compañero Nicolás del Caño en Diputados, eso lo dicen ñoquis como Adorni, que ganan $ 5 millones por mes.

También venimos viendo las medidas de lucha de las y los trabajadores de la universidad, de los docentes universitarios. Fueron paros masivos durante varios días, lo que implicó que la Cámara de Diputados tuviera que votar asignarle más presupuesto. Y no fue la concesión graciosa de algunos radicales o de algunos peronistas; se lo fueron ganando con la huelga, instalando en la escena política la defensa de la universidad pública.

En estos días también vimos también el paro de los aceiteros, que ha tenido un impacto nacional porque justamente toca uno de los nervios económicos de este país, como es toda la zona del agronegocio y lo que son los puertos en el Gran Rosario, en Santa Fe. Toda esa zona es una de las más ricas del país y una de las que, gracias al trabajo obrero, provee dólares por las exportaciones. Esta gran huelga muestra, a las claras, quiénes son los que hacen andar el país y quiénes no.

Venimos viendo, por otra parte, de un fuerte ataque a las organizaciones sociales. En el marco del aumento brutal de la pobreza y los índices de indigencia, el gobierno viene con una campaña de persecución y estigmatización de las organizaciones, con “congelamiento” desde el año pasado de los planes sociales y las partidas alimentarias. En paralelo a esto, se suman los escándalos de corrupción de la ministra Pettovello, con ñoquis y sobresueldos de funcionarios. Todo esto mientras oculta toneladas de alimentos, dejando que se pudran aun mientras millones de niños y niñas pasan hambre.

El gobierno sigue atacando pero tiene sus problemas...

Varios. Milei llegó al poder después de sucesivos gobiernos fracasados, tanto de centro derecha como de los mal llamados progresismos. Viene a intentar cambiar la estructura económica y social del país. Viene por cambios drásticos, con un programa esclavista y de entrega nacional, como vemos a través del RIGI que acaban de aprobar. Aunque ha logrado algunos de sus propósitos, la recesión económica y la crisis no aflojan. La tan festejada baja de inflación, tanto como el déficit cero, ha sido a costa de robarle a jubilados, meterle motosierra a la salud, a la educación y ahora, con el impuesto al salario, seguir sacándole a los mismos de siempre. El contexto internacional es muy inestable también, con una crisis capitalista enorme, una guerra en el corazón de Europa y un genocidio en Palestina que, de forma monstruosa, muestra las calamidades de un capitalismo en ruinas.

Este es el contexto nacional que provoca crisis y cimbronazos, tanto en la coalición de gobierno como en los partidos patronales. Hay una decisión del gobierno de atacar, pero para hacerlo necesita de los servicios y la colaboración de radicales, liberales, de “los gobernadores” y del peronismo. También intenta lograr un régimen que sea intenta cada vez más policíaco. El protocolo de Bullrich acompaña como la sombra al cuerpo porque es indispensable la represión y la persecución para imponer su plan. Aunque, como se vio en la campaña que logró la liberación de la mayoría de las y los detenidos de la Ley Bases, se le puede poner un freno.

Las colaboraciones no se detienen en los partidos patronales, sino que también están en la “pasividad militante” de las centrales sindicales. En primer lugar, la CGT, que a lo largo de estos meses llamó a medio paro nacional-que terminó en una importante movilización- y un paro general que, cuando se convocó, mostró la bronca y potencialidad de lucha que hay en la clase trabajadora. Pero fue lo único y lo hizo para “cumplir”: le tiene más miedo a la movilización de la clase trabajadora que a los ataques que vienen. Están cumpliendo un rol traidor histórico. Por su parte, las dos CTA han hecho llamados, declaraciones y medidas aisladas. Tienen discursos más altisonantes o reuniones entre dirigentes como Rodolfo Aguiar (ATE) con Pablo Moyano. Pero esto no se traduce luego en convocatorias a la movilización, en plantear medidas de lucha contundentes. Siempre terminan, entre comillas, en “las orgánicas”. Cuando algún dirigente sindicalista te hable de “orgánica”, agarrate los bolsillos: te van a llevar a la nada.

Por su parte, Ctera (tan allegada siempre a las candidaturas y gobiernos peronistas) acaba de cometer una claudicación histórica ante la aprobación en Diputados de la “esencialidad”, que ataca el derecho a la educación para convertirla en un “servicio” y regimentar el derecho de huelga. En lugar de llamar a una gran lucha, solo convocó a una movilización casi simbólica.

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¿Y qué se ha planteado la izquierda ante esta nueva situación?

