De acuerdo a la encuesta realizada por Expectativas Económicas, el escenario sigue siendo poco alentador, con una proyección sobre la inflación del 8% para fines de año, al igual que la desaceleración, y el aumento en la tasa de interés por parte del Banco Central.
Miércoles 13 de abril de 2022
El alza en el costo de la vida sigue golpeando a miles de familias trabajadoras en todo el país, y al parecer en los próximos meses las cifras siguen siendo poco alentadoras. Así se visualiza, considerando las últimas estadísticas entregadas por la Encuesta Expectativas Económicas, las cuales fueron dadas a cono por el Banco Central (BC), donde de acuerdo a los consultados el año cerraría con un aumento en la inflación del 7,8%. Es decir una cifra por encima de proyecciones realizadas en marzo, que referían al 5,8%.
Por otra parte, en lo que refiere al 2023, el aumento también estaría por sobre las cifras presupuestadas, del 4%, al 4,2%, de acuerdo a La Tercera.
En el caso de la Tasa de Interés, se mantendría la senda del aumento progresivo, pasando esta vez del 7,5% estimado para marzo, al 8% para fin de año. Cabe destacar que en lo que refiere a la Tasa de Política Monetaria (TPM), la tasa de interés podría alcanzar su nivel más alto desde el año 2019, pudiendo llegar el siguiente aumento, incluso al 8%, y posteriormente subiendo al 8,25%, hasta llegar al 8,5%, dentro de los próximos meses, para luego ir bajando progresivamente.
En lo concerniente al crecimiento las cifras también son poco alentadoras, donde el Índice del Producto Interno Bruto (PIB), estaría registrando un 1,5%, es decir un porcentaje diferente, de acuerdo al 2%, que se había estimado para marzo, de acuerdo al mismo medio. Ya en el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), también se visualiza una notoria desaceleración, con un crecimiento que se había llegado al 6,8% en febrero, a diferencia del 5,1% anotado durante el mes pasado.
Tales cifras no hacen más que evidenciar las tensiones acentuadas en la economía nacional que hoy impactan a miles de familias en todo el país, quienes tienen que arreglárselas con el alza en los precios de los alimentos, los combustibles, y con un sueldo mínimo totalmente por debajo de la canasta básica familiar. Cuestión que tampoco termina de solucionarse con la propuesta del aumento progresivo del sueldo mínimo de $400 mil a $500 mil pesos.
Resulta por tanto necesario pelear por un sueldo mínimo de $650 mil, junto a un aumento progresivo de los salarios de acuerdo al reajuste por el IPC. Luchar contra el trabajo precario, y los despidos que hoy se evidencian, en distintos lugares a nivel nacional. Al igual que el impuesto progresivo a las grandes fortunas de los empresarios para nuestro derechos en distintas materias como salud, educación y vivienda.
¡Que sean los empresarios quienes paguen la crisis, y no el pueblo trabajador!