Los senadores del MAS, a horas de caducar su mandato legislativo, modificaron 11 artículos relacionados al funcionamiento de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) con el objetivo de reducir el requisito de aprobación por dos tercios a la aprobación por mayoría absoluta. Amplían su margen de maniobra. Fuerzas Armadas y Polícia principal punto del conflicto.
Miércoles 28 de octubre de 2020
Foto: Senado de Bolivia
Los senadores del MAS, a vísperas de concluir su mandato legislativo, modificaron 11 artículos del reglamento de funcionamiento de las dos cámaras, senadores y diputados, de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Se modificaron 11 artículos en los que se reduce el requisito de aprobación por dos tercios a la aprobación por mayoría absoluta.
Concretamente los temas en los que el MAS podrá imponer decisiones por mayoría absoluta y ya no dos tercios son: Impugnaciones a senadores (art. 12); creación de comisiones especiales (art. 53); modificaciones del orden del día (art. 81); solicitudes de sesiones permanentes o por tiempo y materia (art. 94); eximir de trámite a los asuntos de carácter perentorio o de urgencia (art. 107); moción de cierre de debates en grande cuando se haya prolongado el mismo sin nuevos elementos (art. 109); moción de cambio del orden del día (art. 111); honores públicos (art. 167); ascensos (no designaciones) a grados máximos de las Fuerzas Armadas (FFAA) y de la Policía Boliviana (art. 168); nombramientos de embajadores y ministros plenipotenciarios (art. 169); y, para la reforma del reglamento (Disposiciones finales).
Hay que señalar que esta medida no significa que el MAS esté modificando la Constitución Política del Estado. Es decir, no altera ninguno de los artículos donde se establece la necesidad de los dos tercios. Sin embargo, estas modificaciones por parte de la ALP, en su última sesión y al vencer el mandato de los legisladores, han provocado hostiles reacciones por parte de la oposición derechista, principalmente de Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho que son las dos fuerzas opositoras en el nuevo parlamento. Mesa señaló que si el presidente electo, Luis Arce Catacora, no incide para que se revierta esta medida, entonces no asistirá a la transmisión de mando presidencial el próximo 8 de noviembre y que iniciará una impugnación constitucional. Camacho, por su lado, señaló que desde su bancada van a “poner en marcha los mecanismos jurídicos necesarios para resistir ese atropello".
Desde Santa Cruz, el periodista Carlos Valverde, afirmó que si el MAS no retrocede en esta medida, el pacto social que tanto pregona estaría muerto antes de nacer.
También se pronunció el director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, quien señaló que esta decisión era un “mal precedente” y que el MAS “cambió las reglas del juego para hacerlas a su medida”.
En medio de todo esto cientos de opositores al MAS se concentraban para exigir la anulación de esta medida, particularmente en las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz.
¿Qué es lo que está en juego?
La importancia de esta modificación radica en que el MAS amplía su margen de maniobra y evade de esta manera la obstaculización parlamentaria que la oposición de Carlos Mesa y Fernando Camacho se aprestaban a realizar. Pero lo más significativo de esta resolución es que le permite a la bancada del MAS, que ya no contará con dos tercios pero sí con mayoría absoluta, retener el control y la decisión sobre la aprobación o no de ascensos militares y policiales.
Recordemos que los últimos ascensos de generales de las Fuerzas Armadas fueron realizados por decreto, desconociendo a la ALP y a la Constitución Política del Estado. Esto sucedió luego de que los militares irrumpieron los espacios de la ALP, vestidos de fajina, y amenazaron con su cierre. Acto seguido, Áñez promulgó el decreto de ascensos. La preocupación en las FF.AA y la policía se conoce solo por rumores, pero es sugestivo que el Comando General del Ejército no emita ningún comunicado rechazando los llamados de cientos de cívicos y religiosos que se han venido concentrando estos días, en las capitales de Departamento, en las puertas de los regimientos militares pidiendo un Gobierno militar para “recuperar la democracia”. Si bien todos estos clamores golpistas, muy difícilmente encuentren eco en las FF.AA, por el momento, sin embargo tienen el objetivo de ir consolidando un polo militante derechista y conservador que busque disputar las calles como lo vienen haciendo.
Otro punto es que con esta medida el MAS tendrá la posibilidad, con su mayoría absoluta en la nueva ALP, de establecer comisiones parlamentarias de investigación. Por ejemplo, por los hechos sucedidos en las masacres de Sacaba, Senkata y Ovejuyo, prescindiendo del acuerdo de la oposición que como es obvio iban a vetar que se inicien dichas comisiones. Ahora bien, hay que señalar que esto sigue siendo una posibilidad. Es decir, no olvidemos que el MAS en sus 14 años de Gobierno en los que incluso tuvo los dos tercios de control del parlamento, mantuvo en la impunidad a los responsables de los asesinatos de Octubre del 2003. Por lo tanto, pese a su nueva mayoría absoluta, habrá que estar vigilantes para que se cumplan las promesas electorales de justicia.
Esta medida fue justificada por Luis Arce Catacora, arguyendo que "no debe haber preocupación" y que la “Asamblea mantiene toda legalidad”. Ahora bien, hay que señalar que la misma tiene un carácter defensivo, por parte del MAS, ya que sin dudas el Gobierno de Arce-Choquehuanca asumirá el poder en una situación de crisis profunda y muy condicionado no solo por el bloque golpista sino también por los conflictos internos en este partido que ya se expresaban antes de las elecciones pero que ahora se aprestan a aflorar con más fuerza a la hora de la repartición estatal.
Como señalamos líneas arriba, mientras voceros del periodismo de la derecha señalan que con esto se abortaría la posibilidad de un pacto social, se puede decir más bien, que lo que hace el MAS es plasmar los contornos en los que éste se irá configurando. A diez días de la posesión de Arce y Choquehuanca se preve un escenario de mucha conflictividad social y donde el MAS deberá enfrentar una oposición de derecha militante no solo en el parlamento sino también en las calles. Pero además, la hostilidad latente de las FF.AA y policiales que han adquirido un status de actores políticos con peso propio.
Desde la LOR-CI estamos convencidos que la única forma de arrancar justicia y cárcel a todos los responsables, intelectuales y materiales, de las masacres y torturas perpetradas durante el golpe de Estado no será negociando con los golpistas, como lo hizo y lo seguirá haciendo el MAS, sino que será con la lucha en las calles y con la organización independiente de las y los trabajadores, de los que sectores populares, indígenas y campesinos.