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Red Internacional
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Ante la llegada de Laura Richardson a Costa Rica. Rodrigo Chaves recibe a la líder del “Comando Sur” estadounidense ¡Fuera el imperialismo de Costa Rica y de América Latina!

El gobierno de Costa Rica ha anunciado la visita de la comandante del Comando Sur del ejército de Estados Unidos Laura Richardson para el lunes 06 de febrero. Pretenden avanzar en la “cooperación mutua en asuntos de amenazas de seguridad”; Richardson recientemente declaró con total transparencia los objetivos e intereses imperialistas del ejército de EEUU en la región latinoamericana: el control de los recursos en la competencia con China y Rusia, en el marco de la guerra en Ucrania.

Domingo 5 de febrero de 2023

Declaración política de Organización Socialista Revolucionaria (OSR)

La agenda de la comandante incluye una cita con el presidente y además con el Ministro de Seguridad Jorge Luis Torres, para la "organización conjunta" de la Conferencia Centroamericana de Seguridad de 2023, que tuvo un antecedente en 2016, también en suelo costarricense.

Los objetivos de Richardson no son la democracia y la cooperación

La obscenidad de Richardson para referirse a los recursos naturales de América Latina y a la geopolítica regional como de importancia estratégica para el imperialismo estadounidense se complementa con esta visita a Costa Rica, en momentos en que la lucha de clases en Perú está poniendo contra las cuerdas al régimen golpista peruano y en el marco del regreso de gobiernos ‘rosados’ en América Latina, como en Brasil, México, Chile, Colombia.

La hipocresía imperialista sobre la democracia que dice defender frente a régimenes como el Putin o Xi Jing Ping, se demuestra con la posición del Secretario de Estado Antony Blinken ante el régimen golpista de Perú, posición que no ha sido cambiada después del asesinato de decenas de peruanos durante las enormes movilizaciones contra el régimen golpista de Boluarte.

En un marco internacional de crisis del neoliberalismo, donde la hegemonía política del gigante estadounidense se ha puesto en cuestión, cabe preguntarse por qué el Comando Sur incluye a Costa Rica dentro de su agenda internacional. La respuesta puede extraerse directamente de las declaraciones de la Embajada norteamericana a la prensa del país, donde afirma que la “cooperación en seguridad entre EEUU y Costa Rica se remonta a décadas atrás y toca intereses compartidos”, además incluyen cínicamente el “respeto a los derechos humanos, y la integración de las mujeres en seguridad, paz y defensa.”

La “cooperación” de larga data que pregona la Embajada no es más que la sistemática dominación imperialista en Centroamérica, tomando a los gobiernos y la burguesía costarricenses como punto de apoyo político para sostener la explotación de millones en fábricas, plantaciones, maquilas y zonas francas, en función de las ganancias de empresas norteamericanas. Esto se remonta a los tiempos del enclave bananero y la UFCO, los negocios de Minor Keith, pasando por la intervención imperialista directa durante los procesos revolucionarios en Nicaragua y El Salvador en los 80 donde además impulsaron “procesos de paz” para desviar los procesos; también se compone de las bombas en Guatemala en el 54 y las bases militares en Honduras, el control del Canal de Panamá y las intervenciones en el Caribe como en Haití así como el criminal bloqueo económico contra la revolución cubana, por mencionar algunos pocos ejemplos, pero los libros de historia están llenos del legado sangriento y explotador de dicha “cooperación”.

El discurso de respeto a los derechos humanos se derrumba también a la luz de la injerencia militar con la que el gobierno de Estados Unidos, su policía y ejército imponen la paz “de los cementerios” tanto dentro como fuera de sus fronteras, Guantánamo y Afganistán son insignias de éstos crímenes a los derechos humanos; pero también el asesinato sistemático de la población negra y migrante en ese país como dejó en evidencia las grandes movilizaciones del movimiento Black Lives Matter.

Rechazamos la presencia de Richardson cuyo objetivo claro es atar a los pueblos de América Latina a la política del imperialismo estadounidense en su batalla contra Rusia y centralmente contra China, en el marco de la guerra en Ucrania, una guerra por “procuración” para el imperialismo yanqui.

Nada ganamos los pueblos de América Latina atados a quienes quieren poseer nuestros recursos naturales y nuestros apoyo político con el objetivo único de seguir siendo la principal potencia imperialista y procurar controlar de esa manera el mundo. Ese mundo que busca Richardson no ofrece absolutamente nada al pueblo trabajador, a las mujeres, a la juventud costarricense. Richardson solo ofrece sometimiento, dependencia política y económica en función de un mundo capitalista, mundo que el mismo capitalismo se está encargando de destruir de mil maneras con guerras, explotación, hambre, crisis ecológica, violencia patriarcal, etc.

