Se cumplen 100 días desde el golpe de Estado perpetrado por el Ejercito en Myanmar, policías y militares han asesinado a más de 780 personas, de acuerdo a Asociación de Asistencia a Presos Políticos un grupo local de monitoreo, mientras los enfrentamientos con las fuerzas represivas que buscan suprimir las protestas generalizadas no cesan.
Martes 11 de mayo de 2021
Se cumplen 100 días desde el golpe de Estado perpetrado por el Ejercito en Myanmar, policías y militares han asesinado a más de 780 personas, de acuerdo a Asociación de Asistencia a Presos Políticos un grupo local de monitoreo, mientras los enfrentamientos con las fuerzas represivas que buscan suprimir las protestas generalizadas no cesan.
Los militares tomaron el poder el 1 de febrero, bajo la excusa que fueron unas elecciones fraudulentas, echando abajo la democracia conseguida el 2010 y deponiendo el gobierno electo, arrestando a los principales dirigentes de la Liga Nacional para la Democracia (LND), partido que llego al gobierno en las últimas elecciones y que estaba a cargo del Estado desde el 2010. La junta, además, ha desatado una violencia brutal contra los manifestantes, las cifras son de cientos de muertos, más de 5 mil arrestos, , Todo esta matanza para poder conservar sus privilegios provenientes de la industrias textil y del petróleo, además de asegurar representación en el parlamento, entre otros.
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Durante estos meses de resistencia contra la junta militar, la clase trabajadora y sectores populares, junto con etnias (reemplazar) han dado respuestas importantes. Huelgas en los sectores de trabajadores y estudiantes, como la Huelga General convocada por 18 sindicatos el 8 de marzo (día internacional de las mujeres), donde la consigna fue “hasta tirar al Gobierno militar”. Y de cierta forma lo ha logrado “El movimiento de desobediencia civil, impulsado al principio por trabajadores de la salud y trabajadoras textiles, comenzó días después del levantamiento militar y desde entonces se ha extendido por todos los sectores y ha conseguido prácticamente que la Administración deje de funcionar”. Organizando además el desabastecimiento y el boicot a los cuarteles militares.
En un comunicado cinco asociaciones garantes de los derechos de la mujer indican: "Este movimiento de protesta pacífica, junto con el movimiento de desobediencia civil, ha visto a mujeres asumir una variedad de roles de liderazgo y se estima que el número de mujeres manifestantes es del 60 % del total". Entre ellas las jóvenes trabajadoras de la industria textil, de las más desarrolladas, son vanguardia en la lucha.
De acuerdo con la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Myanmar, hasta ahora 737 personas fueron asesinadas por la junta, y tres mil 229 personas han resultado heridas. Según cuentan asistentes médicos: “con las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y las brutales acciones de los militares, hay más personas que se sienten deprimidas y quieren suicidarse”.
Respuesta Internacional
Aunque gran parte de la comunidad internacional ha condenado con mucha dureza las acciones de los militares, el Consejo de Seguridad, el órgano de la ONU que puede imponer sanciones o aprobar una intervención armada, no se ha manifestado con acciones concretas hasta ahora.
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Parlamentarios del derrocado Gobierno y miembros de grupos étnicos, pidieron a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que no reconozca a la junta militar y, en su lugar, invite a su representante a la próxima reunión de la entidad. Los miembros de la ASEAN nunca condenaron el golpe militar, pero criticaron duramente la violencia contra la población civil.
En el estado de Kayin, en la frontera con Tailandia, la Unión Nacional Karen, que alberga a los disidentes que huyen a su territorio, ha capturado los puestos militares de Myanmar y, a cambio, ha recibido múltiples ataques aéreos. Varios de estos grupos étnicos armados se han manifestado en apoyo del movimiento anti-junta, incluso brindando capacitación básica a los jóvenes manifestantes.
El Gobierno clandestino de Unidad Nacional, formado por diputados electos y líderes étnicos a mediados de abril, con el fin de desafiar la autoridad de la junta, anunció este mes la creación de una "Fuerza de Defensa del Pueblo" para proteger a los civiles de la represión del ejército.
Los manifestantes anti golpistas en la capital de la región de Tanintharyi, Dawei, el 7 de mayo levantaron una pancarta en apoyo de la recién anunciada "Fuerza de Defensa del Pueblo".
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En el marco de una situación de crisis, guerras, revueltas y pre revoluciones durante este fin de semana se ha viralizado cientos de mensajes de apoyo de manifestantes de Myanmar hacia las protestas que se continúan desarrollando en Colombia. La solidaridad de clase y de los pueblos oprimidos del mundo se encuentra en estos momentos críticos. “La vida sin armas es peor de lo que pueden imaginar. Si tienen armas, ganarán seguro. No le crean a la ONU y no esperen ayuda extranjera. Soy de Myanmar y sé cómo se sienten.” Parte de la conciencia que se ha ido adquiriendo en las rebeliones populares y en este caso contra la dictadura en el mundo, donde las instituciones que rigen los estados no dan respuestas a las necesidades más básicas de la mayoría de la población. Es necesario el apoyo internacional no solo ante los enemigos que tenemos en cada país; los empresarios, los ricos y sus políticos, o los militares con el control del Estado. Pero también es necesaria para generar la organización que necesitamos para enfrentar a enemigos en común como el imperialismo de EE.UU y las potencias mundiales.
La brutalidad con la que actúan los militares se debe a la sostenida resistencia que no abandona las calles y cada vez más claramente y con métodos como el de la huelga general que comenzó este lunes no solo amenazan con tirar abajo al Gobierno militar sino acabar con todos sus privilegios políticos, económicos y sociales que fueron plasmados en la propia constitución. La represión ejercida contra la población no disipa los ánimos de lucha. Es necesario para que triunfe la resistencia que se generen instituciones propias de la auto organización de los trabajadores y el pueblo en armas, bajo una dirección de clase, por el control de los medios de producción, que no esté dispuesta a transar la vida de quienes se han rebelado contra el fascismo. Son varias las lecciones que se pueden sacar de los acontecimientos que están ocurriendo en diferentes partes del mundo. Ahora la primera tarea del pueblo de Myanmar es derrocar al gobierno militar. Libertad para los pueblos sometidos del mundo.