Pasan los gobiernos y la juventud sigue precarizada. Esta vez ataca el macrismo que con su proyecto de reforma laboral profundiza la precarización y flexibilización contra los jóvenes que estudian y trabajan.
Martes 21 de noviembre de 2017
El proyecto de reforma laboral enviado este fin de semana largo al Congreso Nacional implica mayor precarización, sobre todo para la juventud. Incluye el Sistema de Prácticas Formativas para insertar en el mercado laboral a los jóvenes estudiantes a modo de pasantías. Los jóvenes que quedan fuera de él, quedan sometidos a mayor precarización, flexibilización y tercerización. Lejos está de crear empleo genuino.
Precarización y ganancias millonarias
Las reformas que intenta realizar el gobierno tienen un claro fin, aumentar por miles las ganancias de las grandes empresas. Para esto pretende cambiar la relación que tienen los trabajadores con las empresas, en el marco de la precarización ya existente (contratos temporales, periodos de prueba eternos, monotributistas, etc.) y el trabajo en negro heredado, fomentado y sostenido por el gobierno anterior, el plan es ir por más.
Se quitarían las multas por trabajo no registrado resultando menores costos para las empresas a la hora de despedir trabajadores. Se allana el camino para la tercerización, quitando responsabilidad a la empresa que contrate personal mediante una empresa tercerizadora. Estas problemáticas no fueron atendidas por ningún gobierno, el gobierno macrista, fiel a su estilo pretende aumentar más las ganancias millonarias que se llevan las empresas a costas de los trabajadores.
Sistema de Prácticas Formativas
El gobierno propone la creación del Sistema de Prácticas Formativas como una “transición entre el sistema educativo formal y el trabajo”. La idea es que el joven formado en algún ámbito educativo (secundario, terciario, universitario) comience a aplicar sus conocimientos teóricos a ámbitos “reales de trabajo” tanto públicos como privados. Este proyecto de ley intenta crear una especie de limbo entre la formación educativa y el trabajo, a modo de etapa intermedia, donde poder aplicar a gusto una precarización y flexibilización con escasos límites, directamente contra la juventud que intenta conseguir su primer trabajo.
Sin ningún tipo de escrúpulos, el proyecto determina que estas prácticas no implican una relación laboral, incluso al trabajador se lo denomina practicante, dejándolo al margen de cualquier derecho laboral que quede a salvo luego de la reforma.
¿Que implican las pasantías?
Las cuestiones operativas de estas Prácticas estarán a cargo del Poder Ejecutivo Nacional, que junto con los sindicatos a través de los convenios colectivos de trabajo determinará: características y condiciones de las prácticas, licencias, régimen de cobertura médica, plazos y cantidades, como los derechos y obligaciones de las empresas.
Aun así, el proyecto contiene algunas reglas generales que definen perfectamente el plan laboral del macrismo para la juventud:
Deja en claro que la duración y la carga horaria serán definidas por los Convenios Colectivos de Trabajo pero que no puede durar más de 12 meses y tener una carga horaria mayor a 30 horas semanales.
Respecto al salario, lo denomina “asignación estímulo” y determina que el mismo será no remunerativo y proporcional al salario del Convenio o el mínimo, vital y móvil respecto a las horas que trabaje, alejándose de un salario digno. Dejando a salvo al empleador de cualquier pago de aporte a la seguridad social o de obra social.
El Gobierno lanza este plan para crear empleo, pero ellos mismos dicen que esto no es trabajo. En síntesis, el joven que se encuentra estudiando o recién recibido queda sujeto a un régimen laboral en el que sabe que su trabajo durará como mucho un año, sin ningún tipo de indemnización al finalizar, con un salario por debajo del mínimo y sujeto a que seguramente tenga que ingresar a un próximo trabajo bajo la misma modalidad.
El proyecto propone como uno de los organismos de contralor al propio Ministerio de Trabajo. Entonces, el Poder Ejecutivo junto con los sindicatos determinarán las formas de las Prácticas, y el Ministerio de Trabajo las controlará. Además será obligatorio para las empresas del Estado tener trabajadores bajo este régimen.
Las empresas, el Estado y los sindicatos tendrán a su disposición a millones de trabajadores jóvenes a los que puede precarizar sin consecuencia alguna: descartables al cabo de un año, sin ninguna obligación laboral y con bajos costos a raíz de los salarios por debajo de la mínima y nulos aportes, teniendo recambio casi automático a causa de los niveles de desocupación e la juventud.
Esto no es novedad
Este régimen no es novedad en las relaciones laborales. El Kirchnerismo mantuvo desde 2008 una Ley de Pasantías con casi idénticas condiciones que las que contiene el proyecto de reforma laboral. La Juventud ya se encontraba precarizada y con los peores empleos.
Así como también la existencia de las empresas tercerizadoras en distintos rubros como el de comercio, limpieza, servicios, etc. en las cuales los más jóvenes se ven casi obligados a caer en búsqueda de un trabajo para poder cubrir sus gastos básicos y con suerte lograr estudiar.
El macrismo viene a formalizar distintos convenios y modalidades ya existentes, creadas bajo el gobierno Kirchnerista. Y en el caso puntual de las pasantías, un calco. La juventud siempre fue objeto de precarización y flexibilización embellecida bajo la figura de las pasantías, y sin poder acceder a trabajos genuinos. Millones de jóvenes estuvieron en manos de empresas, gobiernos y sindicatos como mano de obra barata y descartable.
Nuestras vidas y nuestra educación valen más que sus ganancias.
Mauricio Macri, desde hace tiempo y junto con todos los grandes representantes de las empresas -hoy son funcionarios del actual gobierno- resignaron tiempo y plata de sus vidas para armar un partido que pueda gobernar y llevar adelante las medidas que garantizan sus intereses: reducir el Estado, tarifazos, eliminar los impuestos a las exportaciones de los grandes terratenientes, entre otras. Ellos accedieron al gobierno y están empezando a llevar a cabo todas las medidas con el fin de aumentar sus ganancias.
Pero nuestras vidas y nuestra educación valen más que sus ganancias. Y por esto es necesario responder con organización. Este avance que pretende realizar el gobierno en complicidad con las centrales sindicales (CGT, CTA), el Partido Justicialista, el Kirchnerismo y con el resto de los partidos que integran las cámaras del congreso de la nación, debe ser realmente frenado. Para acabar con el desempleo deben repartirse las horas de trabajo con un salario igual a la canasta familiar, el gobierno intenta imponer lo contrario.
Así como Macri y los empresarios tienen un partido organizado que pretende llevar adelante un ataque a los trabajadores, la juventud tiene el desafío de organizarse para enfrentar este y todos los ataques que se pretenden, pelear por una vida que merezca la pena ser vivida y construir una sociedad donde no haya ni explotados ni explotadores, es desafío de los jóvenes, junto al resto de los trabajadores, construir una alternativa anticapitalista y que pelee realmente por todos nuestros derechos. Este asunto está ahora y para siempre en sus manos.