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Red Internacional
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GENOCIDIO DE CLASE. Reato fue TT porque insiste en el negacionismo: “Fueron 7300 las víctimas de la dictadura”

El periodista volvió a reiterar su negación a los crímenes de lesa humanidad. El Departamento Defensa de Estados Unidos, en sus archivos sobre la dictadura en el país, hablaba de 22.000 desaparecidos ya en 1978.

Lunes 16 de noviembre de 2020 22:07

Este lunes, el militante del negacionismo escribió un artículo en Infobae: “Fueron 7300 las víctimas de la dictadura y 1094 los muertos de los guerrilleros”. Esto lo convirtió en TT en Twitter.

Esta vez la provocación de Ceferino Reato no vino de la mano de sus “convicciones”, sino de algo más terrenal. La promoción de su nuevo libro, “Los 70”.

Reato, en su artículo, bajo la teoría de los dos demonios, se refiere a que los crímenes de la dictadura fueron juzgados, en tanto los crímenes cometidos por las grupos armados, no. Una simplificación que han hecho todos los negacionistas, muchos de ellos incluso se esconden bajo la teoría de los dos demonios, para igualar los crímenes de un lado y otro.

Mientras que para Reato, la cifra que da cuenta de los 30.000 desaparecidos, fue inventada por los organismos de derechos humanos y militantes del kirchnerismo, la historia nos cuenta otra realidad.

En 2006, treinta años después del golpe militar, se conocían nuevos documentos desclasificados en Estados Unidos, que revelaban que los militares reconocían 22.000 desaparecidos hasta 1978. Aún restaban cinco años para el fin de la dictadura.

El periodista Hugo Alconada Mon tuvo acceso a los documentos desclasificados, y catorce años atrás escribió un artículo que publicó en un diario insospechado de simpatizar con la lucha de los organismos de derechos humanos. En 2006 aparecía en La Nación, las principales conclusiones que arrojaban los archivos de la dictadura desclasificados por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Los datos sobre los 22.000 desaparecidos, fueron aportado por militares y agentes argentinos, “que operaban desde el Batallón 601 de Inteligencia a su par chileno Enrique Arancibia Clavel, aparece entre los documentos que logró sacar a la luz el Archivo de Seguridad Nacional de la Georgetown University”, cuenta Alconada Mon en su artículo de 2006 publicado en la tribuna mitrista.

Agrega otro dato. Las declaraciones del entonces embajador estadounidense en Buenos Aires, Robert Hill: “Es nuestra estimación que al menos varios miles fueron asesinados y dudamos que alguna vez sea posible establecer una cifra más específica", advirtió a sus superiores que era incalculable la cantidad de crímenes y desaparecidos durante el régimen de facto que inició el gral Videla el 24 de marzo de 1976.

No es una cifra, es negar el genocidio

Los negacionistas, los hay de todo tipo, tienen algo en común. Desde el fin de la dictadura niegan el genocidio de clase que llevó adelante el golpe cívico militar eclesiástico iniciado el 24 de marzo de 1976.

Desde los años de la dictadura, las madres y familiares de las víctimas denunciaron los crímenes, y que muchos de ellos estaban desaparecidos. Esta denuncia creció con fuerza y el reclamo de verdad y justicia por los crímenes y desaparecidos continúa hasta hoy, y se transmiten de generación en generación. Son 30.000.

Sin embargo, para un amplio abanico de la derecha, entre los que se encuentran periodistas, intelectuales y políticos, la cifra es una mentira. No es una mentira. Es parte de la investigación que sobreviviente de la dictadura, y organismos de derechos humanos, luego de presentado el informe de la Conadep, continuaron elaborando.

Durante la última dictadura hubo al menos 600 centros clandestinos de detención. Se desconoce la cifra total, porque muchos de estos centros funcionaban en los predios de deportes de fábricas, como se conoció que tenía Techint en la Ciudad de Campana, otros funcionaron en comisarías.

¿Por qué es importante este dato? porque de ahí se desprende las listas que armaron los sobrevivientes de esos centros de torturas. Además, si la cifra fuera la que da Reato, se podría decir que hubo algo más de diez detenidos en cada uno de esos centros, durante siete años. Absurdo y totalmente ajeno a la verdad histórica.

El periodista y exmilitante montonero Miguel Bonasso, publicó un artículo en este medio, que dan cuenta de este cálculo, pero que además cuestiona lo ocurrido bajo el gobierno de Cristina Kirchner. “Al llegar a la Secretaría de Derechos Humanos del gobierno kirchnerista, el hijo de desaparecidos Martín Fresneda creara un pomposo ‘Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado’ (Rutve), que rebajó el listado a 6.348 casos de desapariciones forzadas más 952 personas asesinadas que no estuvieron desaparecidas”.

Esos datos le sirvieron a los funcionarios del gobierno de Cambiemos, que durante toda su gestión lo utilizaron para desprestigiar la lucha de los organismos de derechos humanos.

Bonasso señala también, que sólo por la Esma pasaron y permanecieron detenidas desaparecidas 5.000 personas. ¿Cómo es posible entonces concluir que hubo durante toda la dictadura 7.300 o la cifra que maneje el negacionista de turno?

El pacto de silencio entre todos los actores del genocidio es tan irrompible que siempre fue tarea de las víctimas reconstruir tanto los nombres de los desaparecidos como de sus victimarios. Pretender minimizar, "jugar" con el número es banalizar y revictimizar a sobrevivientes y víctimas.

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La mejor manera de terminar con la campaña de los negacionistas es como plantea la izquierda y el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia: la apertura de todos los archivos de la dictadura. A 37 años de la vuelta de gobiernos constitucionales, los archivos de la dictadura en manos del Estado y de las iglesias, continúan cerrados. Solo un puñado de ellos fueron abiertos. Si se abrieran los archivos de la dictadura se conocería cuál es la cifra de desaparecidos y de centros clandestinos, así como la cantidad de represores involucrados. También se podría conocer quiénes se apropiaron de los bebés nacidos, muchos de ellos en cautiverio y cuál fue el destino de quienes aún permanecen desaparecidos.

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