Pese a la cobertura mediática de sus amigos, el fiscal más renombrado tiene un historial que lo delata. Aquí un breve (e incompleto) repaso por sus “hitos” judiciales y como minsitro del exgobernador kirchnerista.
Lunes 11 de febrero de 2019 22:29
Hace pocos días el fiscal federal Carlos Stornelli fue acusado de extorsión por el productor agropecuario Pedro Etchebest. Según la denuncia, que incluye al abogado ligado al Ministerio de Seguridad y a la DEA Marcelo D´Alessio, al empresario le pedían U$S 300 mil para sacarlo de la causa de los “cuadernos de la corrupción” porque había sido nombrado por un “arrepentido” como alguien que alguna vez recibió coimas.
Por estas horas, pese al blindaje mediático alrededor de la denuncia, hay mucho interés por saber más sobre el fiscal que maneja, junto con el juez Claudio Bonadio, la causa de más resonante de los últimos años en cuanto a corrupción y negociados entre funcionarios políticos y empresarios.
Stornelli fue nombrado en la Fiscalía Federal Nº 4 por el expresidente Carlos Menem. Hace ya más de 25 años está a cargo de esa fiscalía porteña. Entre las causas más conocidas en las que intervino se recuerda que ordenó la detención del propio Menem en 2001 en el marco de la causa por contrabando de armas a Croacia y Ecuador.
Cuando el expresidente ya era una figura repudiada masivamente en el país, el fiscal no dudó en afirmar que sintió “un poco de lástima por Menem” al verlo detenido.
Más acá en el tiempo, también fue quien pidió la detención del exministro kirchnerista Julio De Vido y su mano derecha Roberto Baratta en la causa por malversación de fondos en la puesta en marcha de la mina de Río Turbio. De esa misma causa fue apartado por el juez federal Luis Rodríguez, a partir de encontrar que en sus acusaciones había falta de “objetividad”.
Como se recordó en la editorial del programa El círculo rojo del último domingo, Stornelli nació en 1960 en la Ciudad de Buenos Aires y estudió derecho en la Universidad de Buenos Aires. Su padre fue el Teniente coronel que encabezó la intervención en la exradio Belgrano durante la última dictadura cívico-militar y su suegro, Llamil Reston, exministro de Trabajo de Jorge Rafael Videla y titular de la cartera de Interior de Reynaldo Bignone.
A través de su participación en el club Boca Juniors, Stornelli se ligó al macrismo cuando el club era conducido por el actual presidente y se convirtió en miembro de la Comisión Directiva y de la Comisión de Seguridad del club, creada por Macri. En ambos cargos se mantuvo hasta 2015.
Su rol como fiscal tuvo un hiato en 2007 cuando se tomó una licencia para asumir como ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, bajo la gestión kirchnerista de Daniel Scioli. En ese cargo el fiscal se mantuvo hasta 2010.
Durante su gestión se produjeron muchos casos resonantes. Por ejemplo, la desaparición durante 24 días de la familia Pomar, quienes se habían accidentado en la camioneta en la que viajaban por una ruta bonaerense y cuyo “extravío” generó una crisis política en la gestión kirchnerista.
Aquellos fueron los años de la llamada “autonomización” del poder de la Policía. El mismo Stornelli encabezó una “contrareforma”, dándole mayor poder a los uniformados.
Siendo ministro de Scioli, a fines de enero de 2009 desapareció y murió el adolescente Luciano Arruga a manos de los subordinados del fiscal. Vanesa Orieta, hermana de Luciano, siempre recuerda que Stornelli por esos días la increpó a los gritos porque no le gustó que le dijeran que la Policía Bonaerense mandaba a los pibes pobres a robar para ellos (lo que se confirmó dramáticamente en el caso de su hermano).
Según un informe del sitio Chequeado, en su declaración jurada del año 2015 el fiscal macrista declaró cuatro departamentos en la Ciudad de Buenos Aires y varias cocheras, una moto, dos autos, una camioneta, una lancha y ahorros por cerca de $ 1,5 millones.
Además de ser sindicado como impulsor del cobro de millonarias coimas a cambio de “limpieza” de nombres y apellidos en expedientes sensibles, en los últimos días los audios e imágenes que difundió el sitio El cohete a la luna (que figuran en el expediente abierto en el Partido de la Costa a partir de la denuncia del empresario Etchebest) dejan ver a un funcionario judicial gustoso de coleccionar relojes caros, autos más caros aún, propiedades de alta tasación y demás exentricidades.
Nada que asombre, viniendo de un fiel exponente de la casta judicial (que gana fortunas y que el pueblo trabajador no votó) relacionada por uno y mil lazos con el empresariado y la banda de políticos que gerencia el Estado para ellos.