Miles de personas desafían al Gobierno de Lukashenko en un nuevo domingo de protestas. La crisis bielorrusa se agrava con la detención de la dirigente opositora Maria Kolesnikova
Lunes 7 de septiembre de 2020 11:43
Miles de personas salieron este domingo a las calles de Minsk, la capital de Bielorrusia, para protestar por el presunto fraude en las elecciones presidenciales en las que fue reelecto Alexander Lukashenko, desafiando el fuerte operativo policial dispuesto por el Gobierno que detuvo a centenares de personas, según fuentes del Ministerio del Interior.
El domingo, más de 100.000 personas marcharon hacia la residencia del presidente pidiéndole que renunciara. La policía antidisturbios con pasamontañas arrestó a 633 personas, mientras que grupos de matones pro-gubernamentales golpearon a los manifestantes camino a su casa.
Las manifestaciones se vienen desarrollando desde las controvertidas elecciones del 9 de agosto, en las que Lukashenko, que gobierna el país desde 1994, se impuso con más del 80% de los votos, lo que fue rechazado por la oposición y miles de personas que consideran que hubo fraude electoral. Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12%. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%. La principal candidata de la oposición, se exilió en Lituania para evitar ser detenida.
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A pesar de que la Policía advirtió que habría represión las protestas no se detienen. El Ministerio del Interior advirtió a la gente del "paquete de medidas que serán aplicadas para prevenir acciones ilegales por parte de los manifestantes", mientras que desplegaban carros hidrantes por la ciudad junto a policías armados con escudos y palos. Las redes sociales fueron el canal para difundir videos en los que se ve a los manifestantes con la bandera histórica, -a franjas blanca, roja y blanca, apropiada por la oposición luego de la caída de la URSS- coreando "Bielorrusia vive" mientras avanzaban por el centro de la capital.
Durante la tarde del domingo, la vocera del Ministerio del Interior bielorruso, Olga Chemodánova, en declaraciones a la agencia Sputnik, cifró en "centenares" el número de manifestantes detenidos durante la protesta. "En todo el país fueron detenidos centenares de ciudadanos por participar en eventos masivos no autorizados; no sabemos el número final, planeamos anunciarlo la mañana del lunes", dijo Chemodánova.
La líder de la oposición bielorrusa, Maria Kolesnikova, fue ’arrebatada de la calle’ en Minsk
Personas enmascaradas no identificadas secuestraron a la principal figura de la oposición bielorrusa, Maria Kolesnikova, de la calle en el centro de la capital, Minsk, el lunes y se la llevaron en una camioneta, según dijeron testigos a medios locales .
Kolesnikova es una figura política muy destacada todavía dentro de Bielorrusia, fue una de las compañeras de campaña de la candidata de la oposición Svetlana Tikhanovskaya, en las disputadas elecciones del 9 de agosto.
Según los informes, Kolesnikova fue detenida poco después de las 10 a.m., hora local, mientras caminaba cerca del museo nacional de arte de Minsk. Otros tres miembros del consejo de coordinación de la oposición también han desaparecido, no está claro quién secuestró a Koselnikova. Sus colegas del consejo de coordinación que han desaparecido incluyen a Anton Rodnenkov, Ivan Kravtsov y Maxim Bogretsov. También falta su equipo de prensa. Esto parece ser un intento selectivo de las autoridades para acabar con el movimiento de protesta, pero es una jugada arriesgada ya que puede echar gasolina a una fogata.
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En los primeros días que siguieron a la votación del 9 de agosto, los agentes de seguridad dispersaron con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras a los manifestantes que protestaban por un supuesto fraude electoral. Miles de personas fueron detenidas, centenares resultaron heridas y al menos tres fallecieron. Desde entonces, las escenas de violencia cesaron, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y trabajadores industriales, que se declararon en huelga. El involucramiento del movimiento obrero en un principio había puesto contra las cuerdas al gobierno, pero paulatinamente abandonaron las medidas de fuerza por las constantes amenazas de despidos.
El gobierno de Lukashenko dice intentar evitar una “Revolución de color” en referencia a las que se dieron en Ucrania por ejemplo, que implican movimientos ciudadanos en favor de programas liberales pro occidentales.
En contraposición se anota las reacción de Estados Unidos, cuyo Gobierno advirtió el último miércoles que está analizando imponer sanciones contra las autoridades de Bielorrusia responsables de reprimir las protestas que piden nuevas elecciones. Estas sanciones son exigidas por la oposición bielorrusa, pero que sólo harán que el pueblo trabajador sienta el ahogo económico. En este sentido, los trabajadores necesitan una agenda propia e independiente de la oposición liberal para derribar al gobierno de Lukashenko.