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Editorial. Resultados y perspectivas

El triunfo de Massa, la debacle de Juntos por el Cambio, el estancamiento de Milei y los planes de los dueños del país. Editorial de "El Círculo Rojo", programa de La Izquierda Diario que se emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9.

Fernando Rosso

Fernando Rosso @RossoFer

Jueves 26 de octubre de 2023 23:29

  •  Con todo lo acontecido por estas horas, pareciera que pasó un siglo desde el resultado de las elecciones generales del domingo pasado. La consolidación de Sergio Massa como triunfador, el aturdimiento y la crisis de Javier Milei y La Libertad Avanza, y directamente el estallido de Juntos por el Cambio concentraron la atención en estos días.
  •  Existen múltiples aristas desde las cuales se puede abordar la coyuntura posterior al resultado electoral. Todo está muy abierto e ir corriendo detrás de la última declaración de dirigentes libertarianos o de Juntos por el Cambio (que son los protagonistas de la hora por la crisis que los atraviesa) nos puede llevar a perder de vista las grandes tendencias que tienen lugar, para decirlo de alguna manera, por abajo y por arriba.
  •  Tratemos de interpretar qué pasó por abajo. Como escribí en un artículo que se publicó en El Dipló el mismo lunes (y que también publicamos en La Izquierda Diario): “Si en las primarias, Javier Milei fue la difusa herramienta que utilizó una parte de la sociedad argentina para castigar a la dirigencia política tradicional (a la que consideraba responsable de sus penurias), en las generales, Sergio Massa fue el instrumento defensivo ante el fenómeno aberrante en el que se había transformado el líder de La Libertad Avanza y la camarilla que lo acompaña”.
  •  Milei fue víctima de un “síndrome” que afecta a prácticamente todas las coaliciones políticas y es considerar que un triunfo electoral es sinónimo de adhesión a todos sus postulados ideológicos. Embriagados por el triunfo en las PASO se sobregiraron (tanto él como sus referentes) y comenzaron a desplegar un programa de ajuste salvaje, privatización de todo, aplicación de la lógica mercantil para todo, copia del discurso de los genocidas de la última dictadura militar etc. etc. De esta manera, le dejaron servida a Massa y al peronismo la “campaña del miedo”. Solo un loco de extrema derecha, con algunas propuestas delirantes, en combinación con la debacle de Juntos por el Cambio pudieron lograr la “hazaña” de que el candidato oficialista, que además es el responsable de una economía con una inflación altísima, logre salir primero en la elección recuperando más de tres millones de votos entre las PASO y las generales.
  •  Por otro lado, en relación a todo lo que se venía diciendo o escribiendo luego de las PASO, quedaron desmentidas algunas tesis: la que afirmaba que la sociedad argentina se encaminaba mayoritariamente a dar un giro unilateral y mecánico hacia la derecha o la que decía que estaba en curso un avance irrefrenable del “fascismo”. No porque Milei o su candidata a vice, Victoria Villarruel, no tenga rasgos fascistizantes, sino porque la adhesión que lograron no tenía que ver (en promedio) con esos planteos y ni hablar que había otro gran sector de la sociedad que directamente rechaza esas ideas.
  •  En síntesis: de una forma laberíntica, mediada, la relación de fuerzas se manifestó en las elecciones generales y triunfó (hay que reconocerlo) la operación del “mal menor”: para oponerse a Milei se apoyó a Massa que estuvo entre los que aportaron a la emergencia de Milei (por ser corresponsable del fracaso del gobierno y responsable de la crisis de la economía, y porque lo ayudó en varios sentidos). Un operativo que funcionó sobre la base del terror económico y la extorsión política. Hay que entender ese aspecto contradictorio del pronunciamiento popular del domingo para saber dónde estamos parados.
  •  En su discurso la noche las elecciones, Milei hizo un reconocimiento de esta realidad cuando dio un inédito giro “gradualista” y afirmó: «No vinimos a quitar derechos, sino a liquidar privilegios». Y al aceptar el pacto con Bullrich que puso condiciones en su conferencia de prensa también reconoció los límites. El mismo Milei del lunes reconoce que el “fenómeno Milei” del que se habló durante meses no tenía la magnitud que muchos le atribuían.
