El informe mundial de UNESCO de 2019 demostraba que 258 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes no asisten a la escuela. Una tendencia que se agravó con la pandemia de covid-19.
Jueves 8 de septiembre de 2022 09:52
Después de tres años de haber adoptado el objetivo de alcanzar la universalidad en educación primaria y secundaria, un estudio de UNESCO realizado con una metodología que permite estimaciones más precisas, se concluyó que no hubo avances en la reducción del número global de niños, adolescentes y jóvenes que no asisten a la escuela.
Los más de 258 millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que no asistían a la escuela a la fecha de realizarse este informe, representan una sexta parte de la población mundial de este grupo de edad. Unos 59 millones, o el 23% del total, son niños en edad de asistir a la escuela primaria (alrededor de 6 a 11 años) ; 62 millones, o el 24% del total, son adolescentes en edad de asistir a la escuela secundaria inferior (de 12 a 14 años); y 138 millones, o el 53% del total, son jóvenes en edad de asistir a la escuela secundaria superior (alrededor de 15 a 17 años). La cifra de desescolarización se encontraba estancada y se ha profundizado con la pandemia de los años posteriores a esta investigación.
El informe de la UNESCO destaca que más de 1 de cada 5 niños sin escolarizar nunca entrará a un aula.
Brechas de género en la escolarización
Otro elemento a destacar es que, a nivel mundial, las niñas en edad de asistir a la escuela primaria tienen más probabilidades de no asistir a la escuela en comparación con los niños. En el año 2000, el 54% de los 376 millones de niños, adolescentes y jóvenes sin escolarizar eran mujeres. En 2018, la proporción de mujeres en la población mundial que no asiste a la escuela se había reducido al 50 %. Sin embargo, estos promedios globales ocultan diferencias considerables a nivel regional y nacional.
Las disparidades de género más amplias en el nivel primario se observan en Asia Central. En cuanto a las tasas de desescolarización de la secundaria inferior, la disparidad de género más amplia también se observa en Asia Central, donde hay 137 niñas que no asisten a la escuela por cada 100 niños que no asisten a la escuela. En el norte de África y Asia occidental, las niñas de todos los grupos en edad escolar tienen más probabilidades de quedar excluidas de la educación que los niños. América Latina y el Caribe está más cerca de la paridad para el grupo en edad de asistir a la escuela secundaria inferior.
No fue un virus, sino las decisiones de los gobiernos
Desde su comienzo hace dos años, la pandemia de COVID-19 interrumpió los sistemas educativos en todo el mundo, afectando especialmente a los sectores más vulnerables, aumentando las desigualdades y exacerbando la crisis educativa preexistente. La falta de conectividad y dispositivos, en medio de los cierres de las escuelas, excluyó al menos a un tercio de los estudiantes de la posibilidad de seguir aprendiendo de forma remota. Los costos en términos de pérdida de aprendizaje y abandono escolar son altísimos. "En los países de ingresos bajos y medianos, el 70% de los niños de 10 años son incapaces de comprender un texto escrito sencillo, frente al 57% de 2019. Sin medidas de apoyo, estos jóvenes se enfrentarán a importantes dificultades para continuar su formación e incorporarse al mundo laboral. Entonces nos enfrentaremos a una gran crisis social.", instaba a los gobiernos la directora de UNESCO en junio de este año.
Según otro estudio de la UNESCO y el Banco Mundial, el 40% de los países de ingresos bajos y medios redujeron su gasto en educación durante la pandemia. La reducción media fue del 13,5%. Sin embargo, en julio de 2022, los presupuestos todavía no han vuelto a sus niveles de 2019. Los debates continuarán este 19 de setiembre en Nueva York, durante la Cumbre para la Transformación de la Educación, organizada por la UNESCO que reunirá a ministros y jefes de Estado de 120 países.
En Argentina, los únicos privilegiados son los buitres
En Argentina, mientras tanto, el ministro de Economía Sergio Massa recibe las felicitaciones del titular del BID por el inicio del cumplimiento en las metas de ajuste que había fijado el FMI. Ya habían indicado que durante este segundo semestre del año era necesario un recorte del gasto público del 8 % en términos reales. Parte de ese recorte comenzó con los tarifazos en los servicios y el transporte. Y ahora, el gobierno recortó fondos para Educación, Salud y el plan Procrear en 128 mil millones de pesos.
El recorte en Educación alcanza a 50 mil millones de pesos y afecta a las partidas del programa de "Fortalecimiento Edilicio de Jardines Infantiles", al programa "Conectar Igualdad" y a otras partidas destinadas para infraestructura y equipamiento.
El ministro de Educación Jaime Perczyk tuvo el descaro de calificar el brutal ajuste como una "readecuación". Pero la realidad es que ya a fines de 2021, el 36% de los hogares de los centros urbanos no tenían acceso a computadora: alcanza al 58% de la población mayor de cuatro años.
Mientras tanto, jóvenes de organizaciones sociales denuncian que con los recortes presupuestarios de Massa, los obligan a elegir entre comer o estudiar: el gobierno le quita el plan Potenciar Trabajo a cientos de miles de jóvenes con Beca Progresar. De este modo, se quedan sin el mayor ingreso que tenían para estudiar y poner un plato de comida en las mesas de sus familias.
Pero el ajuste no es un sacrificio que se le pide a todos por igual. Mientras los tarifazos y los recortes recaen sobre los bolsillos de las familias más empobrecidas del pueblo trabajador, el gobierno transfirió 200 mil millones de pesos a las grandes patronales del campo con el nuevo dólar soja.
Las enormes luchas de las docentes en Mendoza, Córdoba, Chubut y otras provincias, son un punto de apoyo para pelear por los salarios, las condiciones laborales y de infraestructura, contra los recortes del gobierno de Alberto, Massa y Cristina y por recuperar la educación pública y gratuita de las garras del FMI.