Un primer paso para impulsar la unidad de estudiantes y maestros en defensa de la educación pública y gratuita.
Martes 2 de octubre de 2018
Este domingo 30 de septiembre, estudiantes del Bachilleres 4, la Universidad Pedagógica Nacional, el Instituto Politécnico Nacional, la Escuela Normal Superior de México, la Escuela Superior de Educación Física (ESEF) y maestros de primaria, secundaria y educación superior, nos reunimos para intercambiar sobre la necesidad de unirnos entre estudiantes y maestros en defensa de la educación pública, laica y gratuita.
Organizada por la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase, la reunión se realizó en las instalaciones de la ESEF, en el contexto del movimiento estudiantil surgido a partir del ataque porril del 3 de septiembre en Ciudad Universitaria, y mientras la SEP se empeña en seguir imponiendo la reforma educativa hasta el último día del gobierno de Peña Nieto.
Inseguridad y represión
Entre las principales discusiones, se abundó sobre la represión que se vive al interior de los planteles por parte de las autoridades, que utilizan todos los medios a su alcance para obstaculizar la organización estudiantil, cuestión que se viene expresando particularmente en las normales y los bachilleratos.
También destacó el problema de la inseguridad que padecen los estudiantes, expuesto en primer lugar por los estudiantes del Bachilleres 4, quienes denuncian asaltos al interior y al exterior de su plantel, además del ataque sexual a una de sus compañeras en las inmediaciones.
En la discusión se planteó que el problema de la inseguridad es generalizado, por lo que no podrá resolverse realmente desde un solo plantel. En principio, no podemos confiar en que la solución vendrá de la mano de la policía, que es cómplice y parte del problema.
Reforma educativa y nuevo modelo
Las y los maestros presentes hablaron sobre las condiciones que se viven en las escuelas a partir de la imposición de la reforma educativa y el nuevo modelo educativo, explicando sus consecuencias hacia los docentes y los alumnos, por ejemplo, la degradación de contenidos y la educación socioemocional que busca formar a los futuros trabajadores para no cuestionar la superexplotación.
Se habló también de la cerrazón de las autoridades educativas respecto a la evaluación docente, que vienen imponiendo a pesar del desacuerdo que genera entre los maestros, desoyendo incluso los exhortos que se han hecho desde el Congreso para suspenderla.
Las maestras también expusieron el problema de la educación sexual que se imparte en las escuelas y sus cambios con el nuevo modelo educativo, ligando esta cuestión a la necesidad de una educación sexual integral, que no imponga a la juventud cómo vivir su sexualidad y para evitar embarazos no deseados, partiendo de que México ocupa los primeros lugares en embarazos de adolecentes. Esto como parte de una política integral que incluya acceso irrestricto a anticonceptivos para las y los jóvenes y el derecho al aborto legal, seguro y gratuito para erradicar las muertes por abortos clandestinos.
Experiencias de lucha
Un tema central fue la situación del paro en la ESEF, que está por cumplir cuarenta días, contra la imposición de la malla curricular 2018, parte de la reforma a las normales derivada de la reforma educativa. Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades, se propusieron numerosas iniciativas para fortalecer esta lucha.
No faltaron, por supuesto, interesantes intercambios sobre las experiencias de lucha, desde los problemas para la organización, la relación con padres de familia y las lecciones del movimiento del Poli en el 2014, hasta la situación del movimiento estudiantil actual y la necesidad de impulsar la más amplia organización democrática para integrar a la mayor cantidad de estudiantes y fortalecer el movimiento, así como el problema de la represión contra el magisterio que durante el sexenio enfrentó en las calles la reforma educativa.
En general, se hizo hincapié en la importancia de impulsar la unidad entre maestros y estudiantes para luchar en defensa de la educación pública y gratuita, partiendo de que el ataque a la educación, dictado por la OCDE y organismos financieros internacionales como el FMI, se da en todos los niveles educativos.
En ese sentido, se recuperó la experiencia del movimiento estudiantil internacional de 1968 y sus tendencias a la unidad con los trabajadores, que hizo temblar a los poderosos y puso en cuestión al sistema capitalista.
Y como experiencia reciente, se recordó la enorme respuesta solidaria de los estudiantes cuando, en la lucha del 2013 contra la reforma educativa, el gobierno de Miguel Ángel Mancera desalojó violentamente el plantón magisterial del zócalo.
Para darle impulso a la unidad docente-estudiantil, acordamos los siguientes resolutivos: