Con asambleas en toda la ciudad y una concentración en el centro junto a docentes universitarios de Aduns, continuó el plan de lucha votado en las últimas asambleas de Suteba. La necesidad de unirse con las familias para enfrentar el plan de ajuste del gobierno y el FMI atravesó los debates. La semana que viene continúan las medidas de lucha.
Jueves 25 de agosto de 2022 18:58
El miércoles 24 y jueves 25 hubo medidas de fuerza del Suteba Bahía Blanca que implicaron asambleas en distintas instituciones educativas de toda la ciudad, y luego una concentración y clase pública en el centro de la ciudad, en unidad con Aduns, el sindicato de docentes universitarios, en el marco del paro nacional de Conadu-H.
Durante la primera jornada hubo asambleas que nuclearon escuelas en cada barrio y zona. Varias escuelas y jardines dieron sus primeros pasos en comunicar la grave situación que atraviesa la educación y convocar a las familias para unir a toda la comunidad educativa contra el ajuste que se profundiza y afecta al conjunto de las familias trabajadoras. Unir todas las demandas de cada barrio y cada lugar de trabajo y convertir esa unidad en fuerza para luchar es una necesidad que cada vez más surge en los debates, mientras se desarrolla el plan de lucha que tuvo un gran impulso en las últimas semanas.
Las problemáticas que surgieron durante las asambleas no son nuevas. Se profundizaron los graves problemas edilicios ya habituales: falta de agua, de gas, edificios compartidos por dos o tres instituciones de distintos niveles, con baños insuficientes o en condiciones insalubres, falta de aulas y gimnasios. A eso se suma la falta de personal en las plantas de las instituciones, la demora en la publicación y designación de suplentes.
También fue recurrente el rechazo al despido de lxs 22 mil docentes +ATR (que siguen sin recibir ninguna notificación y la promesa de que el 15 de agosto habría algún plan nuevo, igual o más precarizado, queda cada vez más lejana). Esto se sintió fuerte en escuelas con personal sobrecargado que no pueden abordar los problemas que generó la falta de dispositivos y conectividad para continuar las clases de forma virtual, sumada a la crítica situación social de muchxs estudiantes que pone en riesgo su escolaridad. La exigencia de continuidad para docentes ATR y FORTE pero ahora con plenos derechos laborales fue casi unánime.
La falta de personal en los Equipos de Orientación Escolar también fue un tema central, porque la crisis social impacta en las comunidades educativas y cada vez hay más problemas de salud mental y situaciones de violencia ante las que no hay dispositivos efectivos para dar respuestas. Mientras las medidas del gobierno como agregar una 5ta hora en primaria o imponer la mal llamada "continuidad pedagógica" (poner a preceptoras a dar clases en lugar de designar los cargos necesarios) sólo profundizan la precarización educativa y la lógica de las escuelas como meros lugares de cuidado.
En esta situación crítica, lo único que anuncia el gobierno a través del "superministro" Massa (a quien nadie votó) son enormes recortes. La resolución oficial redujo los fondos disponibles para educación, salud y para el plan Procrear en un total de $128 mil millones. La prioridad es pagar la deuda fraudulenta que contrajo el gobierno anterior con el FMI, y dejar que sigan haciendo ganancias récord las principales empresas, como alimenticias y agroexportadores, mientras las consecuencias las paga el pueblo trabajador.
El profundo descontento, que en Bahía Blanca se expresa en estas medidas de lucha, tiene que convertirse en un punto de apoyo para que el resto de la provincia logre romper la tregua de las conducciones alineadas al gobierno. Así podremos lograr que tanto Ctera como el Suteba provincial convoquen a asambleas en toda la provincia y poner en pie un plan de lucha. Ya vimos en las primeras semanas de agosto la fuerza de 10 provincias que, contra un enorme cerco mediático y enfrentando a las conducciones burocráticas, lograron imponerle a Ctera un paro nacional.
Y podemos lograr que esas medidas como el paro nacional del 10 de agosto no terminen sirviendo sólo como válvula de escape del descontento: profundizando la unidad con las familias en cada barrio, podemos hacer que nuestra lucha ayude a poner en movimiento la enorme fuerza que tienen las y los trabajadores para que esta vez la crisis no la paguemos los mismos: que la plata sea para salud, educación, vivienda y trabajo, no para el FMI y las grandes empresas.