La orden emitida por la justicia provincial pretende desalojar a Agustina y sus familiares de las tierras donde ella vive y trabaja desde hace más de 18 años.
Viernes 2 de julio de 2021 22:46
Foto: La Tinta
“¿Qué más tengo que hacer? Pago impuestos, tengo papeles, puse la luz, el agua y mirenme las manos, que todavía estoy trabajando la tierra acá. No sé qué hacer, si irme sin hacer nada o qué hacer...ni duermo. Levanté las paredes de mi casa con mis propias manos.”, repite Agustina Tolosa; mujer, campesina, y con dificultades de salud. Ella tiene 70 años y lleva los últimos 18 viviendo y trabajando la tierra en un campo que fue cedido por el ex intendente de Salsipuedes, Facundo “Cundy” Torres.
El relato de Agustina, expone que el ex Jefe Comunal le entregó un terreno para que pueda trabajar la tierra y criar animales, porque en la casa donde vivía, no tenía espacio suficiente y hoy se enfrenta a un desalojo por orden del juez Eduardo Benito Bruera, solicitado por quienes alegan ser propietarios de estos terrenos, que habrían recibido como herencia.
Mientras los emprendimientos inmobiliarios no se detienen, siendo unos de los causantes del desmonte, responsable indiscutible de las inundaciones del 15 de febrero de 2015 en Sierras Chicas. Una situación que la familia de Agustina no desconoce y sufrió personalmente. El gobierno persigue y discrimina a quienes solo quieren un pedazo de tierra para vivir y subsistir.
Doblemente expulsada. Por la inundación y por la justicia.
Este desalojo no solo afecta a Agustina, ya que su hija Silvia y su nieto menor de edad, víctimas de la inundación del 15F, tuvieron que ir a vivir al mismo terreno. Ambos quedarían en la calle por segunda vez. Situaciones traumáticas y desesperantes que quienes toman decisiones no contemplan.
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Inmediatamente y como sucede cada vez que surgen situaciones en la que la justicia juega en contra de quienes menos tienen, la comunidad se hizo eco y se organizó rápidamente, poniéndose en contacto con Agustina y su familia, haciendo público el desalojo, para dejar en claro que no están solas.
“Nos hicimos carne de la lucha de Ramona. Entendimos desde el dolor y la injusticia cómo los grandes intereses vulneran a la población campesina. Y sabemos que el sistema capitalista y patriarcal atropella doblemente a las mujeres. Hoy, Agustina Tolosa está viviendo en carne propia las consecuencias de ser mujer, pobre y campesina. Pero ella no está sola. Como no lo estuvo Ramona. Vamos a resistir con ella los embates del sistema judicial, del mercado inmobiliario y de los intereses privados de los políticos que nos gobiernan y eligen mirar para otro lado”, se pronunciaron desde el colectivo La Ollera, quienes pidieron al gobierno municipal una respuesta inmediata para evitar el desalojo del próximo martes.
Desalojo como marca registrada
Recientemente en el Barrio La Quebrada de Río Ceballos, fuimos testigos de otro desalojo a una familias donde a la justicia, (ciega cuando a quienes menos tiene se trata) no le importó que hubiera menores. Se llevó a cabo en medio del frío, casi coincidiendo con la nevada que sorprendió a todo Córdoba, y con temperaturas bajo cero.
Esto demuestra que el desalojo, represión mediante de las familias de Guernica en la provincia de Buenos Aires, no es exclusividad de algunos gobiernos. A lo largo de toda la Argentina durante la cuarentena, se cuentan decenas de desalojos, como única respuesta a la necesidad básica: tierra para vivir.
Las mujeres organizando las luchas
La experiencia vivida en Guernica (Bs As) dio como resultado la organización y resistencia a través de la conformación de la Asamblea Permanente la cual pelea por “tener un trabajo genuino. Que nos den porque nos corresponde: tener una tierra, pero no solo por la tierra si no por una vivienda digna para nosotros y nuestros hijos, por trabajo genuino, porque nos corresponde no tener que andar boyando de hospital en hospital para ser atendidos, como pasa ahora porque está saturado el hospital, vecinos que no se pueden hacer ver, no solamente el Covid nos ataca, también otras enfermedades. También peleamos por la educación. Porque también nuestros chicos van a las escuelas y ni siquiera agua tienen. En este tiempo no hubo soluciones para mejorar la calidad de vida no solamente de Guernica sino de muchos barrios de zona sur también. Luchamos por nuestros derechos por una mejor calidad de todo, por una vida digna. Para lograr todo esto estamos pensando en que la asamblea permanente crezca unida con otros trabajadores y desocupados poniendo por delante estas necesidades que tenemos como trabajadores” en palabras de Marcela de Guernica
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Desde Pan y Rosas creemos necesario replicar este modo de organización, democrática, horizontal e independiente de los gobiernos patronales y machistas uniendo los reclamos de todos los sectores de trabajadores y trabajadoras ocupados y desocupados; de todas las mujeres y disidencias y pueblos originarios, para crear una gran fuerza que tuerce el brazo y que a esta crisis y todas las que vengan, no la paguen quienes menos tienen, ni quienes movemos el mundo.
Este martes nos convocamos para acompañar a Agustina y resistir el desalojo: 6 de julio a las 9 en su campo, ubicado en El Talita, al lado del predio Remar. ¡Levantemos la bandera de Tierra Para Vivir!