Transporte colectivo. Retirarán paulatinamente a la Guardia Nacional del metro

La mañana del sábado 7 de enero del 2023 dos trenes del metro chocaron en la línea 3, entre las estaciones Potrero y La Raza. Como resultado del percance resultaron lesionadas aproximadamente 100 personas y una estudiante de la UNAM de 18 años perdió la vida.

Este no fue un hecho aislado, sino parte de una serie de. incidentes que durante los últimos años han dejado en evidencia la falta de mantenimiento que tiene el metro, siendo el más grave el ocurrido el 3 de mayo del 2021, al desplomarse un tramo elevado de la estructura de la Línea 12 que provocó la caída de dos vagones. El saldo fue de 26 muertos.

Durante años, los trabajadores del metro han denunciado la alarmante falta de mantenimiento de las instalaciones, que operan con maquinaria obsoleta y en pésimas condiciones.

La respuesta de las autoridades ante estas tragedias fue repudiable. Claudia Sheinbaum, quien se perfila como la candidata más fuerte del Morena para contender por la presidencia en el 2024, anunció apenas una semana después del percance de la Línea 3 que su política ante estos hechos -con el respaldo del gobierno federal- era que más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional entrarían a vigilar los andenes del metro. El gobierno de la 4T logró lo que ni siquiera Calderón pudo, avanzar con la militarización de la CDMX.

Si bien la medida fue cuestionada por distintos sectores, la jefa de gobierno argumentó que era necesaria debido a los “episodios fuera de lo normal” que -según ella- se estaban presentando en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo, como robo de cable y “sabotajes”. Lo que llegó al absurdo de la detención de una señora porque se le cayeron las aspas de su lavadora a las vías, por lo que fue acusada de daños a las vías generales de comunicación.

Pero, ¿de qué manera miles de elementos represivos solucionarían los años de abandono que no solo provocan que el viaje en metro al trabajo o a la escuela y de vuelta a casa sea una tortura para millones de trabajadores y estudiantes, con retrasos en los viajes y vagones hacinados, sino que también han hecho que viajar en este sistema de transporte implique un riesgo mortal.

Las prioridades presupuestales

Durante los últimos años se ha reducido el presupuesto del metro en un 25%. Estos recortes, sumados al ya de por sí insuficiente presupuesto (en 2023 se destinaron 19 mil 700 millones de pesos para el sistema de transporte más usado de la ciudad), han dado como resultado que sea imposible brindar un servicio seguro y confortable a los cientos de millones de usuarios que anualmente utilizan este medio de transporte.

Por el contrario, la Guardia Nacional tuvo un importante incremento presupuestal de poco más del 10%, lo que significa que contará con 68 mil millones de pesos para este 2023. ¿Por qué se necesita tanto presupuesto para un sector dedicado únicamente a reprimir y tener controlada a la sociedad, cuando hace falta para educación, salud, vivienda y un sistema de transporte público gratuito y de calidad, para que las personas no sigan muriendo en el trayecto a su casa?

Retirada

El ingreso de la Guardia Nacional al metro forma parte de la política de militarización que se implementa a lo largo del país. Ahora, casi tres meses después de esta polémica medida, Sheinbaum anunció el retiro paulatino de estos elementos.

La jefa de gobierno argumenta que su decisión se debe a que disminuyó el robo de cable en el metro, por lo que ya no sería necesaria la presencia de tantos elementos de la GN. Sin embargo, no queda claro hasta cuando se retirarán por completo.

La noticia no puede considerarse al margen de la política que ha tenido Sheinbaum en el marco de su carrera electoral. Se muestra como una candidata dispuesta a “tomar las medidas necesarias” y retroceder cuando hace falta.

Con el pasar de los días quedó clara la inutilidad de la Guardia Nacional en el metro, el servicio no mejoró ni mágicamente se resolvieron las deficiencias de mantenimiento, no sirvió más que para mandar un claro mensaje. Quedó instalado que, si así lo requiere el gobierno puede apelar a la presencia y uso de la fuerzas represivas para encubrir su responsabilidad en este tipo de negligencias y acallar los reclamos de la población.

¿Realmente hubo una baja en los robos? ¿Se puede explicar el decadente servicio del metro por estos actos? La realidad es que no se pudo demostrar que hubiera un boicot al metro, lo que hay es una indolencia total a las necesidades de clase trabajadora, que no solo tiene que lidiar día a día con la precarización de los trabajos, sino que tiene que viajar en las peores condiciones, con hacinamiento, retardo y también el peligro de morir camino a casa.

Los que usamos el metro todos los días sabemos que llenar de militares el transporte de la clase trabajadora no solucionará los problemas de mantenimiento. Lo que hace falta en realidad es que se destine el presupuesto suficiente para poder realizar las labores necesarias. Pero no solo eso, los que deben controlar democráticamente y transparentar el manejo de este presupuesto son los propios trabajadores, pues son ellos los que realmente saben cuáles son las necesidades del transporte, para que no haya más crímenes de este tipo.

Los percances ocurridos en el metro, en los que han muerto trabajadores y personas de escasos recursos, no los altos funcionarios, son producto de la negligencia del Estado, no son accidentes. Y por lo mismo pueden evitarse, a partir de la organización de trabajadores y usuarios.

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