El ministro de economía de nación Nicolás Dujovne anunció en el presupuesto 2018 presentado, que la Universidad Nacional del Comahue recibirá un recorte de 1.225 millones de pesos para el siguiente año.
Martes 3 de octubre de 2017
El anuncio del recorte presupuestario para la UNCo para el 2018, fue realizado en el marco de una política nacional que posee mucho de ajuste para la educación pública y muchos beneficios para la educación privada. Sin ir más lejos aquí en la cercana provincia del Neuquén los subsidios a la educación privada según datos del 2016, rondaron en más de 600 millones de pesos para colegios que cobran de matrícula hasta 7.000 pesos, teniendo en cuenta los valores del mismo año. Lo que la población muchas veces desconoce es que detrás de estas abultadas cifras a las instituciones privadas de los distintos niveles educativos, se esconden verdaderas empresas educativas que se benefician del presupuesto estatal destinado tanto a escuelas públicas como las llamadas escuelas “públicas” de gestión privada. Tal es el caso de los colegios A.M.E.N de Neuquén cuyo representante o dueño, el pastor David Schlereth candidato a diputado en estas elecciones por Cambiemos, opinó en un medio de noticias digital, que es mentira que la Universidad va a tener un recorte presupuestario, sólo va a recibir menos dinero del que pidió para funcionar en el 2018, ósea va a recibir menos dinero del que necesita para funcionar, esto en mi barrio se llama recorte y ajuste presupuestario.
Las instituciones que comanda David Schlereth no sólo son subsidiadas por el Estado desde nivel inicial hasta el secundario, sino que además en su página web también ofrece la oferta para la Universidad Privada siglo XXI. Es decir un claro representante de la educación privada a la que un porcentaje minoritario de niños y niñas accede en función de la selección que hacen de sus educandos pero también en función de las matrículas que cobran.
Esta estructura de beneficios para las empresas educativas privadas en desmedro del desfinanciamiento de la educación pública, posee antecedentes desde las reformas educativas de los `90, tanto en la Ley Federal de Educación como en la ley de Educación Superior se crea el marco normativo para reconocer como parte del sistema educativo estatal a las instituciones “públicas” de gestión privada. Esto habilitó a legalizar el financiamiento de las empresas educativas a la vez que del mismo presupuesto estatal se tapan baches para sostener de forma totalmente precaria la educación pública.
Dos modelos educativos: empresas educativas para pocos vs educación de calidad para todos
Para el caso de la Universidad Nacional del Comahue pero también es el caso de muchas universidades públicas del país, la ley de educación superior habilitó la legislación (estatuto de la UNCo) que permitía a las universidades recibir financiamiento externo, ósea financiamiento de empresas, ong’s, asociaciones, etc. Es decir esto habilitaba a la privatización de la universidad pública en tanto y en cuanto el desfinanciamiento por parte del Estado Nacional planteaba buscar el financiamiento restante en las empresas. Obviamente el dinero que las empresas “donan” no es a cambio de nada, y para el caso de carreras como Ingeniería de la UNCo es sabido los convenios que posee con empresas como Chevron o YPF, gracias a los cuales recibe un monto muy importante de dinero que representa un verdadero agujero negro, ya que no existe información pública/digital acerca de dichos ingresos. A cambio de estas sumas cuantiosas que empresas como Chevron/YPF aporta a la UNCo, la universidad “aporta” en términos de conocimientos y perfil de egresados que se insertan muchos de ellos en una de las producciones con mayor impacto ambiental como lo es el fracking.
La situación de las facultades que integran la UNCo, sobre todo las de corte humanísticas y sociales como lo es la facultad de humanidades o la facultad de Ciencias de la Educación y Psicología, se encuentran hace años en un profundo deterioro en términos edilicios pero también en cuanto a las condiciones de cursada que ofrece a sus estudiantes. Sólo por nombrar algunas de las postales que aquejan a nuestras estudiantes, es cotidiano verlas almorzando en los pasillos sentadas en el piso, ya que el comedor construido hace más de un año en el campus de la facultad de educación y medicina, no posee los fondos necesarios para equipar dicho comedor y ponerlo en funcionamiento. O la crisis que hubo con la calefacción en la facultad de humanidades que subsumió a cientos de estudiantes a cursar con temperaturas bajo cero durante este invierno.
Queda claro que el gobierno nacional representa al sector empresarial en nuestro país, queda claro también que del dinero de las arcas públicas se beneficia a sus amigos como es el caso citado en esta nota en cuanto a las empresas educativas.
Nosotros peleamos por un modelo distinto donde los hijos e hijas de los trabajadores accedan a la universidad pública de calidad, cuyos conocimientos estén al servicio del pueblo y no de las empresas.