Un elemento de postración frente al amo imperialista que define al gobierno de Chaves (y a todos los gobiernos costarricenses).

Esta visita se suma a las que han realizado otros personajes del gobierno de Biden, empezando por Antony Blinken, quien eligió Costa Rica como el primer país a visitar en América Latina en 2021, durante el gobierno de Carlos Alvarado. Le siguieron la directora general de Guardacostas de EEUU, Linda L. Fagan, y el director adjunto de la CIA, David Cohen, ya con Chaves a la cabeza.

La treta de “outsider” político del presidente Chaves se cae a pedazos, pues sigue sin ruborizarse la orientación del amo imperialista y por eso en menos de un año de gobierno ya ha recibido en tres ocasiones a representantes del imperialismo estadounidense. Es una herramienta del imperialismo en la región.

Costa Rica en 2023 es una economía dependiente del capital financiero norteamericano, con un endeudamiento externo perpetuo con el FMI y el Banco Mundial -que todos los partidos nacionales, incluido el Frente Amplio, profundizaron con la aprobación en la Legislativa meses atrás de los eurobonos y otros diversos proyectos de ley- donde quienes pagan son las masas trabajadoras y el pueblo pobre al que no le alcanza para vivir frente a la inflación, el desempleo y la precarización. La economía de Costa Rica es la extracción de plusvalía en las Zonas Francas por parte de las empresas transnacionales de tecnología como Amazon y Microsoft, las empresas de fabricación de partes médicas, los Call Center, las plantaciones agrícolas de la Standard Fruit Company y sus filiales como Chiquita, en la inversión y explotación turística-hotelera que daña los recursos naturales y despoja a las comunidades de sus tierras y aguas. Las empresas de partes médicas y otras como Amazon obtuvieron fabulosas ganancias durante la pandemia, pero recién este año se han realizado más de 1000 despidos solo en Amazon Costa Rica. Esto es lo que el imperialismo entiende por derechos humanos: hacerse millonarios a costillas del esfuerzo de centenas de miles de trabajadores y trabajadoras que sufren todo tipo de lesiones a sus derechos democráticos como la imposibilidad de la organización sindical, o lesiones físicas sin más, tal como sufren hoy los obreros de la Standard Fruit Company de La Perla y La Perlita de Siquirres.. Lo mismo con cadenas de comida rápida que tienen casa matriz en los Estados Unidos, como Subway u otros, que no pagan horas extras ni ofrecen algunas remuneraciones básicas ante el deterioro de salud mental que estos trabajos implican.

De igual forma se cae el recurso retórico de la “integración de las mujeres”, a la luz de los grandes retrocesos en derechos sexuales y reproductivos en Estados Unidos, así como con el mismo presidente Chaves y sus sanciones por acoso sexual hacia sus subordinadas en su época dentro de las filas del Banco Mundial.

En este sentido, Rodrigo Chaves sigue la misma línea política, idéntica, de los gobiernos de Arias, Chinchilla, Solís y Carlos Alvarado. Mucha palabrería para intentar presentarse como novedoso, pero en lo fundamental de la economía política costarricense, en el sometimiento de todo nuestro pueblo para gloria del capital estadounidense, el Gobierno es un sumiso más frente a Biden.

¡Fuera el imperialismo de América Latina!

El gobierno de Rodrigo Chaves deja clara una vez más la postración absoluta a las orientaciones económicas y políticas del imperialismo yanqui, lo que constituye una amenaza directa a los intereses de las masas trabajadoras y el pueblo pobre y, por consiguiente, una garantía más para los empresarios de todos los “colores políticos” para continuar la explotación y precarización del trabajo.

Frente a la visita de la cabeza del Comando Sur, desde Organización Socilaista Revolucionaria (OSR) denunciamos el entreguismo del gobierno de Rodrigo Chaves y repudiamos los acuerdos que de ahí surjan, pues solamente representan la profundización de la dominación imperialista en Centroamérica y el Caribe en el marco de la guerra de Ucrania y del conflicto estratégico con China y Rusia.

La única cooperación que puede beneficiar y potenciar los intereses de las grandes mayorías trabajadoras, la juventud y las mujeres, es la cooperación y solidaridad de la clase trabajadora de los países Centroamericanos contra el yugo explotador de las patronales y la política de los respectivos gobiernos, solamente en un camino independiente y revolucionario es posible combatir y revertir la injerencia norteamericana en nuestros asuntos.

Llamamos al resto de la izquierda, a las organizaciones sindicales, ecologistas, de mujeres, a que realicemos todo tipo de declaraciones conjuntas y actos de repudio contra la representante militar del imperialismo estadounidense, Laura Richardson.

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