Estamos convencidos que para poder enfrentar los planes del gobierno tenemos que desarrollar la más amplia unidad y coordinación, democratizando cada espacio de lucha. Las divisiones por categorías, ramas, status son criminales en estas instancias. Unir, coordinar y democratizar, implica superar las divisiones impuestas por los gobiernos que replican las conducciones sindicales.

El rol de la izquierda ha sido y es fundamental, desde el inicio en cada proceso. Acompañando o impulsando todas esas movilizaciones y luchas de resistencia muy duras, ya desde el 20 de diciembre del año pasado, defendiendo el derecho a la protesta y a la movilización. En GPS-Aerolíneas, donde la empresa y el sindicato cómplice han garantizado más de un centenar de despidos, seguimos la pelea por las reincorporaciones. También en el Hospital Posadas, estamos en esa dura pelea. Ahora mismo, además, se libra una pelea muy importante en el sector salud: la conducción de la CICOP intenta cambiar los estatutos, restringiendo la participación democrática de todos los trabajadores. Todo lo contrario a lo que se necesita.

Entre los trabajadores estatales, también hay peleas muy duras por la unidad. Por ejemplo, ATE CNEA llama a elección de Junta Interna, pero quieren dejar afuera a trabajadores no afiliados.

En cada frente de lucha impulsamos la más amplia unidad, la solidaridad y la participación democrática de las bases, defendiendo las representaciones conquistadas frente a las patronales como en docentes, el neumático o el Subte. Acá hubo un fuerte ataque contra nuestro compañero Claudio Dellecarbonara y otros metrodelegados.

Pero nosotros batallamos también para que ningún conflicto quede aislado, es decir, para rodear de solidaridad cada una de las luchas y pelear por la coordinación obrera. Con ese objetivo hemos impulsado encuentros de trabajadores ocupados y desocupados. Además apostamos a la unidad de acción frente al ataque del gobierno, participando con nuestras propias banderas en los paros y las primeras movilizaciones convocadas por la CGT.

En Neuquén, en la gran lucha docente de la que hablábamos, ATEN tiene una larga tradición democrática y combativa. Ahí vienen jugando un rol fundamental las seccionales conquistadas por la Multicolor/Bermellón e independientes. Tanto en seccionales muy fuertes como Capital y Plottier, como así también delegadas y delegados en varias localidades del interior. La Agrupación Negra de ATEN, integrada por compañeras del PTS e independientes se ha desarrollado y extendido en varias localidades de la provincia y juegan un rol activo en las asambleas y en la huelga misma. Desde esos lugares de organización, mientras se garantizan las medidas y acciones, se le exige a la conducción provincial de ATEN y a la Ctera (conducciones alineadas con el peronismo) un plan de lucha nacional, para unificar las peleas que se desarrollan en varias provincias.

El mundo por abajo no está quieto. Florecen conflictos. Y no sólo es, sino que también hay algunos procesos de recuperación de sindicatos, de comisiones internas y delegados de base. Hay que seguirlo con atención, porque se trata de un proceso tan profundo como extendido.

El Sindicato de Danza tuvo elecciones por primera vez. Se impuso una lista unitaria integrada por sectores de trabajadores independientes y la izquierda. En el Ministerio de Trabajo la Junta Interna la ganó un sector de trabajadores y trabajadoras de la Lista Negra y Blanca, que agrupa compañeros independientes y de la izquierda, y de la que somos parte. En fábricas ceramistas, donde ha habido procesos de elección de delegados, se han impuesto nuevos sectores de trabajadores que asumen la conducción, frente a la debacle de sectores del peronismo. El año pasado se recuperó el sindicato docente de Córdoba capital, la UEPC. Desde los sectores combativos también venimos defendiendo a la seccional 877 de UATRE (Ledesma-Jujuy) contra la empresa y la burocracia nacional.

Porque las conducciones, ante el malestar que hay por debajo, temen perder sus aparatos y privilegios. En el gremio de la Alimentación, la conducción de Rodolfo Daer viene negando el llamado a elecciones, aun con las comisiones internas teniendo mandatos vencidos. En la Planta de Mondelez ya se vencieron los mandatos de la Comisión Interna hace 4 meses y en Georgalos hace ya 8 meses. Daer sigue sin hacer las convocatorias a pesar de que los y las trabajadoras lo vienen reclamando hace meses. Se están juntando firmas y realizando reclamos. Allí estamos dando la pelea desde la Agrupación Bordó.

