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Red Internacional
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México-EU-Canadá. Reunión trilateral contra tráfico de fentanilo

Para el jueves, 13 de abril, se programó una reunión en la Casa Blanca (Washington) de los gabinetes de seguridad de México, Estados Unidos y Canadá. El objetivo declarado es delinear una estrategia conjunta para combatir el tráfico de fentanilo y de sus precursores, así como de armas.

Miércoles 12 de abril de 2023

Al frente de la delegación mexicana estará Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Como asesoras de Seguridad Nacional de Estados Unidos y Canadá asistirán Elizabeth Sherwood Randall y Judy Thomas, respectivamente.

Por el lado mexicano también estarán presentes el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval; el de Marina, Rafael Ojeda Durán; y el titular del Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez.

La reunión fue acordada en el marco de la segunda fase del Entendimiento Bicentenario, un compromiso entre México y Estados Unidos que vino a sustituir a la Iniciativa Mérida, mediante la cual el gobierno estadounidense destinó recursos millonarios para la “guerra contra el narco” iniciada en el sexenio de Felipe Calderón (y dirigida entonces por Genaro García Luna), que ha dejado hasta nuestros días cientos de miles de muertos, desaparecidos y desplazados.

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Aunque en la reunión se tratarán asuntos bilaterales entre México y Estados Unidos, Canadá está también invitado con la intención de tener un alcance regional. Además, el gobierno mexicano ha señalado que también ese país es territorio de tránsito de fentanilo hacia la Unión Americana.

Lo que viene haciendo la 4T

El consumo de fentanilo ha causado más de 100 mil muertes en Estados Unidos, por lo que el gobierno de Joe Biden viene presionando a México para intensificar el combate al tráfico del opioide.

En respuesta, el presidente López Obrador envió una carta a China solicitando información sobre el tráfico de fentanilo o de sus precursores entre aquél país y México, a lo que el gobierno de Xi Jinping respondió que no existe dicho tráfico.

Como tema extraordinario de la reunión trilateral se prevé el diseño de una campaña de prevención e información sobre los daños del consumo de fentanilo, algo que en México la SEP prepara para implementar en las escuelas.

Pero la principal respuesta del gobierno mexicano ante las presiones del imperialismo estadounidense ha sido la captura de algunos capos (entre ellos Ovidio Guzmán), mediante nuevos episodios de la “guerra contra el narco”, en el marco de un salto en la militarización del país (luego de iniciada por Calderón y continuada por Peña Nieto).

Por su parte, Marcelo Ebrard, quien alega que durante el sexenio de la 4T se han incautado seis toneladas de fentanilo, se prepara para reclamar a Estados Unidos los nulos esfuerzos que ha hecho por controlar el tráfico de armas de norte a sur (que llegan a los cárteles en México), así como la inexistencia de aseguramientos de recursos financieros al Cártel de Sinaloa (lo que le permite seguir lavando dinero), mientras que al Cártel Jalisco Nueva Generación supuestamente se le ha bloqueado el acceso a varios bancos estadounidenses.

La política imperialista

Lo anterior es reflejo de la política de Estados Unidos en materia de drogas, cuyo origen se encuentra en el prohibicionismo impuesto a los países de América Latina, lo que dio lugar al surgimiento de los cárteles y es utilizado por el imperialismo para promover políticas intervencionistas, militaristas y mantener bajo control a lo que considera como su “patio trasero”, aunque ahora las consecuencias se muestren en suelo estadounidense con las elevadas cifras de muertes por sobredosis de fentanilo.

Como expresión exacerbada de esta política, la reunión en la Casa Blanca se realizará mientras que representantes, senadores y gobernadores del Partido Republicano pugnan por designar a los cárteles mexicanos como “organizaciones terroristas extranjeras”, con el fin de emprender una ofensiva militar de Estados Unidos en territorio mexicano. Todo esto azuzado por el propio Donald Trump desde enero, en el contexto de disputas entre demócratas y republicanos rumbo a las elecciones presidenciales del próximo año.

Una salida progresiva

Bajo la presión de Estados Unidos no se puede esperar mucho más que, como resultado de la reunión trilateral, México siga haciendo más o menos lo mismo que viene haciendo, mientras que seguimos padeciendo la subordinación a las políticas imperialistas, como con el reciente asesinato de cinco jóvenes a manos de la Guardia Nacional en Nuevo Laredo, Tamaulipas (como resultado de la militarización), o la muerte de 40 migrantes en un centro de detención en Ciudad Juárez, Chihuahua (como resultado de la política migratoria asumida por el gobierno de la 4T).

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En contra de la política imperialista, seguida por gobiernos como el de la 4T, consideramos que el millonario negocio del tráfico de drogas –y la violencia que conlleva- sólo puede atacarse efectivamente mediante la legalización (junto con la expropiación de los cárteles, políticos y empresarios a su servicio), mientras que la cuestión del consumo de sustancias, lejos de una visión moralista, debe tratarse como un problema de salud pública, junto con políticas para garantizar educación, salud, recreación, acceso a la cultura y trabajo digno para la juventud.

Los recursos para eso bien podrían salir –entre otras vías- de reencauzar el millonario presupuesto que hoy se destina a la Guardia Nacional y la militarización del país (o en Estados Unidos del millonario presupuesto que se asigna a la política militarista para la guerra en Ucrania); cuestión fundamental, además, por las consecuencias contra el pueblo trabajador de la presencia de las fuerzas armadas en las calles y el creciente poder que éstas están adquiriendo, lo que sólo puede enfrentarse mediante la más amplia movilización obrera y popular.