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Red Internacional
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Se vota a la madrugada. Senado: sesión complicada para el gobierno por el Financiamiento Universitario y el DNU de la SIDE

El oficialismo podría sufrir una nueva derrota, esta vez por partida doble. La sesión fue convocada para debatir la Boleta Única (que logró aprobar) y el Presupuesto Universitario, que ya viene con media sanción de Diputados y que Milei avisó que también vetará. Sobre la hora se incluyó el tratamiento sobre el DNU de los fondos de la SIDE, que podría ser rechazado y quedar sin efecto. La fragilidad del gobierno vuelve a quedar expuesta, hay que unificar los reclamos en la calle para derrotar todos sus planes.

Juan Manuel Astiazarán

Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran

Jueves 12 de septiembre 23:12

El gobierno se encamina a una madrugada difícil. Entusiasmado todavía por el logro táctico de ratificar el veto contra las jubilaciones, a fuerza de repartir cargos y vaya uno a saber qué cosas más a los diputados que estaban en oferta y cambiaron su voto, el clima de este jueves le empezó a mostrar algunos nubarrones.

Por un lado, por estas horas empieza a caerse la careta de la operación que quisieron instalar con sus periodistas amigos sobre la represión a una nena de 10 años, gaseada por un policía federal en la protesta frente al Congreso. Los videos que se difundieron lo muestran tan claro que hasta esos mismos periodistas ahora acusan a los funcionarios en vivo y en directo. Al antipopular veto al magro aumento para jubilados, ahora hay que sumarle una cobarde agresión a una niña indefensa y la justificación del hecho por parte de la ministra de Seguridad en los canales de televisión. Imágenes que despiertan un enorme rechazo popular a pesar de las operaciones en redes de los trolls libertarios.

Por otro lado el panorama legislativo lo deja al borde de una nueva derrota parlamentaria, que podría ser por partida doble. Aprobada con modificaciones la Boleta Única Papel (que tendrá que volver a Diputados para obtener sanción definitiva), los próximos dos temas que se tratarán amenazan al oficialismo con volver a quedar en minoría. El proyecto de financiamiento para las universidades nacionales ya tiene media sanción en Diputados y posiblemente consiga su sanción definitiva. Milei ya adelantó que en caso de aprobarse lo vetará, al igual que como hizo con el aumento a las jubilaciones. Los universitarios ya avisaron: "Si hay veto, habrá paro y una movilización como el 23 de abril".

Sin duda este sería un nuevo golpe para el oficialismo y un recuerdo de que, pese a sus esfuerzos y sus negociaciones espurias con la casta, sigue siendo una frágil minoría en el Congreso. Pero sobre todo sufriría un durísimo revés si finalmente se votara rechazar el DNU 656/24 que establece fondos reservados por 100 mil millones de pesos para la SIDE. Fuera del temario con el que fue convocada la sesión, el acuerdo entre las bancadas radicales y peronistas logró que finalmente se incluya para su tratamiento. El dato es visto casi con preocupación por el Gobierno ya que, de mantenerse inalterable este acuerdo, se podría dar finalmente el rechazo al decreto. Será el último tema del plenario y posiblemente se termine votando a la madrugada de este viernes.

En caso de que se rechace -cosa posible pero no segura ya que existen versiones encontradas- sería la primera vez que un decreto presidencial sea derogado por el Poder Legislativo desde que Cristina Kirchner reglamentara en el año 2006 la Ley 26.122 de control parlamentario de los DNU, la cual exige para eso que ambas cámaras tengan que oponerse. Hasta el día de hoy, eso es algo que nunca ocurrió.

Una fragilidad más grande de lo que parece

La más que posible derrota del Gobierno vuelve a dejar expuesta su fragilidad, la que lo obliga a mostrar su verdadera cara como sucedió con el infame veto a los 17 mil pesos de aumento para las jubilaciones. Una decisión que deja desnudo su relato "anticasta" y que lo muestra obsenamente entregado a la rosca con ella, con tal de no tocar sus objetivos fiscales y a costa de hambrear a quienes trabajaron toda su vida.

"El ajuste no lo va a pagar la gente" fue lo que dijo Milei antes de llegar a La Rosada, pero es exactamente lo que está ocurriendo. Un nuevo veto, ahora contra el presupuesto de las universidades nacionales y por ende contra sus docentes y quienes se forman en ella (muchos votantes de Milei), lo volverá a enfrentar a una medida antipopular por donde se la mire y seguir exacerbando el malestar social que viene creciendo lento pero a paso firme.

El debate por la fórmula jubilatoria dejó dos conclusiones. La primera, más evidente: es imposible confiar en la rosca parlamentaria como una vía para derrotar los planes de ajuste de un gobierno que no tiene ningún escrúpulo a la hora de ofrecer todo tipo de cargos y privilegios personales a quienes llamaba "ratas" para lograr los votos necesarios. El ejemplo del radical Galimberti, que renunció a su banca para irse a cobrar un salario en dólares a la represa de Salto Grande, los radicales que se reunieron con Milei en La Rosada y cambiaron su voto y los peronistas cercanos a Massa que también se dieron vuelta lo demuestra claramente.

La segunda, más urgente que nunca: es indispensable unificar todos los reclamos en la calle si de verdad se quiere derrotar a Milei. La imagen de la Plaza Congreso expuso la política de las conducciones sindicales y de la CGT, que directamente se borró y dejó tirada la lucha por las jubilaciones. Una convocatoria importante, que podría haber sido mucho más multitudinaria con paro nacional para garantizar una movilización masiva y derrotar el veto en las calles. Lejos de eso, algunos directamente no convocaron y otros hicieron un acting con una movilización modesta de sus "cuerpos orgánicos" y luego se retiraron antes de tiempo.

Si de verdad hay intenciones de enfrentar los ataques del gobierno, se necesitan medidas a la altura. Volver a encontrarse en las calles como sucedió el 23 de abril de este año en la gran marcha universitaria, donde trabajadores, jubilados y estudiantes confluyeron para marcarle la cancha a Milei. Los ejemplos muestran que en escenarios de esa magnitud no existe protocolo de Seguridad que valga, a pesar de las fantasías represivas de Bullrich, y que ese es el único lenguaje que entienden los de arriba.

A cada paso que da, el gobierno se encarga de dejar expuesta su debilidad y su impotencia. Si llegó hasta acá con sus ataques fue porque faltó voluntad política para pararle la mano, con una colaboración inestimable de las burocracias peronistas y radicales que juegan su propio juego pensando en las elecciones del año que viene. Ganar las calles, con paro y movilización, es la única manera de poner realmente al gobierno contra las cuerdas y poder derrotar su política de ajuste y entrega.