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Tres empanadas. Repartidores de apps: no es chiste, sólo 5 pesos de aumento por pedido

Bajo el paraguas de una precarización laboral legalizada, las empresas de aplicaciones de reparto dan aumentos de miseria, o ningún aumento. Se instrumenta allí desde hace algunos años un intento de reforma laboral de hecho. Tras las elecciones, ¿cómo resolver la precarización?

Lucía Ortega

Lucía Ortega @OrtegaLu_

Martes 16 de noviembre de 2021 18:26

A fines de octubre a cientos de repartidores que trabajan para Pedidos Ya les llegó un mail que anunciaba nuevos esquemas de pagos, es decir un "aumento". Esta empresa otorgó 5 pesos por pedido realizado de lunes a jueves y de viernes a domingo de 35 pesos. Pero además, este aumento es solo para quienes finalicen un pedido entre las 20 y 24 horas. En Rappi, directamente no se anunció ningún aumento.

La precarización laboral un problema estructural y cada vez más consolidado en nuestro país. En los repartidores de plataformas (apps), se instrumenta desde hace algunos años un intento de reforma laboral de hecho. Un repaso por algunas condiciones en el sector.

Salario de los repartidores

Según el sitio glassdoor, actualizado al 8 de noviembre, el sueldo típico de un repartidor en Rappi es de $ 29.704 por mes. Los sueldos de Repartidor en Rappi pueden variar entre $ 16.480 y $ 63.331 por mes. "Esta estimación se basa en 15 informes de sueldos de Repartidor en Rappi proporcionados por empleados o se calcula mediante métodos estadísticos. Al calcular los bonos y remuneraciones adicionales, alguien con el cargo de Repartidor en Rappi puede esperar recibir un pago total promedio de $ 29.704 por mes", aclara el sitio.

Esto es, por debajo de la Canasta de Indigencia valuada en $ 30.014 pesos en septiembre.

Condiciones de trabajo

Franco, un repartidor que trabaja para distintas plataformas y parte de la Red de Precarizadxs, nos explicaba que "hace un año que Rappi no aumenta, Pedidos Ya aumentó 5 pesos por pedido, es una cargada". "No tenemos reconocimiento laboral, estamos a la buena de dios, no tenemos aguinaldo, ART, posibilidades de que te paguen por un día de laburo no existe, si te enfermás no cobrás".

Dependen de un ranking, que está afectado entre otras cosas de si el repartidor sufre un accidente. De llegar puntuales a un horario estipulado más allá de si hay una tormenta o condiciones climáticas, o si los hijos ese día están enfermos, o si incluso el propio trabajador está con alguna enfermedad.

También el concepto de "autoaceptación" de quienes trabajan en Rappi, sin la cual prácticamente no tienen pedidos. "Exigencias que se parecen más a la de un verdadero empleado que a la de un autónomo e independiente", como explican en esta nota.

En la mayoría de los casos tampoco cuentan con una cobertura completa de seguridad social, o disponen de una precaria como el monotributo que no posee ni seguro de desempleo, ni cobertura de riesgos del trabajo, ni derechos laborales.

En cuanto a las horas trabajadas, una encuesta cuantitativa a 300 repartidores de plataforma, mayores de 16 años y residentes en el AMBA realizada en julio de 2019, en colaboración con el Área de Desarrollo Humano de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) explicaba que:

“Un argumento frecuente con respecto a los beneficios del trabajo en plataformas digitales es la posibilidad que tienen los trabajadores de elegir su propio horario. (...) Sin embargo, en la práctica, el trabajo en las plataformas de reparto se caracteriza por una fuerte dedicación horaria por parte de los trabajadores. En promedio, en una jornada habitual, los trabajadores dedican 8,2 horas a esta actividad, realizando una media de casi 13 entregas por día y esperando un promedio de 17 minutos entre pedidos”.

La encuesta relevó que sólo el 13 % de los encuestados eran mujeres. La edad promedio de los trabajadores se situaba en los 29 años y tres cuartas partes de los trabajadores encuestados eran migrantes (73,8%), de los cuales el 79% procedía de Venezuela.

¿Cuántos trabajadores de plataformas hay?

En una investigación de las periodistas Laura Cervetto y Paola Caruso plasmada en el podcast “Delivery Invisible” exponen que, segun el informe de 2019, hay alrededor de 160 mil personas en plataforma, de las cuales 60 mil se desempeñan como servicios de reparto.

Pero la precarización de la juventud y el crecimiento de formas como el monotributo es un fenómeno manifiesto con fuerza desde hace 10 años. Según las estadísticas del Ministerio de Trabajo, mientras la cantidad de asalariados registrados privados ronda ahora los 5,9 millones (por debajo del nivel de los últimos 10 años, 6,1 millones era el nivel de 2012), el monotributo creció un 30% y el monotributo social un 120 %.

Como se devela en este Informe Especial, la salida de la pandemia se dio con un crecimiento de empleo informal y el monotributo, mientras se mantiene estancado el empleo privado formal.

Organización, demandas claras y una salida colectiva en unidad

Ante esta situación, los trabajadores precarizadxs de las app se están organizando. El pasado 3 de noviembre se llevó adelante a nivel internacional un paro de repartidores, que en Argentina motivó su adhesión y movilizaciones el 8 y 12 de noviembre.

Sobre las demandas y las propuestas para terminar con la precarización laboral, Franco, repartidor de las app, nos dijo también que "para atacar este problema de la precarización que afecta al conjunto no sólo a la juventud, lo que planteamos es reducir la jornada laboral 6 horas, 5 días a la semana, que esas horas se repartan entre ocupados y desocupados, con un salario por encima de la canasta básica, y los que ganan por encima de la canasta no tengan ningún tipo de reducción salarial. Si esto se aplica en las grandes empresas se generarían 900 mil puestos de laburo".

Para eso, la pelea planteada es en unidad entre ocupados, desocupados, en planta, permanentes, tercerizados, informales. Unir lo que el capitalismo y la dirigencia sindical buscan fragmentar.

Franco remata su testimonio con un mensaje claro: “Terminar con la precarización laboral se puede pero hay que afectar los intereses de los que más tienen”.

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Lucía Ortega

Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.

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