  •  Ahora, miremos un poco lo que pasó por arriba antes y después de las elecciones. Es decir, cuáles fueron las apuestas de los dueños del país. El establishment se jugaba a que Milei más que un partido sea una agenda que ayudara de derechizar el debate público y que todo sea capitalizado por Juntos por el Cambio que era su coalición predilecta. El objetivo de derechizar la agenda lo cumplió con creces. Lo que pasa es que la política (y eso es, quizá, lo más interesante) a veces alcanza una relativa autonomía que es de dónde se derivan los “errores no forzados”. No sólo la política, también la estupidez alcanza a veces una autonomía relativa, en este caso fue la estupidez de Mauricio Macri que fue destruyendo uno a uno a los referentes de su coalición por no aceptar el declive de su liderazgo (primero a María Eugenia Vidal, después a Horacio Rodríguez Larreta y finalmente a Patricia Bullrich). Hizo detonar a Juntos por el Cambio y eso habilitó a que Milei fagocitara parte de sus votantes.
  •  Los dueños del país empezaron a ver que un gobierno de Milei podía ser muy inestable y muy riesgoso, por eso en la segunda etapa hacia las elecciones generales, mandaron a los mismos comunicadores que le habían dado aire a que le tiren con todo (me refiero a las empresas periodísticas más concentradas). De todo eso se vio beneficiado Massa. Massa emergió como un árbitro de —más que nunca— una relación de múltiples debilidades: las debilidades de las distintas fracciones del peronismo (y de CFK en particular); de Juntos por el Cambio y de Milei. Ojo Massa también es débil: sacó uno de los porcentajes más bajos del peronismo en la historia: el 37% mientras que Daniel Scioli en 2015 obtuvo el 38%.
  •  Ahora, frente los hechos consumados, los dueños del país tienen dos planes: moderar a Milei, controlarlo y apuntalarlo a la vez, y esa es la función para la que se ofreció Bullrich o diseñar y condicionar la estrategia y el programa de Massa. Por eso, por ejemplo, la Fundación Mediterránea por ejemplo, puso a disposición el programa que armó Carlos Melconián; las asociaciones de bancos ya lo habían respaldado antes de las elecciones cuando criticaron a Milei y Horacio Rosatti, juez de la Corte Suprema repitió casi el mismo discurso que Massa. Tan burdo fue que le dio vergüenza hasta Ricardo Lorenzetti que salió a cruzarlo y decirle “che, no da, mantengamos las formas”.
  •  Para despejar dudas, Massa formuló su llamado a un gobierno de unidad nacional con el represor Gerardo Morales, con los peronistas del PRO, con Larreta etc. Postuló su propósito de “terminar con la grieta” que traducido no es más que terminar con el kirchnerismo o condenarlo a una posición testimonial dentro del peronismo. Y empezó a hablar de la necesidad de reformas laborales, fiscales etc. que, claro, en medio de todo el ruido, pasan como desapercibidas, pero esos son los planes reales.
  •  En última instancia, este consenso amplio era el que planteó Larreta y exigió el embajador de EEUU en la Argentina en una reunión con todos los candidatos. La idea del diplomático era que se necesitaba “volumen político” para aplicar las contrarreformas que, según ellos, la Argentina necesita.
  •  Conclusión: al margen de las intenciones o incluso de los objetivos de los protagonistas, en los hechos, finalmente el “cuco” Milei puede terminar siendo (rodeado del macrismo) el agente para hacer ese ajuste, pero está con las chances muy disminuidas y por lo tanto, su función puede ser actuar como un factor de disciplinamiento de las mayorías populares para un nuevo plan de ajuste.
  •  Los dueños del país piensan en estos términos, para ellos el debate “democracia” y “fascismo” es una pantalla. Desde este espacio, seguiremos postulando que, incluso para defender o para que no se degraden más las libertades democráticas, hay que prepararse para enfrentar al “partido nacional del ajuste” porque una cosa está íntimamente vinculada a la otra.

  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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