Residentes de distintas especialidades de la provincia de Neuquén reclaman mejores condiciones de trabajo. A pesar de trabajar 60 horas semanales, sus salarios no cubren la canasta básica. Sin ellas y ellos, no se podría garantizar la atención de una demanda que crece en hospitales y centros de salud.
Sábado 8 de febrero 22:22
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Médicos, médicas, trabajadoras sociales, psicólogas y profesionales de diversas especialidades de residencias de la salud pública de Neuquén denunciaron las condiciones de precariedad en las que desarrollan su tarea y exigieron respuestas al Ministerio de Salud de la provincia. Como colectivo, llaman a unificar las demandas del conjunto de las y los trabajadores de todos los hospitales y centros de salud.
“El reclamo que estamos llevando adelante tiene que ver con el salario de los residentes de la provincia de Neuquén, que actualmente se encuentra por debajo de la canasta básica”, explicó María Caro, trabajadora social del hospital Castro Rendón, y contó por qué empezaron a organizarse: “En el mes de enero se nos pagó con nuestro sueldo el ítem de arraigo (que perciben todos los y las profesionales del sistema de salud), pero desde la Subsecretaría de Salud nos avisaron que el pago fue un error, que se nos descontará y no se nos seguirá pagando”.
El ítem por arraigo es un plus que les permite mejorar sus salarios, que están muy lejos de lo que necesitan para vivir. No les alcanza ni siquiera para alquilar. En Neuquén, un alquiler no baja de 600 o 700 mil pesos mensuales, y a eso hay que sumarle la comida, los servicios y el transporte. “El valor actual de una residencia está en 1.300.000 pesos por un trabajo de más de 60 horas semanales, entre ocho y quince guardias de 12 y 24 horas por mes que no son pagas”, explica María Caro.
Frente al reclamo del colectivo de residentes de la salud pública, las autoridades manifestaron que el ítem por arraigo no les correspondía, ya que las residencias no se encuentran incluidas en el Convenio Colectivo de Trabajo de Salud y su encuadre legal está regido por la Ley de Residencias, sancionada de manera exprés y con mucha polémica, a pesar del rechazo de las trabajadoras y trabajadores residentes.
La Ley de Residencias significó un fuerte retroceso en materia de derechos laborales para los y las residentes, así como también en la calidad de la formación, dejando en evidencia el nivel de precariedad laboral para ese sector de trabajadores y trabajadoras. Además de no tener en cuenta una mirada integral de la salud en sus múltiples determinantes, con una preeminencia del paradigma biomédico hegemónico.
“La nueva ley de residentes, que todavía no está reglamentada, se aprobó el año pasado; sin la participación de ninguno de los residentes. En ese momento solicitamos que se escuche nuestros reclamos. Queríamos que se los tenga en cuenta para la escritura de esta ley. Pero no fue así”, recordó la trabajadora social residente. Después de aprobarse la ley las autoridades de Salud las convocaron a reuniones para la reglamentación pero no se avanzó en nada. “Tuvimos muchas reuniones pero actualmente lo que dicen es que no se pudo reglamentar debido a las trabas que venimos poniendo nosotros; y esto no es así”, aclaró María Caro.
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Sin respuestas de las autoridades, con jornadas extenuantes y salarios que no alcanzan, se autoconvocaron, reclamaron. “Nos estamos organizando en asambleas para poder hacer visible nuestro reclamo y vamos a presentar una nota a la subsecretaría reclamando el pago del arraigo y que no se nos descuente este ítem”.
Junto con esto se encuentran realizando una campaña de visibilización y denuncia para lograr la unidad del resto de las y los trabajadores del sistema de salud, que también denuncian el malestar en sus condiciones salariales y laborales. Según el relevamiento que hicieron como colectivo son alrededor de 200 residentes en toda la provincia. “Hubo muchas renuncias de residentes que deciden irse al sector privado a trabajar ya que son mejor pagos. Hay muchas diferencias entre las especialidades médicas y los profesionales que no son médicos”, lamenta Caro.
Cuando hay un ataque generalizado de los gobiernos al derecho a la salud de la población, es importante que los trabajadores y trabajadoras de los hospitales y centros de salud de la provincia acompañemos el reclamo de las y los residentes y exijamos a las conducciones de los sindicatos asambleas democráticas comunes para organizar la pelea por las mismas condiciones laborales y salariales, por la misma tarea, porque sin residentes, no hay salud pública.
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Julieta Katcoff
Secretaría de las Mujeres Hospital Castro Rendón