CONTRARREFORMA. Reforma previsional: el peronista Pichetto y su show de cinismo antes de votar a favor

El senador hizo gala de una “honestidad brutal” a la hora de defender la votación de su bloque a favor la contrarreforma previsional.

Celeste Vazquez @celvazquez1

Jueves 30 de noviembre de 2017 12:53

Miguel Ángel Pichetto, senador por la provincia de Río Negro, es el jefe del bloque de los senadores peronistas. Como buen jefe que es, ha sido la pieza clave para garantizarle la gobernabilidad a Cambiemos, imponiendo su disciplina para que su bloque vote todas las leyes necesarias para el oficialismo.

El senador ayer, una vez más, cumplió su rol como lo viene haciendo desde la asunción del nuevo Gobierno en diciembre de 2015, y sin sentir ningún tipo de tapujo ni vergüenza, mientras se desarrollaba el debate en el Congreso, emitió una serie de declaraciones en las que quedó totalmente clara la complicidad absoluta del sector que comanda con las políticas de ajuste del Macri.

Pero la honestidad brutal de las frases de Pichetto muestra otra cosa además y es que el senador es consciente del repudio generalizado y la bronca que causan las medidas antipopulares de Macri, y por supuesto el acompañamiento del peronismo, entonces apeló al recurso de compartir responsabilidades para que el mote de “traidor” no le quepa solo a él y sus subordinados. Ese es el caso de los gobernadores que aprobaron el Pacto Fiscal, entre ellas Alicia Kirchner, gobernadora de Santa Cruz, y Rosana Bertone, gobernadora de Tierra de Fuego. Ambas del Frente para la Victoria (FpV) y ajustadoras en sus provincias.

Veamos algunas de sus frases:

"Nos toca la ingrata tarea de votar esta ley porque acompañamos a los gobernadores”. Lo único que falta es que el senador nos quiera convencer que con su “ingrata tarea” está haciendo “patria”. Y si es tan ingrata la tarea, ¿por qué lo hizo?

“Estas tres leyes formaron parte del acuerdo (del Gobierno y 23 gobernadores), que nadie se haga el distraído porque dentro estaba la cláusula previsional”. Y agregó que “nadie fue sorprendido ni le pusieron un arma en la cabeza. Todos sabían lo que firmaban”. Y por si quedaban dudas afirmó que “estamos votando este proyecto porque los gobernadores lo avalaron con su firma”. Un recurso clásico utilizado por este tipo de personajes: prender el ventilador para que caigan todos.

“Lo más fácil es venir a gritarle a los senadores que son entregadores, que están contra los jubilados”. Otro recurso clásico: victimizarse. Pero, ¿acaso no lo son?

“El punto 9 de la Reparación (Histórica) fue una resolución totalmente ilógica, el blanqueo se lo habríamos votado igual. ¿Saben por qué? Porque ya votamos 3 blanqueos con el gobierno anterior y no nos poníamos colorados.” A confesión de parte, relevo de pruebas.

En un momento quiso llevar tranquilidad a la población y calificó al proyecto de ley que estaban votando como “una decisión coyuntural, por un tiempo reducido”.

Al final de su alocución, le envió un mensaje intimidante al Gobierno nacional al expresar que “hay una mala experiencia con De la Rúa cuando metió medidas de ajuste que profundizaron después la crisis. No lo hagan”.

A esta altura hay que preguntarse algo. Si Pichetto es consciente de lo perjudicial de las medidas adoptadas por el gobierno de Macri, ¿Por qué, junto a la burocracia sindical (también peronista), ha sido uno de los garantes de su gobernabilidad?

La respuesta es sencilla. Igual que el conjunto de los políticos de los partidos mayoritarios, responde a los intereses del gran empresariado que pide ajuste.

Miguel Ángel Pichetto