En el sector de Salud, al calor de las manifestaciones contra la Ley Bases y frente a la represión constante surgió La Posta de Salud y cuidados. Organizada por trabajadoras y trabajadores como médicxs, enfermerxs, profesionales, no profesionales, efectivos contratados y estudiantes, que actuaron “espalda con espalda” mancomunados y como un gran equipo de salud en las calles. Todo lo que la patronal divide y la burocracia sindical replica, la lucha en las calles unifico dando lugar a muchos compañeros y compañeras que se sumaran a la organización y se agruparan.

Además, se cumplen 10 años de MadyGraf, la gráfica recuperada que está bajo gestión obrera y surgió tras la ocupación de Donnelley, cuando la patronal se borró. Es un gran homenaje a la resistencia, a la lucha de los trabajadores y a la alternativa de los trabajadores de ocupar, producir, resistir. Creo que en ese terreno también hemos hecho un aporte. Desde Zanon, Cerámica Neuquén, Cerámica Stefani de Cutral Có, la cooperativa de las obreras textiles Traful Newén. Somos parte de un movimiento de fábricas recuperadas que ha hecho historia y es una historia con mucho futuro.

¿Y cuáles son las tareas que tenemos por delante?

La izquierda y los sectores combativos tenemos la oportunidad y el desafío que convertirnos en una fuerte alternativa a esas burocracias. Contra la complicidad o pasividad de las conducciones, contra quienes desmoralizarnos o decir que “no es el momento”, estamos convencidos que no solo hay que pelear en unidad, organizarse, sino también proponerse recuperar nuestras organizaciones.

Para eso, primero que nada tenemos que seguir estando en cada lucha. Apoyarlas para que triunfen. Cada conflicto que ganamos fortalece a toda la clase trabajadora. También unir a los sectores combativos para esas peleas y plantear una alternativa a las conducciones sindicales que están en la tregua. Es decir, unir lo que el gobierno y la burocracia dividen. Esta tarea que desarrollamos con todas nuestras fuerzas desde cada lugar conquistado, lo hacemos también construyendo agrupaciones en cada gremio, en cada lugar de trabajo, impulsando plenarios y asambleas abiertas, donde también puedan sumarse trabajadores precarizados y sectores de la juventud. La organización es una tarea estratégica permanente. A veces podemos desarrollarla abiertamente y otras tomando recaudos por la persecución y la represión de las patronales y de la burocracia sindical. Y por lo tanto tenemos que hacerlo en forma reservada.

Esa tarea también es parte y tomamos como propias del Movimiento de Agrupaciones Clasistas. Impulsamos agrupaciones, pero a su vez, desde estos lugares, buscamos la coordinación con otros sectores y desde ahí también le exigimos a los sindicatos. Porque los sindicatos no son de los burócratas o de una conducción particular. Los sindicatos son de los trabajadores y trabajadoras y muchas veces están usurpados o dirigidos por burocracias sindicales. Es una lucha a la que no podemos ni debemos renunciar. Sino que es parte de la tarea: recuperar las organizaciones sindicales, desde los cuerpos delegados y comisiones internas hasta los propios sindicatos. La experiencia que hicimos en Zanon y el Sindicato Ceramista de Neuquén la he contado muchas veces; ha demostrado que podemos recuperar y democratizar los sindicatos.

Damos esa pelea en unidad con diferentes sectores con independencia de clase: independencia de los gobiernos y de los partidos patronales. Lo hacemos justamente para que las luchas que damos no terminen todas detrás de un nuevo sector patronal, de un nuevo “mal menor” o de un nuevo fiasco, que tan en evidencia quedan en momentos como estos.

El peronismo y sus conducciones sindicales y sociales se han querido arrogar los movimientos de lucha callejera para llevarlo detrás de un candidato. Llevarlo detrás de Massa, de Scioli, de Alberto Fernández. Eso ha terminado un fiasco detrás del otro. Por eso es muy importante que las agrupaciones sindicales se planteen la independencia de los partidos patronales y que los trabajadores y trabajadoras reconozcan sus propias fuerzas. Desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y también desde el PTS-Frente Izquierda Unidad, impulsamos no solamente la lucha, la combatividad, la coordinación, la solidaridad, sino también la independencia política de los trabajadores y trabajadoras a la hora de organizarse. Pelear solamente con una estrategia sindical es pelear con un balde en la cabeza, es no ver mas allá de nuestra nariz.

Esta cada vez más claro que para enfrentar a la derecha el peronismo no va más. Por eso con todos los compañeros y compañeras que venimos dando batallas en las calles y en los lugares de trabajo, estamos discutiendo también la necesidad de asumir la militancia por construir un gran partido de la clase trabajadora y socialista para plantarnos frente a estos gobiernos del hambre y levantar una salida en beneficio de las grandes mayorías.